El Arzobispo de Sevilla (España), Mons. José Ángel Saiz Meneses, ha expresado que el II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular nos recuerda que “las hermandades están llamadas a ser escuelas de santidad”.

En este sentido, añadió que “cada gesto de servicio y cada proyecto caritativo son una invitación a crecer en virtud, fortalecer los lazos de fraternidad y a caminar juntos hacia la plenitud de la vida cristiana”. 

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El prelado también indicó en la clausura del congreso que se ha celebrado alo largo de la pasada semana, que las hermandades están convocadas “a desempeñar un papel fundamental en la construcción del Reino de Dios”, ofreciendo un modelo “de comunión y fraternidad que responde a las necesidades profundas de pertenencia y encuentro humano” en un mundo marcado por el individualismo.

Para el arzobispo, las hermandades, impulsoras de la piedad popular, se constituyen en “depositarias de una rica tradición”, al tiempo que son “protagonistas activas de una evangelización que mira hacia el futuro”, construyendo puentes entre la fe y la vida y siendo reflejo de una Iglesia en salida, al servicio de la humanidad”.

Siete conclusiones prácticas del congreso

El Arzobispo de Sevilla, resumió en siete conclusiones prácticas todas las aportaciones realizadas a lo largo del congreso: 

  1. Redescubrir la mirada transformadora de Dios.

  2. Ser “un reflejo vivo de la comunión eclesial, enraizada en Cristo”.

  3. Contemplar “el misterio divino como fuente de santificación”, de tal forma que la liturgia sea comprendida como “el acto de alabanza que hace posible el crecimiento en la santidad y la comunión eclesial”. 

  4. Necesidad de “ser fermento en medio del mundo” con un “testimonio valiente” del Evangelio en la sociedad contemporánea”. 

  5. Hay que “hacer presente el amor de Dios en medio de su pueblo”, respondiendo a las necesidades concretas mediante “una nueva imaginación de la caridad”.

  6. Queda de manifiesto que “la formación cristiana debe ser una prioridad de las hermandades”.

  7. Necesidad de impulsar la creación de “un observatorio como espacio de estudio y reflexión permanente sobre la piedad popular”.

Como broche de oro al II Congreso de Hermandades y Piedad Popular, tuvo lugar por las calles de Sevilla una procesión extraordinaria que comenzó a las 16 horas del domingo (hora local) y concluyó en la madrugada del lunes.