La Iglesia Católica en Venezuela continúa su misión de alentar a los creyentes a vivir una Navidad que, aún en las dificultades que atraviesa el país, ponga a Jesús en medio de cada realidad para que sea iluminada por la luz de su nacimiento. Tal es el caso de la Arquidiócesis de Mérida y la Diócesis de San Carlos.

Mons. Helizandro Terán, titular de Mérida, pidió que “Cristo sea luz en la vida de cada uno, para que con palabras y obras se pueda construir el Reino de Dios”. Su mensaje se enmarca en un video musical publicado en el canal de YouTube de la arquidiócesis, titulado Enciende una Luz: Mensaje Navideño 2024.

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

En la producción se reflejan diferentes escenas de la cotidianidad venezolana y fue producido en conjunto con empresas privadas. Mons. Terán invitó a los fieles a “encender una luz en sus vidas, para que Cristo les guíe”.

“Una Navidad llena de bendiciones para todos y un feliz Año Nuevo”, expresó el arzobispo. En el video también participan religiosos y sacerdotes de todo el estado Mérida.

De igual manera, la Diócesis de San Carlos, en el estado Cojedes, publicó su mensaje de Navidad, en el que se observa a un niño escribiendo una carta al Niño Jesús, en la que le pide “un nuevo obispo para nuestra diócesis”. Esta jurisdicción eclesial venezolana se encuentra sede vacante desde junio de 2024.

El P. Jhonluis Garabán, Administrador Diocesano, le deseó a todos los venezolanos una feliz Navidad en nombre de la Diócesis de San Carlos y remarcó el tema central del video: “Que este año, Dios nos regale un nuevo obispo para nuestra diócesis”, afirmó. 

La producción fue publicada en YouTube bajo el lema Aleluya, ha nacido El Salvador, e invita “a reflexionar sobre cómo la llegada del Niño Jesús ilumina nuestros corazones y nos llama a ser luz para los demás”. Y añade la diócesis: “A través de testimonios, música y reflexiones, buscaremos inspirar a cada uno de ustedes a vivir esta temporada con generosidad y compasión”.

Esperanza en medio de una complicada realidad

Los mensajes navideños de las diócesis venezolanas se unen al publicado por el Episcopado, a finales de noviembre, en el que pide al régimen chavista que sean liberados los miles de detenidos en el marco de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, entre los que se cuentan cientos de menores de edad.

Más de 2.000 personas han sido encarceladas en Venezuela, después de las elecciones. A los de menores de edad, recluidos en prisiones comunes y se les han imputado condenas de hasta 30 años de cárcel, acusados de “terrorismo”.

En la cárcel de Tocuyito, familiares de algunos detenidos esperan noticias de sus seres queridos. Son constantes las noticias sobre muertes dentro de las cárceles. Las ambulancias entran y salen del penal, según reseña Associated Press, pero a las personas que esperan fuera del recinto no se les da ninguna información sobre el bienestar de sus parientes.

“Cuando llegué aquí recibí la noticia (de la muerte de un preso bajo custodia). Ha muerto un hombre, eso es lo que nos han dicho. Y por eso estamos muy nerviosos, porque hoy ha sido él, mañana no sabemos quién puede ser”, expresó Yurimar Bermúdez, familiar de uno de los detenidos.

“Nos amenazan cuando entramos de visita para que no digamos nada porque son nuestros hijos (presos) los que pagarán. ¿Hasta cuándo nos van a amenazar? ¿Hasta cuándo nos van a callar la boca? Cualquiera que se oponga al régimen va a la cárcel. No es mentira. Ellos (el gobierno) dicen que esto no es político. Es político, señor, es político”, sentenció Gleydis Chávez, otra familiar apostada en la entrada de la cárcel.

Los obispos remarcan que las celebraciones navideñas llegan este año para ayudar a todos los fieles del país a “vivir el gran regalo del Dios que se hace hombre y nace en Belén”.

“Cada Navidad debe acercarnos a la pascua definitiva cuando la humanidad optando por el bien llegará al lugar donde 'se secará toda lágrima de sus ojos y no habrá ya muerte, ni habrá llanto, ni gritos ni fatiga, porque el mundo viejo ha pasado' (Ap 21,4)”, concluyen en su mensaje del 25 de noviembre.