El Obispo de Chascomús (Argentina), Mons. Juan Ignacio Liébana, compartió una reflexión en torno al valor que para los cristianos tiene el Pesebre, a raíz de la polémica suscitada por una parodia del Nacimiento de Jesús transmitida por el canal de streaming Olga. Desde el canal, pidieron disculpas.

“Para nosotros, los cristianos, el pesebre y la Navidad son símbolos muy valiosos y sagrados que queremos cuidar y custodiar. Ellos tienen que ver con nuestro ADN, con nuestra identidad, con nuestra esencia más profunda. Navidad es Jesús. Y Jesús es sagrado para nosotros”, sintetizó Mons. Liébana en un comunicado titulado “El pesebre no se mancha”.

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“Nos duele cuando no se respeta aquello que nos identifica, porque se nos lastima en nuestra identidad más profunda”, reconoció, recordando que recientemente, en los Juegos Olímpicos, sucedió algo así con la Última Cena, y ahora con la parodia del pesebre.

“¿Tanto nos cuesta la tolerancia?”; cuestionó. “Si no compartes lo nuestro, o si no lo comprendes, al menos no lo desprecies, no te burles, al menos respeta lo que para nosotros es sagrado”, sentenció, como “principio básico de tolerancia y de convivencia universal”.

“Frente a la estupidez humana, Jesús muchas veces guarda silencio, como frente a Herodes durante su Pasión”, señaló Mons. Liébana. Sin embargo, luego de celebrar la Misa en una unidad penitenciaria, “al ver a los detenidos tomar en sus manos, con tanto respeto y cariño, adorando en silencio al Niño Dios, sentía que tenía que decir algo”, admitió. 

“La palabra nos ayuda a poner límite, a decir ‘hasta aquí llegaste’, ‘respeta mis derechos’, ‘no da todo lo mismo’”, consideró. 

"Cuidar lo sagrado de la Navidad, es cuidar lo sagrado de toda vida humana, la del anciano, la del joven, la del niño por nacer, la de tantos ‘Loan’ que siguen siendo tratados como mercancía y negocio, a través de la trata, el narcotráfico y tantos flagelos”, indicó, recordando a Loan Peña, el niño desaparecido el pasado junio en Corrientes. 

“Cuidar lo sagrado del pesebre, es cuidar lo sagrado de la familia, de las tradiciones, de nuestra identidad religiosa y cultural, que no queremos que atropellen, ni maltraten”, sostuvo.

“Que al celebrar esta Navidad, reconozcamos a Cristo en cada hermano, incluso en aquel que posee otras creencias y convicciones, y renovemos nuestro compromiso de cuidar y respetar lo sagrado de la vida de cada prójimo”, animó, instando a la alegría verdadera “que brota del pesebre y del respeto al otro”.

En las últimas horas, el humorista Migue Granados, uno de los creadores y conductor de un segmento en el canal de streaming Olga, se refirió a lo sucedido en dos oportunidades. Al aire de su canal, expresó:  “No tenemos jefe, le hablamos a nuestra comunidad y es un canal de YouTube. Nadie está obligado a verlo”, recoge el diario argentino La Nación.

En la mañana del jueves, en un móvil televisivo de Desayuno Americano, un programa de América TV, Granados dijo que “está perfecto que pidan perdón”.

“Tienen que pedir perdón como grupo, como programa, y así va a ser”, añadió.

Durante la emisión del jueves, el conductor Martín Rechimuzzi leyó un comunicado: “En relación al sketch realizado el jueves pasado en el programa ‘Mi primo es así’, queríamos pedir sinceras disculpas. No fue nuestra intención generar una burla a una religión ni a sus fieles. Corresponde reconocer cuando nos equivocamos y eso fue lo que pasó. Por eso este equipo, antes de comenzar el programa de hoy, considera oportuno pedir perdón. Nos acercamos a las fiestas y estas fechas deben ser de unión y de paz. Sin mucho más que agregar, nuestras sinceras disculpas de parte de los que hacemos ‘Mi primo es así’. Martín, Evelyn, Noelia y Tomás”.

Pasado el mediodía, un grupo de personas se dio cita en la puerta del canal Olga para rezar el rosario en desagravio por las ofensas a la Sagrada Familia, en el horario en que se emite el programa “Mi primo es así”, donde se cometieron los agravios.

Desde la esquina de enfrente, y con un pequeño altar con una cruz y la imagen de la Virgen, los católicos comenzaron a rezar sin que desde el programa hicieran mención a lo que estaba sucediendo en la vía pública. Sin embargo, el programa finalizó media hora antes del horario en que comúnmente lo hace.