El Papa Francisco envió un mensaje por la reapertura de la Catedral de Notre Dame de París, en Francia, este sábado 7 de diciembre: “Hoy la tristeza y el luto dan paso a la alegría”, afirma el Santo Padre.

Mons. Celestino Migliore, Nuncio Apostólico en Francia, fue el encargado de leer las palabras del Pontífice, durante la solemne ceremonia de reapertura.

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“Me alegra mucho unirme a usted, Excelencia, en el pensamiento y la oración, así como a todos los fieles aquí reunidos y a todos los presentes, en este día solemne en que su Catedral se reabre al culto”, señala el Papa Francisco en su mensaje.

“Todos recordamos aún el terrible incendio que dañó gravemente el edificio hace cinco años. Nos dolía el corazón ante el riesgo de ver desaparecer una obra maestra de la fe y de la arquitectura cristianas, un testimonio milenario de vuestra historia nacional”, continuó el Pontífice.

“Hoy, la tristeza y el luto han dado paso a la alegría, la celebración y la alabanza. Saludo a todos aquellos, especialmente a los bomberos, que trabajaron con tanto valor para salvar este monumento histórico del hundimiento”.

El Papa Francisco también dio gracias a todos los que han colaborado con la reconstrucción “Esta efusión es señal no sólo del compromiso con el arte y la historia, sino también —¡y esto es muy alentador!— la señal de que el valor simbólico y sagrado de un edificio así sigue siendo ampliamente percibido, desde el más pequeño al más grande”.

El Santo Padre hizo votos para “que el renacimiento de esta admirable iglesia sea un signo profético de la renovación de la Iglesia en Francia”. 

“Invito a todos los bautizados que entrarán con alegría en esta catedral a sentir un legítimo orgullo y a reivindicar su patrimonio de fe. Queridos fieles de París y de Francia, esta morada, que habita nuestro Padre celestial, es vuestra; ustedes son sus piedras vivas”.

“Notre Dame pronto volverá a ser visitada y admirada por inmensas muchedumbres de personas de toda condición, origen, religión, lengua y cultura, muchas de ellas en busca del absoluto y del sentido de sus vidas”, subrayó el Papa Francisco.

Para concluir, el Santo Padre imploró “sobre la Iglesia de Francia, y sobre todo el pueblo francés, la protección de Notre Dame de París, les imparto a ustedes y a todos los presentes la bendición de todo corazón”.