Tanto la Conferencia Episcopal Española (CEE) como diversas asociaciones familiares criticaron la aprobación del Consejo de Ministros de un anteproyecto de ley que permite el divorcio en pocos meses, considerándolo un desprecio total hacia el matrimonio y un frontal ataque contra la familia.
En una nota de prensa, la CEE critica que la nueva ley, intenta equivocadamente responder al grave problema del incremento de las rupturas matrimoniales y los dramas consiguientes, porque parte de una incorrecta visión del matrimonio que no considera su carácter sagrado y lo reduce a un mero contrato entre particulares.
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Los Obispos manifestaron su preocupación porque “muy probablemente lo que vendrá serán más divorcios y más sufrimiento. Porque la Ley no parte de una buena concepción antropológica del matrimonio como institución social fundamental, sino más bien de una ideología individualista que lo reduce a un mero contrato entre particulares”.
El comunicado citó lo declarado anteriormente por la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal en la Instrucción Pastoral “La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad” en la que sostiene que “si se pierde el sentido sagrado del matrimonio, se acabará por valorarlo simplemente como un contrato entre particulares, y, por consiguiente establecido a su arbitrio y dependiente de su voluntad, la cual puede cambiar y llegar a romperlo”:
Así, “el divorcio es concebido como un derecho, incluso como una condición para contraer matrimonio, una cláusula de ruptura. Esta mentalidad introduce una inestabilidad estructural en la vida matrimonial, que la hace incapaz de afrontar las crisis y las dificultades con las que inevitablemente se encontrará”, señalaba en aquella ocasión la CEE.
De otro lado, el Foro Español de la Familia (FEF) consideró la reforma de la Ley del Divorcio "un desprecio total" a la familia y denunció que la medida supone su equiparación con las parejas de hecho.
El FEF, que agrupa a cinco mil asociaciones y confederaciones, señaló que según el borrador del Gobierno, el matrimonio pasaría a ser "el contrato menos protegido por el Derecho, al poderse disolver en tres meses por voluntad de uno sólo de los contrayentes", y supondría su desaparición del ordenamiento jurídico español.
Asimismo, el Foro lamentó "profundamente que el Gobierno haya dado este paso arbitrario, sin oír antes a las organizaciones sociales representativas de las familias españolas a través de la solicitada Mesa de Diálogo", y confió en que en el trámite parlamentario se corrija una iniciativa "esencialmente negativa y perjudicial de forma que no llegue a aprobarse".
Benigno Blanco, portavoz del FEF, señaló que "un contrato que se puede romper unilateralmente por una de las partes a los tres meses sin que concurra ninguna causa más que la voluntad de no cumplirlo, no sólo no tiene nada que ver con algo tan serio para las personas como el matrimonio, sino que no puede llamarse ni siquiera contrato". Blanco se preguntó si "alguien alquilaría un piso si supiera que el arrendador a los tres meses de firmar el contrato puede reclamarle que abandone la casa en cualquier momento?".
El dios voto o antirreligiosidad trasnochada
Por otro lado, el Obispo de Mondoñedo-Ferrol, Mons. José Gea Escolano advirtió que la Ley en cuestión puede "romper" el concepto de familia y facilitar los matrimonios de conveniencia.
Según el Prelado, ante cualquier ley "hay que distinguir entre legal y moral" y advirtió que "no todas las leyes son morales por muchos que sean los votos con que se aprueben" y que "no podemos olvidar que toda ley debe estar en función del bien común de la sociedad ya que afecta a la vida de todos".
Mons. Gea Escolano se preguntó si los actuales dirigentes a la hora de legislar en materia del divorcio "se dejan llevar por el llamado dios voto o por una antirreligiosidad un tanto trasnochada, o si están con aquello que llaman avance o progreso, sin pararse a pensar hacia dónde quieren avanzar o progresar".
El Obispo cuestionó que sea “progreso" facilitar el divorcio de manera que quede al arbitrio de los esposos, o romper el matrimonio sin apenas tiempo para una posible reconciliación. Según Mons. Gea Escolano, esta ley puede alentar el aumento de niños "faltos de referencias a sus padres y su hogar".
Finalmente, el Prelado se preguntó si la sociedad es consciente de que "está en juego la estabilidad del matrimonio" y si "habrá una reacción fuerte y decidida ante tantos intentos de romper la familia con leyes que no buscan el bien común", sino otros intereses.