El Papa Francisco envió un abrazo a todos los ciudadanos de la “martirizada Ucrania” al cumplirse 1.000 días de la guerra iniciada con la invasión de las fuerzas militares de Rusia, en febrero de 2022.

“A través de esta carta, que te dirijo a ti en cuanto mi representante en la amada y martirizada Ucrania, deseo abrazar a todos sus ciudadanos, donde sea que se encuentren”, escribió el Santo Padre en una misiva dirigida al Nuncio Apostólico en Ucrania, Mons. Visvaldas Kulbokas.

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En la carta, fechada este 19 de noviembre, el Santo Padre recordó que se han cumplido “mil días de la agresión militar de amplias dimensiones que los ucranianos están sufriendo”.

Según un comunicado del 12 de noviembre de la UNHCR, la agencia de refugiados de Naciones Unidas, desde agosto de este año unas 170.000 personas huyeron de sus hogares en el este del país, sumándose así a los 4 millones de personas desplazadas en Ucrania y a los 6.7 millones más que han buscado refugio fuera del país. 

La Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas informó este 19 de noviembre que al menos 12.162 civiles han muerto desde el 24 de febrero de 2022, entre ellos 659 niños; y al menos otros 26.919 civiles han resultado heridos. 

“Sé bien que ninguna palabra humana es capaz de proteger sus vidas de los bombardeos cotidianos, ni consolar a quien llora a los muertos, ni curar a los heridos, ni repatriar a los niños, ni liberar a los prisioneros, ni mitigar los crudos efectos del invierno, ni recuperar la justicia y la paz”, dijo el Pontífice.

El Papa Francisco destacó luego que “es esta palabra PAZ, con frecuencia olvidada por el mundo de hoy, la que queremos oír resonar en las familias, en las casas y en las plazas de la querida Ucrania, ¡pero al menos por ahora no es así!”.

El Santo Padre invocó “a Dios, única fuente de vida, esperanza y sabiduría para que convierta los corazones y los haga capaces de tener un camino de diálogo, reconciliación y concordia”.

El Papa también expresó su cercanía con el “minuto de silencio nacional”, en el que los ucranianos “recuerdan con dolor a las numerosas víctimas provocadas por el conflicto, niños y adultos, civiles y militares, así como a los prisioneros, que con frecuencia se encuentran en condiciones deplorables”.

“Me uno a ellos, para que sea más fuerte el grito que se alza hacia el cielo, de donde viene la ayuda: ‘Mi auxilio me viene del Señor que hizo el cielo y la tierra’ (Salmo 121)”.

El Papa Francisco destacó asimismo que es el Señor quien pedirá cuentas de “todas las lágrimas derramadas” y remarcó que “Él permanece junto a nosotros también cuando los esfuerzos humanos parecen infructuosos y las acciones insuficientes”.

Para concluir, expresó su “confianza en que será Dios quien pronuncie la última palabra sobre esta terrible tragedia” y bendijo “a todo el pueblo ucraniano, comenzando por los obispos y los sacerdotes, con quienes tú querido hermano has permanecido, junto a los hijos e hijas de esta nación a lo largo de estos mil días de sufrimiento”.