La Iglesia Católica en Uruguay lanzó un llamado urgente a las nuevas autoridades tras la victoria en las elecciones de la fórmula encabezada por Yamandú Orsi, acompañado por Carolina Cosse como vicepresidente. Con el aborto y el matrimonio igualitario ya establecidos, los obispos se enfrentan ahora a una batalla crucial: frenar la eutanasia. 

En un país conocido por su secularismo, la jerarquía eclesiástica busca reinventarse para influir en una sociedad que parece alejarse cada vez más de los valores tradicionales. Aprobadas desde hace años las leyes que regulan el aborto y la unión civil entre personas del mismo sexo, el desafío para la Iglesia Católica será lograr que la legislación proteja la vida hasta su fin natural, ante un proyecto de ley que busca regular la práctica de la eutanasia.

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En una carta firmada por el presidente de la Conferencia Episcopal de Uruguay (CEU), Mons. Arturo Fajardo; el vicepresidente, Cardenal Daniel Sturla; y el secretario general, Mons. Heriberto Bodeant; los obispos auguraron a los gobernantes electos “una buena gestión en bien de todo nuestro pueblo”.

En nombre de los laicos, consagrados, diáconos, sacerdotes y obispos, exhortaron a los dirigentes políticos que asumirán su rol el 1 de marzo de 2025 a “caminar con nuestros hermanos y hermanas, compartiendo desafíos, trabajando por su dignidad y bienestar, tanto en el plano material como espiritual y contribuir a la construcción de una sociedad más justa y solidaria”. 

Citando la carta publicada en abril de este año y titulada “Libertad, justicia y compasión en el alma de nuestro pueblo”, expresaron: “En esta realidad política que es el Uruguay, los cristianos estamos llamados al compromiso y el primero de ellos es el de construir hoy puentes para que la sociedad no se fragmente en lo político y para que los hermanos que viven situaciones que tienden a marginarlos puedan vivir en una comunidad más integrada”.

En diálogo con EWTN Noticias, el secretario general de la Conferencia Episcopal, Mons. Heriberto Bodeant, destacó la instancia de diálogo previa a las elecciones que llevaron adelante la Iglesia Católica y los diferentes candidatos, donde se pudieron poner en común distintas preocupaciones, en especial de carácter social.

El prelado reconoció que actualmente no están en debate temas como el aborto, que ya está legalizado hace muchos años “y que tiene resultados muy tristes” en “un país de bajísima natalidad”, remarcó.

“El último censo mostró que en 11 años la población había crecido un 1,07%”, precisó Mons. Bodeant, “y ha crecido más por la migración recibida que por los nacimientos”, indicó. El Instituto Nacional de Estadística informó que la tasa de crecimiento intercensal (2011-2023) fue del 1%.

La dignidad humana en el centro del debate

Pese a que la legislación vinculada a políticas de género y al aborto ya llevan años vigentes en Uruguay, el obispo señaló que “está todavía en debate el tema de la eutanasia, y así tratamos de estar presentes a través de laicos que tienen formación, que buscan en este país —que es sumamente secularizado, donde lo religioso para muchos no es en absoluto una referencia—  ir más desde una perspectiva filosófica, argumentaciones sobre la dignidad humana, sobre los límites también de la actuación del Estado”, expuso.

Mons. Bodeant destacó la disposición de la Iglesia Católica a “ayudar a tender puentes”. Sobre los nuevos gobernantes espera que puedan “negociar, buscar realmente un entendimiento”, sobre todo con el gran porcentaje de uruguayos que no los votó: un 47,92% que optó por el Partido Nacional.

“Queremos cuidar el alma de nuestro pueblo, queremos cuidar esos valores, particularmente el de la compasión —con todo lo que significa— con el cuidado de la vida desde su comienzo en el seno de la madre, hasta su fin natural, pero también el de la vida que crece, de la vida que necesita particulares cuidados”, dijo.

La fórmula encabezada por Yamandú Orsi se impuso este domingo en la segunda vuelta electoral con el 52,1% de los votos sobre el candidato del Partido Nacional, Álvaro Delgado.

Discípulo del expresidente José “Pepe” Mujica, Orsi había ganado las elecciones generales de octubre, pero sin lograr la mayoría requerida (el 50%+1 de los votos). 

Uruguay inaugura una nueva etapa del Frente Amplio con la promesa de no aplicar cambios bruscos a las políticas del presidente Luis Lacalle Pou sino de ejercer un gobierno moderado, exponente de una “izquierda moderna”, dijo a Reuters.

El Frente Amplio gobernó Uruguay desde 2005 hasta 2020. En esos años se aprobaron la unión civil entre personas del mismo sexo, la despenalización del aborto hasta la semana 12 de gestación y el cultivo, comercialización y tenencia de marihuana. 

También promovió, en julio de 2024, una moción en el Senado para tratar con carácter de gravedad y urgencia el proyecto de ley para regular la Eutanasia. La moción fue frenada por los representantes del Partido Nacional.