El Obispo de Chingleput, en India, Mons. Anthonisamy Neethinathan, denunció que en su país no se puede evangelizar libremente y aunque la Iglesia cumple un activo rol social, el apostolado enfrenta radicalismos anticatólicos.
Durante su primera visita a la sede internacional de la asociación católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el Obispo señaló que “dirigimos escuelas católicas, pero sólo podemos enseñar la fe fuera del horario de clase. No podemos evangelizar libremente”.
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“Pese a que han abolido una ley contraria a la conversión, el Gobierno de Tamil Nadu (estado meridional indio que incluye a su diócesis) sigue siendo radicalmente anticristiano y anticatólico”, explicó el Obispo.
Según Mons. Chingleput, “por este motivo, aquí el número de católicos no crece, o tan sólo de forma mínima. Nuestros mayores problemas son la pobreza, el desempleo y la falta de educación. No obstante, la Iglesia intenta que los niños reciban una educación de calidad”.
Mons. Neethinathan señaló que las prioridades de la Iglesia en la zona incluyen la formación de los 50 seminaristas mayores de la diócesis y de los laicos. Según el Obispo, entre los 2,6 millones de habitantes de la diócesis de Chingleput, erigida en 2002, hay unos 150 mil católicos.