En la compleja sociedad actual, es necesario esforzarse para garantizar que el dinero ganado con tanto esfuerzo, una vez invertido y en el éter financiero, no financie el tipo de cosas que los católicos rechazan, como el aborto, la pornografía o prácticas laborales poco éticas.
Pero seguramente la propia Iglesia, con sus importantes activos invertidos, ya se ha dado cuenta de esto… ¿verdad?
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Aunque los principios detrás de la inversión católica se han articulado claramente en los últimos años, fuentes dijeron a CNA —agencia en inglés de EWTN News— que muchas entidades católicas aún tienen un largo camino por recorrer para asegurarse de que sus inversiones realmente se alineen con esos principios.
Un ejemplo: cuando Daniel Catone —fundador de Arimathea Investing— y su equipo de expertos financieros comenzaron a indagar en las finanzas de las entidades católicas que se acercaron a ellos, descubrieron algo extraordinario y sorprendentemente generalizado.
Casi todos sus clientes católicos, incluidas muchas diócesis de Estados Unidos, estaban financiando involuntariamente, a veces por una suma de millones de dólares, productos y prácticas que contradicen directamente la fe.
“Tenemos que mirar la realidad de las decisiones que estamos tomando con nuestros dólares, [porque] así como Nuestro Señor nos llamará a rendir cuentas por cada palabra descuidada que salga de nuestras bocas, así también el Señor nos llamará a rendir cuentas por cada dólar descuidado que salió de nuestras billeteras”, dijo Catone a CNA.
Arimathea es sólo una de un número creciente de empresas católicas que buscan ayudar a las personas, ministerios y diócesis a alinear sus carteras de inversión con las enseñanzas de la Iglesia Católica, al tiempo que buscan rendimientos financieros competitivos.
¿Qué enseña la Iglesia Católica sobre la inversión?
La Iglesia ha intervenido de manera bastante exhaustiva –y bastante recientemente– sobre el tema de las inversiones, tanto a nivel de los obispos de los Estados Unidos en 2021 como a nivel mundial con el documento del Vaticano de 2022 Mensuram Bonam.
Mensuram Bonam —cuyo título significa “buena medida”— lanza una amplia red, exhortando a los inversores a considerar la ética y las consecuencias de sus acciones, especialmente cómo sus decisiones de inversión afectarán a los más vulnerables del mundo. Enfatiza que los inversionistas católicos deben tratar no sólo de evitar el daño, sino también de promover activamente el bien.
El documento identifica un conjunto de principios básicos para los inversores arraigados en la doctrina social católica.
Los principios incluyen el reconocimiento de la dignidad de todo ser humano, promover el bien común, trabajar en solidaridad con los más vulnerables, el cuidado del medio ambiente, y la subsidiariedad, es decir, la idea de que la toma de decisiones debe realizarse al nivel más adecuado.
Las directrices también establecen criterios de exclusión específicos que los inversores católicos deben conocer y examinar. Estos incluyen la financiación del aborto, los armamentos, las armas nucleares, los anticonceptivos, la investigación con células madre embrionarias, la pornografía, las sustancias adictivas, las violaciones de los derechos humanos, como las infracciones de las leyes laborales, la corrupción y las prácticas comerciales desleales.
La elaboración de Mensuram Bonam fue motivada, en parte, por una controversia de los últimos años sobre las propias inversiones del Vaticano.
En abril de 2021, un programa de investigación italiano acusó al Vaticano de invertir 20 millones de euros (en aquel entonces unos 24 millones de dólares) en varias empresas farmacéuticas implicadas en la fabricación de anticonceptivos de emergencia, o la “píldora del día después”. Posteriormente, en 2022, se elaboró una política que ordenaba que las inversiones financieras de la Santa Sede no pudieran contradecir las enseñanzas católicas.
Las Directrices de Inversión Socialmente Responsable de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), publicadas en 2021, aplican al panorama de inversión de Estados Unidos muchos conceptos similares que se encuentran en Mensuram Bonam.
Los obispos insisten en la importancia de discernir si las inversiones protegerán la vida humana, lo que significa evitar cualquier empresa involucrada en el aborto, la eutanasia y el suicidio asistido, la investigación con células madre embrionarias, la clonación humana y otras prácticas que la Iglesia enseña que son malas.
Al mismo tiempo, los inversores deben esforzarse por promover la dignidad humana y el bien común, escribieron los obispos.
Esto significa que los inversores católicos deben evitar las empresas que se sabe que violan persistentemente los derechos humanos de sus trabajadores o que operan en países con un historial deficiente en materia de derechos humanos. Las empresas con vínculos con la pornografía, la trata de personas o una visión no católica de la identidad y expresión de género deben evitarse, señalaron los obispos.
Esto también significa evitar las inversiones en ciertos “comportamientos habituales dañinos” y “materiales adictivos” como el juego, el tabaco y las drogas recreativas; también las armas de fuego, dijeron los obispos, excepto para la caza legítima, el uso militar o el uso policial.
Al mismo tiempo, los obispos instaron a los inversores a apoyar cosas positivas como las fuentes de energía renovable, biodiversidad y recursos hídricos, vivienda asequible, y, frente a una perspectiva a menudo negativa de muchas producciones de Hollywood, medios de comunicación virtuosos que fortalecen a las familias y contribuyen a una cultura más positiva y humana.
“Una vida totalmente integrada”
Después de una exitosa carrera de dos décadas en finanzas supervisando miles de millones de dólares en inversiones, Catone, quien tiene una maestría en Teología, se dedicó a lo que él llama “inversión fiel”.
Fundó Arimathea en 2023 como una empresa de gestión de activos que lleva a cabo una investigación en profundidad y de vanguardia tecnológica para garantizar que las carteras de sus clientes —“dólares destinados a ser utilizados por el pueblo de Dios”— estén verdaderamente alineadas con los católicos.
Al confiar en grandes empresas seculares como BlackRock o Morgan Stanley para administrar su dinero, muchos católicos están financiando, sin saberlo, organizaciones y prácticas que contradicen directamente las enseñanzas de la Iglesia, reiteró, citando la propia investigación rigurosa de Arimathea.
Estos incluyen inversiones en empresas como Microsoft, que no sólo paga los viajes de aborto de sus empleados, sino que también se sabe que viola los derechos de los trabajadores en los países en desarrollo; otras compañías que causan abortos directamente mediante la distribución de medicamentos Plan B; incluso empresas como cadenas hoteleras que se benefician directamente de la venta de pornografía, dijo.
“Me di cuenta de que el mundo secular estaba, en cierto modo, engañando a la Iglesia católica. Y por muy chocante que pueda parecer, la mayoría de las personas no se convierten en obispos porque sean muy buenos eligiendo acciones, sino que confían en la experiencia de estas organizaciones seculares”, dijo Catone.
Instó a los católicos a examinar sus propias inversiones, como su 401(k) [plan de ahorros e inversiones para jubilación en Estados Unidos], con un asesor financiero de confianza.
“El paso 1 es dejar de tratar nuestro dinero como ‘fuera de la vista, fuera de la mente’. Porque el Señor nos está llamando a vivir una vida totalmente integrada”, dijo Catone.
“Nuestro Señor Jesucristo necesita ser el Señor de cada parte de nuestra vida... y eso también incluye nuestro 401(k) y nuestra IRA [cuenta individual de jubilación en Estados Unidos]. Así que para despertar, el primer paso es abrir los ojos... porque no podemos arrepentirnos de lo que no sabemos”.
En el sitio web de Arimathea, los católicos pueden enviar su cartera de inversiones a la compañía, que luego la examinará, de forma gratuita, ofreciendo una especie de “boleta de calificaciones” sobre la ética de cada inversión desde una perspectiva católica, señaló Catone. Agregó que la investigación de Arimathea se basa en una sólida comprensión de la teología católica, una rareza entre las empresas de inversión, así como en lo que él llama una “lectura literal” del documento de la USCCB de 2021.
Arimathea también está trabajando para desarrollar una red de asesores acreditados que estén capacitados en los principios de la doctrina social católica y puedan guiar a los inversionistas católicos, dijo.
El objetivo no es simplemente evitar las “malas” empresas, sino también buscar activamente inversiones que promuevan la dignidad humana y el bien común, enfatizó.
Una forma de hacerlo es a través del voto por poder, una herramienta para influir en el comportamiento corporativo y promover cambios desde dentro que, según Catone, puede ser útil para presionar a las empresas a adoptar prácticas más éticas. Dijo que los católicos deberían participar activamente en el intento de mejorar las empresas en las que invierten y que han tenido cierto éxito en ese sentido en el pasado.
Catone dijo que el éxito financiero de Arimathea demuestra que es posible invertir de una manera que esté totalmente en línea con la fe católica sin sacrificar los rendimientos monetarios.
“Lo que estamos tratando de mostrar en Arimathea es que se puede trazar la línea... Y decir, ¿sabes qué? Ni aborto, ni pornografía, ni drogas, ni trabajo esclavo. ¿Y sabes qué? Los retornos son grandes", concluyó.
Al mismo tiempo excelente y auténticamente católico
Shane Giblin, director ejecutivo de The Abbey Group, le dijo a CNA que el entorno cultural tras la anulación de Roe v. Wade expuso “un poco de crisis en el área de la inversión católica”.
The Abbey Group surgió a fines de la década de 2010 después de que la Abadía de San Miguel en el condado de Orange, California (Estados Unidos), bajo el liderazgo de recaudación de fondos de Giblin, logró recaudar 150 millones de dólares para construir una nueva abadía, superando ampliamente las expectativas.
Comenzaron a brindar consultoría pro bono para ayudar a otras entidades católicas a replicar su éxito, y se lanzaron oficialmente en 2020 con el objetivo de ayudar a causas católicas valiosas a generar y hacer crecer los recursos que necesitan para vivir plenamente su misión. The Abbey Group es selectivo en sus proyectos y los evalúa en función de su alineamiento con las enseñanzas católicas, el impacto potencial de sus esfuerzos y la fortaleza de su liderazgo.
Giblin dijo que a raíz de la anulación de Roe, las “pantallas” que se estaban aplicando a muchas carteras de inversión católicas necesitaban ser reevaluadas; no estaba claro cuán efectivas eran, o qué estaban haciendo para limitar potencialmente los retornos, señaló.
La otra cosa que Giblin dijo haber notado fue que muchos inversores católicos no estaban destinando mucho al capital privado (la compra y venta de acciones en empresas privadas).
“Lo que vimos fue un gran interés y estímulo en la creación de una solución de inversión alternativa que sea auténticamente católica, específicamente algo en el espacio de capital privado”, dijo Giblin.
Para abordar la necesidad, Giblin dijo que The Abbey Group Capital se ha asociado con Carrick Capital Partners, una firma dirigida por un católico fiel, para ayudar a sus clientes a aumentar el dinero que recaudan, y hacerlo de una manera que se alinee con las enseñanzas de la Iglesia.
La asociación, que se beneficia de la orientación espiritual de los sacerdotes norbertinos de la abadía, garantiza que las inversiones se alineen con los valores católicos, como evitar el aborto y el apoyo positivo para las madres que desean tener y criar a sus hijos, dijo Giblin.
Giblin dijo que espera que su enfoque inspire a otros en la comunidad católica a adoptar estrategias similares, contribuyendo en última instancia a un panorama más dinámico y competitivo en la inversión católica.
“Parece con demasiada frecuencia que el espacio católico tiene que tomar la decisión entre ser excelente o ser auténticamente católico. Creo que ese es un problema del que realmente tenemos que salir, una dinámica de la que tenemos que huir, porque no son términos mutuamente excluyentes”, dijo.
“He visto un resurgimiento últimamente que me da mucha esperanza. Creo que la gente está empezando a ser mucho más rigurosa y a estar más atenta a la necesidad de administrar estos recursos con mucha vigilancia cuando se trata de lo que están invirtiendo y en lo que no están invirtiendo".
Diferencia entre inversión secular, ESG e inversión católica
Richard Todd, director ejecutivo de Innovest, una firma financiera católica con sede en Colorado que administra alrededor de 50.000 millones de dólares, dijo que había poca conciencia de la posibilidad, o incluso la necesidad, de inversiones alineadas con los católicos en 1996, cuando fundó su firma.
Pero ese panorama ha cambiado significativamente con el aumento de las grandes firmas de inversión seculares que “se aprovechan” de los católicos confiados, dijo.
“El ‘otro lado’ se ha estado aprovechando de los católicos durante, yo diría, probablemente los últimos 10 años, pero muy específicamente en los últimos cinco”, dijo Todd a CNA.
“Antes, como inversor católico, si eras dueño de una empresa podías confiar en que la gerencia haría lo correcto para ella. Pero ya no es así debido a la presión que ejercen estos grandes administradores de activos”.
Todd dijo que Innovest trabaja con los clientes para desarrollar pautas de inversión personalizadas que reflejen sus valores únicos, lo que permite a organizaciones como diócesis y universidades articular sus preocupaciones éticas específicas y garantizar que sus carteras de inversión estén realmente alineadas con su misión.
A continuación, diseñan carteras diversificadas que incluyen acciones y bonos tradicionales, junto con inversiones alternativas como bienes raíces, deuda privada y capital privado.
Todd, haciendo eco de las palabras de Catone, enfatizó la importancia de ir más allá de simplemente evitar inversiones dañinas, y resaltó la importancia de buscar compañías que promuevan valores positivos. Dijo que Innovest busca compañías que prioricen el desarrollo humano y fomenten una cultura empresarial sólida, y también reiteró la importancia de que los católicos con grandes inversiones utilicen el voto por poder para influir en las compañías para mejorarlas.
“Muchas organizaciones que son católicas no prestan ninguna atención al voto por poder. Terminan votando por cosas que están completamente fuera de sus valores, fuera de los valores católicos. Creemos que entender cómo se vota a los apoderados es realmente crucial”, dijo.
Señaló que un marco popular de inversión basada en valores, gobernanza ambiental, social y corporativa (ESG, por sus siglas en inglés), también conocida como inversión de impacto, puede incluir elementos que son “anticristianos” o desalineados con los valores católicos. Dijo que busca educar a los clientes sobre las diferencias entre la inversión secular, ESG y la inversión católica.
Al igual que Giblin, Todd dijo que cree firmemente que los inversionistas no tienen que sacrificar los rendimientos financieros para invertir en alineación con los valores católicos. Señaló el aumento de gestores de activos competentes que son expertos en la gestión de carteras de valores católicos y, al mismo tiempo, logran resultados competitivos en el mercado o incluso superiores en comparación con las carteras seculares.
“Creo, sin embargo, que hay muy pocos en el mundo católico que piensan de esta manera. Creo que estamos en la primera entrada”, dijo Todd.
“Creo que hay algunos que se están moviendo en esta dirección que son prominentes y bien conocidos. Nuestra esperanza es que su valentía ayude a llevar a otros a analizar realmente la forma en que administran su dinero. Pero hay mucho por hacer”.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.