El P. Mateo Bautista, sacerdote experto en pastoral del duelo y en pastoral de la salud, acaba de lanzar con la editorial San Pablo en Perú el libro Niños y adolescentes en duelo, en el que detalla cómo ayudarlos ante la muerte de un ser querido.
“La pastoral del duelo quiere llevar la buena noticia en los momentos realmente dolorosos por la muerte de un ser querido. En esas muertes de seres significativos, pero también en situaciones dramáticas: en accidentes, también cuando mueren varios en la familia, niños, jóvenes, en los homicidios, suicidios, en las tragedias, en las desgracias”, indica el sacerdote camilo de origen español, en entrevista con EWTN Noticias.
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“Es una pastoral incardinada en el Evangelio, en el espíritu de consolación de las bienaventuranzas y en la persona misma de Jesús” que lloró por la hija de Jairo y por su amigo Lázaro y que “tuvo que hacer el duelo por su propia muerte”, refiere el presbítero, que también es conocido por haber donado sangre más de 160 veces.
¿Cómo hacer el duelo ante la muerte?
El P. Bautista refiere que el duelo se debe hacer a cualquier edad y que la pastoral del duelo se basa en tres principios: “comunidad, comunicación y comunión. Comunidad: el valor de los vínculos. Segundo, comunicación: el diálogo, hablar y escuchar, desahogarse, pero también los dolientes hacer una recepción. Y comunión, dar y darse, incluso darse desde el sufrimiento”.
El sacerdote comenta que en los grupos de pastoral del duelo que coordina desde hace varios años, la gente en las parroquias se ayuda mucho porque “cada persona doliente es también reflejo para las otras, es un estímulo”.
El presbítero resalta asimismo que en estos grupos se considera “la dimensión corporal, emocional, mental, relacional, valórica y espiritual, pensando que cuando sufre una persona por la muerte de un ser significativo, sufre también el matrimonio, sufren los hijos, sufre toda la familia”.
¿Cómo ayudar a niños y adolescentes a vivir el duelo?
El sacerdote resalta que ante la muerte “los niños no sólo sufren, sino que a veces sufren al ver sufrir a los mayores, Y ellos también tienen que hacer un trabajo de duelo. Es decir, hay una herida, hay que reconocerla, asumirla, trabajarla, cicatrizarla y sacar provecho humano y espiritual”.
“Los niños tienen que interiorizar esta realidad porque ya desde pequeños preguntan por la muerte. No sólo preguntan, juegan a la muerte: un niño pregunta de dónde venimos y pregunta también a dónde vamos”, prosigue.
El presbítero indica además que los niños pueden preguntar también, y naturalmente, sobre la muerte de sus padres, “entonces a los niños hay que informarles, hay que responderles, hay que darles buenos ejemplos de trabajo de duelo y algo importante que yo sostengo en el libro: Todo niño no se puede entender sin un adulto”.
La tutoría en el duelo
Por estas razones, continúa el sacerdote, “siempre que un niño sufre tras la muerte de un ser querido, debe tener una tutoría en el duelo. ¿Por qué? Porque el duelo hay que iniciarlo, continuarlo con una buena metodología y tiene que concluir. Y esto no lo puede hacer un niño solo”.
“Hoy día se dice que hemos hecho también de la muerte un tabú. Y no podemos tener esa actitud de decir ‘los niños no se enteran, o los niños no sufren’, o dejar la sanación al paso del tiempo”, alerta el sacerdote.
“Por eso necesitamos buenos tutores por parte de los adultos para acompañar a los niños y a los adolescentes que son etapas críticas”, remarca.
El lenguaje religioso y una recomendación final
El P. Bautista dijo también a EWTN Noticias que es importante “cuidar el lenguaje religioso en la pastoral del duelo. Cuidar también la imagen de Dios. Esas expresiones, por ejemplo, que ‘perdimos a un ser querido’. No, las personas no se pierden. O ‘Dios se los llevó’. No, Dios no lleva, Dios recibe. Dar siempre una imagen positiva de Dios. Dicho de otra manera, en la pastoral del duelo, muy especialmente, siempre decir de Dios Padre, lo que diría Jesús”.
El sacerdote, que vio a su madre morir a causa del cáncer cuando él tenía 11 años, concluye comentando: “En experiencia propia veo la necesidad de que, especialmente en la Iglesia, tengamos en cada parroquia la pastoral del duelo. Y especialmente con los niños. Y, sobre todo, que los adultos nos preparemos para dar buen ejemplo. Y por supuesto, también, prepararnos hasta el duelo por nuestra propia muerte”.
Puede adquirir online el libro Niños y adolescentes en duelo en este enlace en Perú y en la editorial Verbo Divino en Bolivia.