El Obispo de Ciudad del Este (Paraguay), Mons. Pedro Collar, exhortó a las familias a “abrirse a la vida” para llenar las “cunas vacías” ante la problemática local y mundial de la baja natalidad.
Lo hizo en el marco del novenario dedicado a la Virgen de Caacupé, patrona del Paraguay, cuya fiesta se celebra el domingo 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción.
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Cada día de la novena está dedicado a rezar por un tema de relevancia social y es encabezado por diferentes obispos.
Mons. Collar tuvo a cargo la prédica del quinto día de la novena, el lunes 2 de diciembre, con el tema central: “Comunidades y familias que cuidan la vida como signos de esperanza”, consigna que motivó un llamado del obispo a las familias paraguayas a “abrirse a la vida”.
Al manifestar su preocupación por la caída en la tasa de natalidad, tanto en Paraguay como en el mundo, el prelado llamó a un acuerdo social “por la sonrisa de muchos niños y niñas que vendrán a llenar las numerosas cunas vacías que ya existen en varios lugares del mundo”.
Según el Instituto Nacional de Estadística, la tasa bruta de natalidad en Paraguay experimentó un decrecimiento sostenido en las últimas décadas: en 2004 fue de 24,94 por mil; en 2014, de 21,67 por mil; y en 2024, de 18,97 por mil.
El ritmo de crecimiento medio anual de la población paraguaya en 2022 fue de 1,36%; en 2023, de 1,34% y se espera que en 2024 sea del 1,33%, indica la misma entidad.
Un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas señala que “a escala internacional, la fecundidad se ha reducido de un promedio de 5 nacimientos por mujer en 1950 a 2,3 en 2021”. La previsión es que “la fecundidad descienda a 2,1 nacimientos por mujer en 2050”.
Al analizar las causas de este descenso en la natalidad, Mons. Collar hizo un análisis de la vida moderna y sus “ritmos frenéticos” como también de “los temores ante el futuro, la falta de garantías laborales y de tutelas sociales adecuadas”.
Asimismo, alertó sobre los modelos sociales “cuya agenda está dictada por la búsqueda de beneficios en lugar del cuidado de las relaciones” y que “han llevado a varios países a experimentar una preocupante disminución de la natalidad”,.
En la misma línea, advirtió sobre el “consumismo extremo y selectivo”.
Para responder a esta problemática, llamó a tener en cuenta “que la apertura a la vida, a través de una maternidad y paternidad responsables, es el proyecto que el Creador ha inscrito en el corazón y en el cuerpo de los hombres y las mujeres”, y llamó entonces a preguntarse “¿Cómo podemos nosotros, actualmente, promover la esperanza?”.
El obispo llamó finalmente a las autoridades a garantizar las condiciones para el desarrollo de las personas, a través de las leyes y del cumplimiento de los derechos a la salud y a la educación, que muchas veces quedan postergados “en gran medida a causa de la corrupción imperante”.