El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. Luis Argüello, ha trasladado una especial preocupación por la crisis de vocaciones al matrimonio porque es “donde se pone en juego la antropología”, cuestión esencial en la sociedad actual.
“La vocación al matrimonio es la que pone en juego, con fuerza, la antropología. Somos personas, varón y mujer. La cuestión de la antropología y del significado de la diferencia sexual es un asunto de primera magnitud en las sociedades de hoy”, argumentó el también Arzobispo de Valladolid.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Esta preocupación se refleja en el protagonismo que se concede al matrimonio en el vídeo publicitario del congreso de pastoral vocacional ¿Para quién soy yo? Asamblea de llamados para la misión, que la CEE prepara para el próximo mes de febrero y del que hoy se han presentado las líneas generales en un encuentro informativo.
Inspirados en un pensamiento del Papa Francisco
Mons. Argüello ha subrayado el hecho de que en el spot, “la imagen fuerte de un congreso sobre vocaciones no es un cura”, sino un matrimonio, una decisión creativa que tiene su orígen en un comentario del Papa Francisco, cuando se le presentó la idea del congreso vocacional.
Según ha detallado el prelado, antes de que le dieran el documento con detalles del proyecto, el Papa Francisco dijo: “Cuiden ustedes la vocación al matrimonio. Lo que más me ha llamado la atención cuando vine de Argentina a Europa es la situación europea de no tener hijos”.
Sin embargo, la propuesta del congreso va más allá y se dirige a “todo lo que significa el bien común como un deber”, que contrasta con el principio del “derecho a tener derechos” y de la “libertad desvinculada” de las sociedades democráticas actuales.
Así, el congreso alienta no sólo la protección de los derechos humanos, sino también la defensa de los “deberes humanos”.
De la pastoral de las opciones a la pastoral de la obediencia
Se espera que uno de los frutos del congreso sea la implantación de servicios diocesanos de pastoral vocacional, con una mirada amplia, más allá de lo concerniente a los seminarios o las órdenes religiosas, como se impulsa a través del Servicio de Pastoral Vocacional creado en 2022 en la CEE y que dirige Mons. Argüello.
El prelado explicó que, aunque la Iglesia Católica en España goza de una “buena salud de voluntariados” (catequistas, Cáritas, formadores de novios, sacristanes, etc), lo que se busca es dar un salto “del voluntariado al compromiso de por vida”, de “regalar una horas de mi vida a regalar toda la vida. Ahí es donde está el desafío”.
A juicio de Mons. Argüello, existe una dificultad en lograr esa transición porque “se ha subrayado tanto la importancia del sujeto, la conciencia y la libertad como individuos, que se ha debilitado toda la cuestión de la relacionalidad y la responsabilidad que provoca un malestar”.
Así, el prelado ha reconocido que la Iglesia ha actuado durante un tiempo “desde la pastoral de las opciones”, en la que el individuo elige desde su libertad, y también desde una “pastoral de los valores”, en un contexto histórico y social en la que reflejaban el mínimo común acuerdo sobre el bien.
Hoy, ambas formas de plantear la pastoral vocacional son “claramente insuficientes porque desde la propia opción uno marca territorios y es difícil que se adentre en el camino de la ofrenda de la vida”.
Por ello, la Iglesia Católica ahora afirma algo “que es un poco contracultural”, a juicio del prelado: “Queremos plantear una pastoral de la obediencia a la Palabra, que es escuchar el clamor de los que están a nuestro alrededor, y a la que sólo se puede responder si se es libre”.
El planteamiento del congreso vocacional, añadió, Mons. Argüello, “va más allá de la propia vida eclesial intramuros. No nos estamos planteando mejorar nuestra oficina de Recursos Humanos, sino qué significado tiene hoy la propuesta del Evangelio en las sociedades post-ilustradas, que ya son post-seculares”.
“Nuestra pastoral ha querido dialogar con un mundo secularizado en los 60, 70, 80 [del siglo XX]. Hoy las sociedades son post-seculares por eso han surgido otras creencias. Porque la secularización no sirve”, añadió.
Por eso, la Iglesia Católica ha de encontrar su manera de estar en esta época, “que no es la del Antiguo Régimen, ni la de la secularización, sino que es otra, que no la sabemos. Estamos ensayando a tientas y a palmas”, concluyó.