Ante el proyecto de reforma de la Constitución Provincial en Santa Fe (Argentina), la Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz pidió “reconocer a la Iglesia dentro de la pluralidad, sin privilegios”.

En un comunicado difundido el miércoles 4 de diciembre, la Iglesia Católica local reflexionó sobre la importancia de la dimensión religiosa en el proyecto que se prevé para 2025.

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El Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, Mons. Sergio Fenoy; y su Obispo Auxiliar, Mons. Matías Vecino, junto con el Equipo Arquidiocesano de Pastoral Social y la Junta Arquidiocesana de Educación, destacaron la necesidad de que el texto de la Constitución Provincial promueva una sociedad plural y respetuosa de las diversas creencias religiosas.

En Argentina existe un Gobierno Nacional y provincias autónomas, y cada una de ellas tiene su propia constitución. Las constituciones provinciales deben  respetar la forma de gobierno representativa y republicana, respetar lo contenido en la constitución nacional, asegurar su propio Poder Judicial, organizar su régimen municipal, asegurar la educación primaria. Asimismo, el Gobierno nacional asegura a cada provincia el ejercicio de sus propias instituciones.

En ese marco, y en coherencia con la Constitución Nacional y los Pactos Internacionales, el Arzobispado considera inadmisible que en el contenido de la Constitución Provincial, más precisamente en el artículo 3, se declare a la religión católica como oficial de la provincia, porque esto “es prácticamente una profesión de fe”.

“Desde mediados del siglo pasado la Iglesia viene afirmando la justa autonomía y la cooperación del orden temporal con respecto al religioso. Por lo tanto, hay que concluir que la Provincia no es, ni puede ser, de ninguna manera «católica»”, precisan.

Sin embargo, señalan que “la ausencia de un credo como el único válido u oficial, no debe confundirse con el dogma laicista”, ya que el laicismo representa una posición “radicalmente contraria” que afirma que el Estado debería ser neutro en materia religiosa. 

Esto, “a simple vista, suena lógico y acorde a los tiempos, pero esconde dos errores”, advierten desde el arzobispado.

“El primero es la intrínseca contradicción”, ya que la neutralidad es “una postura religiosa conocida como agnosticismo”. El segundo error “tiene que ver con la intolerancia frente a la pluralidad que se pretende salvaguardar”, alertan.

Bajo esta neutralidad, añaden, se reflejaría la voluntad de “impedir la inspiración cristiana de la cultura nacional”, lo que suplantaría una presencia indebida de la Iglesia por una presencia indebida del Estado.

Por eso, proponen sustituir el artículo por una redacción que respete la pluralidad y garantice la cooperación entre el Estado y las instituciones religiosas, contemplando a todas las expresiones de fe sin privilegios exclusivos para ninguna.

De este modo, se evitaría el laicismo extremo, reemplazándolo por una “secularidad inclusiva”, que reconozca y valore el aporte histórico y cultural de la Iglesia católica, pero sin menospreciar los demás credos.

Históricamente, indica el comunicado, la Iglesia Católica “ha contribuido y sigue contribuyendo de forma notoria a la idiosincrasia cultural de la gente y a la construcción del tejido social”, por lo que “sería desleal no reconocerlo”, agrega.

En ese sentido, destaca la contribución de la Iglesia en áreas como salud, educación, asistencia social, cuyo funcionamiento no es sostenido por parte del Estado, como tampoco lo son los salarios de los sacerdotes. Por eso, valora la “mutua colaboración para las actividades en función del bien común”. 

“En una sociedad que se jacta cada vez más de ser pluralista, sería lamentable que toda la educación y la promoción humana sea laica y esté monopolizada y homogeneizada por el Estado, sin que los padres puedan intervenir, y sin que otras instituciones –la Iglesia entre ellas– puedan hacer su aporte enriquecedor”, puntualiza.

Asimismo, llama a incluir en el debate temas como la dignidad humana desde la concepción hasta la muerte natural, la objeción de conciencia y la perspectiva de género, evitando imponer “visiones ideológicas únicas”.

Finalmente, los prelados hacen un llamado a la sociedad santafesina para construir una Constitución que represente verdaderamente la diversidad y aspiraciones del pueblo, tal como promueve el Papa Francisco con su mensaje de inclusión para “todos, todos, todos”.