El Arzobispo de Cochabamba, Mons. Tito Solari, advirtió que los corruptos no conocen a Dios ni han recibido su mensaje, al presidir un Te Deum por el 194º aniversario de Cochabamba.
“La corrupción es un terrible mal cuyas consecuencias afectan especialmente a los más pobres. Y quien le roba a los indefensos, no ha conocido a Dios ni ha recibido su mensaje de amor”, declaró el Prelado en su homilía, ante el Presidente Carlos Mesa, algunos ministros y autoridades locales.
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Mons. Solari recordó que la naturaleza de Dios es el amor y quiénes se llaman sus discípulos o manifiestan creer en Él, deben demostrarlo con sus actos.
Según el Arzobispo, la entrega, el servicio, el respeto, la honestidad y el cuidado del prójimo, son los frutos del amor incondicional de Dios en las personas. “La corrupción, es lo contrario, es la negación directa de este amor, es la apropiación de bienes que no nos pertenecen, es robo, es daño al más humilde, al más pobre, al que no puede defenderse. Qué tristeza, qué pena, qué daño le hacemos a la gente con los actos de corrupción”, indicó.
Asimismo, señaló que la corrupción es un cáncer contra el que sí existe cura y ésta radica en el amor de Dios y un cambio interior que se traduzca en una educación con auténticos valores cristianos, capaces de revolucionar las viejas formas de pensar y actuar. “Este es el único camino al progreso en el tercer milenio, no hay otro”, aseguró.
También recordó que el consumismo, la falta de empleo, la desintegración de la familia y otros problemas han desencadenado un clima de inseguridad en todo el mundo. “Atendiendo las causas, se le hace frente a los efectos, en el mundo la inseguridad se llama terrorismo, acá tiene otro nombre, pero la base de todo es la misma, la falta de atención a los más frágiles”, señaló.