La Renovación Carismática Católica ha acatado “con obediencia filial” la reciente nota doctrinal de los obispos sobre la “sanación intergeneracional” con criterios contra esta práctica alejada del Magisterio y la Tradición de la Iglesia Católica. 

En un comunicado publicado en su sitio web, la Renovación Carismática Católica de España expresa que acoge con gratitud el contenido del documento aprobado por la Conferencia Episcopal Española y “se adhiere a la misma con obediencia filial, compartiendo su contenido y la preocupación que subyace”.

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Asimismo, afirma que el movimiento “seguirá velando para que, en el ámbito propio de nuestra Asociación, parte de la entera Corriente de Gracia, se sigan sus directrices”. 

La organización carismática añade que el documento de los obispos titulado Su misericordia se extiende de generación en generación es necesario “para aclarar conceptos, riesgos en esta práctica,así como los ámbitos de su realización, a la luz de los estudios realizados y los apuntes del Magisterio de la Iglesia Católica que enuncia”.

Además, esperan que lo expuesto por los obispos ayude “a detectar y corregir estas prácticas que se alejan de la Tradición y el Magisterio de la Iglesia y que pueden causar gran daño moral y espiritual al pueblo santo de Dios”.

El comunicado de la Renovación Carismática Católica de España está firmado por su coordinador nacional, Víctor Gregorio Arellano y el asesor espiritual nacional Francisco Javier Ramírez de Nicolás, presbítero de la Diócesis de Osma-Soria.

La Renovación Carismática Católica de España es una asociación privada de fieles, cuyos estatutos fueron aprobados por la Conferencia Episcopal Española en 2004 y modificados en 2011. 

La nota aprobada por la Conferencia Episcopal Española señalaba entre los precursores de esta práctica al sacerdote católico Robert DeGrandis, de la Sociedad de San José, “que ha popularizado la práctica en la Renovación Carismática Católica por su vinculación a ella”.

DeGrandis y otros autores defienden “la transmisión intergeneracional del pecado y, correlativamente, la posibilidad de una sanación intergeneracional”, denuncia el documento episcopal. 

El modo de “sanar” consecuencias físicas y psíquicas consiste en “identificar el pecado en el propio árbol genealógico” y romper ese vínculo pecaminoso a través de tiros de “intercesión, exorcismos y, especialmente, la celebración de una Eucaristía”, que en teoría provoca una supuesta sanación, según se explica en el documento. 

Los obispos españoles señalan que “el pecado es siempre personal y requiere una decisión libre de la voluntad”, y que lo mismo ocurre con la pena asociada al pecado. Por otro lado, los prelados recuerdan que “el único pecado que se transmite de generación en generación es el pecado original”, pero advirtiendo que tiene este nombre “de manera análoga”.

Además, afirman que no cabe “sostener una transmisión intergeneracional del pecado sin contradecir la doctrina católica sobre el Bautismo”, sacramento en el que “acontece el perdón de todos los pecados”.

Respecto de la Eucaristía, sostiene que introducir peticiones de sanación intergeneracional “distorsiona gravemente la celebración eucarística”.