Al recibir a los miembros de un grupo bancario italiano, el Papa Juan Pablo II indicó que el mundo del crédito necesita guiarse por la moralidad y los “valores superiores del vivir humano” si quiere ser útil para el pleno desarrollo de la comunidad.

"El complejo mundo del crédito solicita la reflexión de la Iglesia, por las numerosas implicaciones éticas que conlleva. Efectivamente, sería insuficiente limitarse a perseguir el beneficio máximo; en cambio, si se quiere ser útil para el crecimiento verdadero y el pleno desarrollo de la comunidad, es necesario referirse a los valores superiores del vivir humano”, dijo el Santo Padre.

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Ante los 25 miembros del grupo bancario Capitalia recibidos en audiencia este viernes en Castelgandolfo, Juan Pablo II recordó que “a este propósito observaba el gran economista católico Giuseppe Toniolo que la moral cristiana debe considerarse 'como el factor más potente para suscitar en los pueblos las energías económicas y para garantizar las relaciones más regulares y eficaces'".

"Vuestra presencia en la sociedad -dijo el Papa en el discurso que les dirigió- puede ser una herramienta de progreso verdadero, ofreciendo ayuda a todas las iniciativas válidas de personas y grupos, que recurren a vosotros para sus necesidades legítimas de servicios financieros y económicos".

Al final de su intervención, Juan Pablo II deseó que el trabajo de los miembros del grupo bancario “se asiente siempre en esta visión superior para contribuir al bienestar de cuantos se sirven de vuestra actividad y, más en general, de toda la comunidad en la que obráis".