El Papa Francisco se reunió el lunes por la mañana con la comunidad académica del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia en el Vaticano, alentando la colaboración continua con académicos e instituciones culturales para apoyar mejor a los cónyuges y familias católicas.
Citando la exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi de 1975 de San Pablo VI, que destaca “la ruptura entre Evangelio y cultura”, el Papa dijo que es necesario que el instituto continúe desarrollando una “comprensión crítica” de los desafíos antropológicos y culturales que afectan el matrimonio y vida familiar hoy.
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“La capacidad de realizar plenamente la misión evangelizadora que compromete a todo cristiano depende de la capacidad de afrontar estos desafíos”, afirmó el Papa a los miembros del instituto pontificio.
El Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia, que tiene su sede principal en Roma, también tiene filiales en otros países, incluidos Estados Unidos, Nigeria, España, Brasil, México, India y Corea del Sur.
“Es bueno que las filiales del Instituto, presentes en diversos países del mundo, realicen sus actividades en diálogo con estudiosos e instituciones culturales, incluso con enfoques diversos”, afirmó el Santo Padre durante la audiencia privada.
Para apoyar la misión de los esposos y de las familias como “testigos de fidelidad, de servicio, de apertura a la vida y de acogida”, el Papa insistió en que las parejas no casadas que viven juntas y “posponen su compromiso matrimonial, así como las personas divorciadas y vueltas a casar, necesitan un acompañamiento espiritual particular y no deben ser excluidas”.
“La Iglesia no cierra la puerta a quienes luchan en el camino de la fe, sino que la abre de par en par, porque todos ‘necesitan una atención pastoral misericordiosa y alentadora’ (Amoris Laetitia, 293)", afirmó.
“Sin excluir a nadie, la Iglesia promueve la familia, fundada en el matrimonio, contribuyendo en todo lugar y en todo tiempo a hacer más sólido el vínculo conyugal”, añadió.
Tras las reuniones del Sínodo mundial de la Sinodalidad, que duró un mes y se celebró en el Vaticano en octubre, el Santo Padre dijo que hay una mayor “conciencia eclesial” por el reconocimiento y la participación adecuados de los fieles laicos en la vida y la misión de la Iglesia.
“Sabemos lo decisivo que es el matrimonio y la familia para la vida de los pueblos: la Iglesia siempre los ha cuidado, sostenido y evangelizado”, afirmó el Papa.
Durante la audiencia, el Papa también elogió la labor del instituto en la promoción del “Evangelio de la familia”, en particular en “los países donde las autoridades públicas no respetan la dignidad y la libertad a las que todo ser humano tiene derecho inalienable como hijo de Dios”.
Refiriéndose al testimonio evangelizador de las familias católicas, el Papa dijo que “es este Evangelio el que ayuda a todos, en cualquier cultura, a buscar siempre lo que es conforme a la humanidad y al deseo de salvación arraigado en cada hombre y cada mujer”.
“A este respecto, recordemos que las primeras comunidades cristianas se desarrollaron de forma doméstica, ampliando los núcleos familiares acogiendo a los nuevos creyentes, y se reunían en las casas”, dijo.
El Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia se formó en 2017, siguiendo el motu proprio Summa familiae cura del Papa Francisco y reemplazando al antiguo instituto fundado por Juan Pablo II en 1981.
El instituto está afiliado al Dicasterio para la Cultura y la Educación, a la Pontificia Academia para la Vida y al Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.