Yamandú Orsi será el nuevo presidente de Uruguay, luego de obtener este domingo la victoria en la segunda vuelta electoral con el 52,1% de los votos. De este modo, el presidente Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, deja su mandato para dar paso a una nueva era del Frente Amplio, fuerza que gobernó el país desde 2005 hasta 2020.

Discípulo del expresidente José “Pepe” Mujica, Orsi ganó las elecciones generales de octubre, pero no había alcanzado la mayoría requerida (el 50%+1 de los votos), por lo que se presentó al balotaje contra Álvaro Delgado, quien representaba al gobernante Partido Nacional.

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Al conocerse la victoria, el presidente electo, que asumirá el 1 de marzo de 2025, dirigió un discurso en el que afirmó: “Triunfa una vez más el país de la libertad, de la igualdad y también de la fraternidad”.

Durante su campaña, el candidato del Frente Amplio enumeró 48 propuestas de gobierno basadas en tres ejes principales: economía, protección social y seguridad pública. 

Sus propuestas resaltan la inclusión, la justicia social y los derechos humanos. En ese sentido, propone ofrecer subsidios económicos a la educación inicial y primaria; e incrementar el monto de tarjetas alimentarias y bonos para familias de bajos ingresos.

Plantea también la creación del Plan Primera Vivienda, que busca facilitar el acceso al crédito hipotecario; la implementación de viviendas colectivas para adultos mayores; y simplificación de trámites a las cooperativas de vivienda.

Otro de los puntos planteados con fuerza en su plataforma es la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico.

El Frente Amplio, bloque de centroizquierda al que representa, se ha manifestado históricamente a favor de políticas de género, como el mal llamado “matrimonio” homosexual y la despenalización del aborto. Orsi tiene un discurso considerado moderado, propone una “izquierda moderna” y un gobierno de unidad, con énfasis en la apertura al diálogo y sin cambios bruscos a las políticas desarrolladas durante los últimos cinco años por el gobierno opositor, según recoge Reuters.

La Iglesia Católica en Uruguay

Uruguay es un país con muy poca población católica. Se trata de una nación laica desde la Constitución de 1918, donde se explicita que el país no profesa ninguna religión. Allí no se celebran de manera oficial la Navidad ni la Semana Santa.

Según el documento de resultado de Uruguay, en el informe de 2023 de Latinobarómetro, el 47,2% de uruguayos no profesa ninguna religión, y el 36,5% se declara católico.

En la lista de menor cantidad de católicos lo sigue Venezuela, con un 48,1%; Brasil, con un 52,8%; y en tercer lugar Chile, con un 56,1%.

Paraguay ostenta el mayor porcentaje de católicos de Sudamérica, con un 80,4%, seguido por Ecuador, Argentina y Perú, respectivamente.

Aborto, drogas, género y eutanasia en Uruguay

En cuanto a las políticas vinculadas al cuidado de la vida desde la concepción hasta su fin natural, en Uruguay el aborto está despenalizado desde 2012 dentro de las primeras 12 semanas de gestación, siendo el tercer país de Latinoamérica en adoptar una medida de ese tipo. 

En 2013, Uruguay se convirtió en el primer país del mundo en legalizar la venta y el cultivo de marihuana, ambos controlados por el Estado, además de su tenencia, los usos recreativos y medicinales, y las utilizaciones con fines industriales. Con esta ley, los uruguayos pueden plantar y consumir libremente 10 gramos semanales de marihuana.

También en 2013, Uruguay fue el segundo país de Latinoamérica —después de Argentina— en aprobar la unión civil entre personas del mismo sexo.

En el caso de la eutanasia, en 2023 el proyecto que busca regular la práctica obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados. En julio de 2024, el Frente Amplio presentó una moción para tratarlo en el Senado con carácter “grave y urgente”, pero el Partido Nacional votó en contra y su tratamiento se detuvo.

En esa ocasión, Orsi se mostró sorprendido al respecto: “Pensé que esto iba a salir, pero no quiero hablar sin estar informado”, dijo a Telenoche Uruguay.

Yamandú Orsi y la fe católica

Yamandú Orsi recibió educación católica pero hoy se declara agnóstico. En una entrevista con el periodista argentino Alejandro Fantino dijo: “Soy muy respetuoso, la verdad, yo he aprendido a valorar muchísimo, con el tiempo, el peso y el valor que tiene la creencia o el mundo de la religión”.

“Soy de los que piensa que algo hay… Yo fui monaguillo, me acuerdo las oraciones, todas. Iba con mi [mamá]. Tengo mucho, no sólo respeto, sino con el tiempo entrás a valorar que hay una parte en el ser humano que desde la política o desde la filosofía (...) no hemos sabido dimensionar”.

En los últimos meses, los candidatos presidenciales participaron de instancias de diálogo con la Iglesia local, en la figura del Arzobispo de Montevideo y Primado del Uruguay, Cardenal Daniel Sturla. 

Luego del encuentro, Yamandú Orsi afirmó que desde su espacio comparten “100% las preocupaciones centrales de la Iglesia” porque son “parte esencial de la vida del Uruguay”. La Iglesia Católica, señaló, “está en los mismos barrios donde se mueve nuestra gente”. 

“Infancia, adicciones, rehabilitación, la situación de las madres jefas de hogar —enumeró— son las mismas preocupaciones”, dijo, planteando “la necesidad de una articulación real” en el marco de una sociedad que “tiende a fragmentarse” y se produce “el distanciamiento entre el Estado y algunos actores centrales”.

Tras la reunión, el Cardenal Sturla señaló que desde la Iglesia llevaron “los planteos de situaciones que nos preocupan a los uruguayos y que preocupan a la Iglesia en el tema educativo, en el tema adicciones, pastoral carcelaria, el tema de la familia, la vida, la defensa de la vida y de la mujer, la mujer vulnerable”, y valoraron el servicio de la política como instrumento para el bien común.