El Centro Católico Multimedial (CCM), organismo que registra la violencia contra miembros de la Iglesia en México, reportó que desde 1990 han sido asesinados 80 sacerdotes en el país.

El P. Omar Sotelo Aguilar, director del CCM, presentó esta cifra en un informe difundido este 9 de diciembre. Durante su intervención en la conferencia de prensa, señaló que “como nunca en otro tiempo de la historia de México, la violencia ha alcanzado niveles preocupantes que azotan a todos los sectores sociales”.

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El sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) —fundador del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA)— alcanzó el nivel de homicidios más alto en la historia moderna de México, sumando un total de 199.621. Este auge de la violencia se produjo en el marco de la polémica política gubernamental de “abrazos, no balazos” frente al crimen organizado.

Este contexto de violencia y “vacío de poder y el desmantelamiento del Estado de derecho”, dijo el sacerdote, ha obligado a agentes de pastoral, laicos, sacerdotes y ministros de otras iglesias a asumir “el papel que las autoridades han declinado”.

“Alguien debe asumir lo que el Estado ha dejado de hacer, por incapacidad o, peor aún, por vivir en colusión con los hacedores del mal y del crimen en un binomio destructivo: corrupción e impunidad”, afirmó el P. Sotelo.

El informe del CCM también expone otras agresiones que dificultan la labor de los sacerdotes católicos, como amenazas, robos y actos de violencia.

Uno de los homicidios de más alto perfil fue el del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, Arzobispo de Guadalajara, cometido el 24 de mayo de 1993 en el aeropuerto de la capital del estado de Jalisco. El crimen no ha sido resuelto 31 años después. Su sucesor, el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, aseguró que se trató de un “homicidio de Estado”.

Últimos seis años 

De acuerdo al informe del CCM, en el sexenio de López Obrador se contabilizaron 10 sacerdotes asesinados, otros 14 presbíteros y obispos agredidos, un promedio semanal de 26 templos atacados, profanados o asaltados, y cerca de 900 casos de extorsiones y amenazas de muerte contra miembros de la Iglesia Católica.

Respecto a los homicidios, se observa así una disminución en comparación con los sexenios anteriores. Durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) se registraron 17 sacerdotes católicos asesinados, y durante la administración de Enrique Peña Nieto (2012-2018) la cifra ascendió a 19.

  • Sacerdotes 

El primero de los casos ocurridos durante el gobierno de López Obrador se produjo en octubre de 2018, cuando el P. Ícmar Arturo Orta Llamas, de la Arquidiócesis de Tijuana, en el estado de Baja California, fue encontrado sin vida con “heridas de bala” dentro de su vehículo. En 2019, también fue asesinado el P. José Martín Guzmán Vega, sacerdote de la Diócesis de Matamoros, Tamaulipas, quien, según el reporte del CCM, hacía “denuncias contra el gobierno del estado que fueron duras y severas”. 

El año 2021 fue especialmente trágico. El P. Juan Antonio Orozco Alvarado, sacerdote franciscano, murió en “un fuego cruzado” durante un enfrentamiento entre cárteles en la frontera de los estados de Durango y Zacatecas. El P. Gumersindo Cortés González y el P. José Guadalupe Popoca Soto fueron asesinados en Guanajuato y Morelos, respectivamente.

En 2022 también se registraron tres casos de asesinatos a sacerdotes. Entre ellos, el P. José Guadalupe Rivas, defensor de migrantes de la Arquidiócesis de Tijuana.

Ese mismo año tuvo lugar uno de los casos más emblemáticos de violencia contra sacerdotes: los jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar fueron asesinados dentro de su templo en una comunidad indígena del estado de Chihuahua. Los religiosos intentaron proteger a un hombre que buscaba refugio en el templo de Cerocahui, ubicado en la Sierra Tarahumara, mientras era perseguido por un delincuente armado.

La violencia continuó en 2023 con el asesinato del P. José Angulo Fonseca, del clero de la Diócesis de San Juan de los Lagos en Jalisco, a manos de su propio hermano; y del P. Javier García Villafaña, de la Arquidiócesis de Morelia, quien fue atacado con armas de fuego mientras conducía en el estado de Michoacán.

  • Seminaristas

En 2022, el seminarista José Dorian Piña, quien cursaba el tercer año de Teología en el Seminario de Zacatecas, fue asesinado cuando delincuentes abrieron fuego contra su familia mientras intentaban robarles el auto.

  • Ataques a obispos y sacerdotes

El CCM documentó al menos seis ataques contra obispos. Entre ellos, se destaca el caso del Arzobispo de Durango, Faustino Armendáriz Jiménez, quien en 2023 fue atacado por un sujeto con un arma blanca. También se menciona el asalto a la casa sacerdotal de la Diócesis de Cancún-Chetumal en 2024, donde varios clérigos fueron víctimas de este ataque.

En cuanto a los sacerdotes, se registraron siete agresiones graves.

Iglesias fueron blanco de extorsiones

Según el reporte, cada semana aproximadamente 26 recintos sagrados, “desde ermitas y oratorios hasta grandes templos o recintos de toda la Iglesia, son profanados por la comisión de delitos de alto impacto, menores y sacrilegios o profanaciones”. 

El informe también destaca que, de los ataques a sitios religiosos, un 42% de ellos son cometidos por “profesionales del crimen organizado especializados en el robo de arte sacro”. Un 37% fue realizado de grupos que “atacan por diversos motivos de intolerancia y

discriminación religiosa”, mientras que un 21% de las agresiones son efectuadas “por delincuentes dedicados al robo exprés de objetos religiosos a menor escala y de escaso valor”. 

En cuanto a las extorsiones y fraudes, el informe destaca que estas prácticas “van en aumento”. Sin embargo, advierte que “la cifra negra es superior a las denuncias presentadas”, lo que genera que “no haya un panorama claro de las cifras de delitos y cuáles son las diócesis con la mayor prevalencia en estos delitos”.

Esta información proviene de denuncias en medios de comunicación y redes sociales. No obstante, aún se desconoce la cifra exacta sobre pérdidas económicas.

¿Cuál es el panorama para el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum?  

El P. Sotelo compartió con ACI Prensa su preocupación sobre la tendencia de asesinatos en el país, advirtiendo que “puede haber más sangre, puede haber más situaciones de violencia”. 

Señaló que, durante el tiempo que lleva nueva administración de Claudia Sheinbaum, que asumió el gobierno el 1 de octubre, “hemos visto cómo han ocurrido masacres en varios lugares del país” contra civiles. Además, destacó que hay “extorsiones y amenazas de muerte a varios sacerdotes en México”, lo que deja claro que la situación “es latente”. 

Aunque expresó su esperanza de que esto no suceda, lamentó que “las tendencias son, lamentablemente, desfavorables”.

“No lo deseamos, ojalá nos equivoquemos. Créanme que estamos deseosos de equivocarnos en esta situación”, expresó el sacerdote mexicano.

Pocos días después del inicio de la administración de Sheinbaum, el 20 de octubre, se registró el asesinato del P. Marcelo Pérez, quien fue abatido por dos hombres después de haber celebrado la Misa. El sacerdote era conocido por ser un firme defensor de los indígenas de Chiapas y era reconocido como un “incansable apóstol de la paz”.