La Iglesia Católica expresó su profundo pesar por el fallecimiento de Florinda Orozco Calderón, una catequista que dedicó 19 años de su vida a este servicio en el estado de Colima, y que murió a “manos de la delincuencia organizada”.

De acuerdo con el medio local Meganoticias, el 3 de diciembre la catequista fue atacada en el municipio de Manzanillo por sujetos armados que se desplazaban en motocicleta. Los agresores la interceptaron y le dispararon varias veces antes de huir.

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En un comunicado, Mons. Gerardo Díaz Vázquez, Obispo de Colima, recordó a Florinda como una mujer que vivió un “proceso de conversión ejemplar”, del cual sus compañeras de pastoral catequética “dan testimonio de la fe que alcanzó gracias al encuentro con Cristo”.

El obispo indicó que Florinda, de 54 años, estaba casada y era madre de tres hijos. Además de su servicio catequético en la parroquia San Francisco de Asís en Manzanillo, también ofrecía charlas a los padres de familia de los niños de la comunidad, apoyando a las familias en su educación cristiana.

Mons. Díaz Vázquez dirigió palabras de consuelo a su familia y comunidad religiosa, asegurándoles “nuestras oraciones para que Nuestra Madre la Virgen de Guadalupe los conforte y los proteja”.

El asesinato de Florinda ocurre en un contexto de constante violencia en Colima, estado que ha encabezado el ranking de las 50 ciudades más violentas del mundo en el año 2002 y 2023, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, que incluye otras 16 localidades mexicanas en su lista.

En este contexto, Mons. Díaz Vázquez señaló que se viven “momentos difíciles desde hace ya varios años” y exhortó a la población a intensificar las oraciones para “pedir por la Paz en nuestra sociedad, pedir por las personas que han optado por el camino del mal y por nuestras autoridades para que en conjunto con la sociedad podamos cambiar esta triste realidad que ahora vivimos”.