Desde comer doce uvas, una por cada campanada del reloj a medianoche, hasta usar ropa interior amarilla y salir a recorrer la cuadra con maletas vacías, las supersticiones de Año Nuevo se han extendido y normalizado peligrosamente en toda Hispanoamérica. Ante esta realidad, no son pocas las personas que se preguntan: ¿Puede un católico creer en estas cosas?

La Iglesia enseña que todo tipo de superstición es contraria a la fe. De hecho, el numeral 2110 del Catecismo de la Iglesia Católica prohíbe estas prácticas, por considerarlas “una perversión, por exceso, de la religión”. La superstición —y todo lo que de ella deriva— nos aleja del culto a Dios porque se le atribuye una importancia ilusoria.

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Esto “conduce a la idolatría y a distintas formas de adivinación y de magia”, por lo que los católicos deben rechazar cualquier práctica que busque alterar el futuro en busca de intereses mundanos.

Las supersticiones son “adulterio espiritual”

Un reconocido sacerdote exorcista portugués, el P. Duarte Lara, comentó en 2023 que “el pecado de superstición es una especie de adulterio espiritual” porque radica en esperar “la salvación de una fuerza que no viene de Dios”.

“El diablo se aprovecha de la brecha”, dijo a ACI Digital —agencia de noticias en portugués de EWTN News—. El sacerdote remarcó que hay maneras de recibir el Año Nuevo acordes a la piedad católica, como la indulgencia plenaria que la Iglesia ofrece a todo aquél que rece un Te Deum el último día del año.

“Esto es algo muy bueno que podemos hacer en la víspera de Año Nuevo, terminar el año dando gracias a Dios”, aseguró el P. Lara. 

“En nuestra cultura la superstición tiene una connotación menos importante que desde un punto de vista teológico. Para muchos, la superstición es incluso una tontería, algo que no tiene mucho sentido y que hacemos para la suerte”, agregó.

Sin embargo, precisó que —desde un punto de vista teológico— toda superstición es un vicio que se opone a la virtud moral de la religión. La superstición es pecado, comentó, incluso si se practica como “una especie de broma”, porque pone de manifiesto que no se está dispuesto a darle a Dios el lugar que merece en cada corazón y porque además es una imprudencia, “porque estoy animando a otros con mi comportamiento”.

“El único ser que realmente conoce el futuro es Dios"

También en 2023, el P. Jorge Obregón, sacerdote Legionario de Cristo, ahondó en la práctica de las predicciones de Año Nuevo, ampliamente extendida en los países de la región, y en la postura que deben asumir los católicos ante ello.

“Debemos comprender que el único que conoce el futuro es el creador de todo el tiempo y el espacio, que es Dios. Las creaturas sólo pueden conjeturar cosas que sucederán, como un viejo sabio predice el mañana por su experiencia práctica y empírica, pero la certeza sólo la tiene el Creador”, dijo a ACI Prensa el fundador de la plataforma de evangelización New Fire.

El P. Obregón explicó que un católico es alguien que confía plenamente en Dios, porque “quien pone su confianza en Dios no puede ser defraudado”. Y recordó la frase de San Pablo: “Si Dios conmigo, quién contra mí” (Rom 8, 31).

Además, remarcó que las cosas que las personas que se dedican a esto pueden adivinar no vienen de Dios, sino de parte del maligno y sus fuerzas misteriosas. “No está en el plan de Dios que el ser humano conozca el mañana”, precisó el P. Obregón.

“Sor Faustina nos dejó una petición hermosa que tanto bien nos trae a todos los seres humanos en nuestra travesía de vida que implica muchas incertidumbres: 'Jesús, yo confío en Ti'. En esa frase, no se esconde para nada sólo una piedad popular o modo irracional de sobrellevar la vida, sino que el ser humano se afianza y se sostiene sobre la fuerza del Creador del universo”, reflexionó.

Y concluyó asegurando que “quien confía en Dios está ejercitando la segunda virtud teologal de la esperanza”.

Entonces, ¿cómo se puede involucrar la fe en los propósitos de Año Nuevo?

Un artículo de Autumn Jones publicado en Catholic News Agency (CNA) —agencia en inglés de EWTN News— presenta una lista de ideas en clave católica para poner en práctica en la víspera del Año Nuevo 2025:

1. ¿Cuáles son tus intenciones?

Lo importante a la hora de establecer tus propósitos de Año Nuevo es proceder con rectitud de intención, que es el inicio del camino a la perfección. ¿Qué quiere Dios de mí? ¿Qué virtud debo ejercitar para agradarle más? 

“Mientras disciernes maneras de mejorarte a ti mismo o tus relaciones, trata de preguntarle a Jesús cómo quiere Él que crezcas y cambies, en lugar de cómo podrías querer hacerlo por tu cuenta”, escribió Jones.

2. Establece metas pequeñas y cuantificables

No apuntes a metas que requieran un cambio drástico de tu rutina diaria, la mayoría de las personas quieren pasar de no tener arraigado hábito alguno, a querer practicarlos todos con perfección.

“Tomemos, por ejemplo, el propósito de aumentar la vida de oración en el nuevo año. Para alguien que reza todos los domingos en Misa, es un objetivo pequeño y medible aumentar su oración añadiendo un día adicional durante la semana para pasar tiempo ante el Santísimo Sacramento o para rezar en la tranquilidad de su hogar”, explica la autora.

3. Consulta a tu director espiritual

Jones sugiere que, además de "invitar a Jesús a caminar contigo en tus resoluciones de Año Nuevo, consideres reunirse con un director espiritual" con regularidad. "Saber que vas a compartir tus éxitos (y tus fracasos) con otra persona te mantendrá motivado y, a menudo, conduce a tasas de éxito más altas para lograr tu objetivo", subrayó.

4. Cuando falles, siempre puedes comenzar de nuevo

La autora indica asimismo que la vida siempre pondrá obstáculos a los planes "perfectamente trazados", y que el caso de los propósitos de Año Nuevo no es la excepción. 

"Practica la paciencia y el perdón, y considera ajustar tu objetivo o reafirmar tu intención de volver al camino", señaló. 

"Declara tus errores a Dios (Sal 32,5) y reafirma tu compromiso de comenzar de nuevo (Is 43,19). ¡Jesús hace todas las cosas nuevas!", concluyó.