La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) ha emitido una declaración que insta al gobierno estadounidense a reformar el sistema de inmigración con un “trato justo y humano” a los inmigrantes.
“Juntos, debemos hablar en nombre de las ‘masas apiñadas que anhelan respirar libremente’ y pedirle a nuestro gobierno que brinde un trato justo y humano a nuestros queridos hermanos y hermanas inmigrantes”, se lee en la declaración del 15 de noviembre, firmada por el presidente de la USCCB, el arzobispo Timothy P. Broglio de la Arquidiócesis para los Servicios Militares de Estados Unidos y otros dos obispos.
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“Es nuestra esperanza, y nuestra oración, que todos nosotros podamos trabajar juntos para apoyar una reforma significativa de nuestro actual sistema de inmigración”, dijeron los obispos.
Mons. Broglio estuvo acompañado por el obispo Mark Seitz de la Diócesis de El Paso, Texas, quien se desempeña como presidente del Comité de Migración de la USCCB, y el obispo Jaime Soto de la Diócesis de Sacramento, California, presidente de la Red Católica de Inmigración Legal.
Los obispos pidieron una política de inmigración que acoja a los refugiados y cree un camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes que ingresaron ilegalmente a los Estados Unidos pero que han estado aquí durante muchos años. También pidieron una frontera segura y políticas que disuadan la actividad criminal peligrosa en la frontera sur.
“Nuestro país merece un sistema de inmigración que ofrezca caminos justos y generosos hacia la ciudadanía plena para los inmigrantes que viven y trabajan durante muchos años dentro de nuestras fronteras”, escribieron los obispos.
“Necesitamos un sistema que brinde ayuda permanente a los que llegan cuando son niños, ayude a las familias a permanecer unidas y acoja a los refugiados”, agregaron. “Esperamos que nuestro país pueda desarrollar un sistema de asilo eficaz para quienes huyen de la persecución”.
La carta también pide “un sistema de inmigración que mantenga nuestras fronteras seguras y protegidas, con políticas de aplicación que se centren en aquellos que presentan riesgos y peligros para la sociedad, en particular esfuerzos para reducir la actividad de las pandillas, detener el flujo de drogas y poner fin a la trata de personas”.
“Estados Unidos debería tener un sistema de inmigración que proteja a los migrantes vulnerables y a sus familias, muchos de los cuales ya han sido víctimas de actores criminales", escribieron.
“Desde la fundación de nuestra nación, los inmigrantes han sido esenciales para el crecimiento y la prosperidad de esta sociedad”, agregaron los obispos. “Llegan a nuestras costas como extraños, atraídos por las promesas que ofrece esta tierra, y se convierten en estadounidenses. Continúan brindando seguridad alimentaria, servicios de salud y muchas otras habilidades esenciales que apoyan a nuestra próspera nación”.
El plan de deportación masiva del presidente electo Trump
La declaración se produce menos de dos semanas después de que el presidente electo Donald Trump ganara las elecciones de 2024 con una plataforma que priorizaba una frontera más fuerte y una aplicación más estricta de la ley de inmigración, incluidas las deportaciones masivas de inmigrantes que ingresaron ilegalmente al país. Trump ha dicho que primero dará prioridad a las deportaciones de las personas que hayan cometido delitos adicionales después de ingresar ilegalmente al país.
Trump nombró a Tom Homan, un católico, como su zar fronterizo. Fue director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
El martes, Homan le dijo a Sean Hannity de Fox News que “priorizaremos primero las amenazas a la seguridad pública y las amenazas a la seguridad nacional y ese debe ser el enfoque” cuando se trata de deportaciones masivas.
“Hay más de 1,5 millones de extranjeros criminales convictos en este país con órdenes finales de deportación que vamos a estar buscando”, dijo Homan.
“Hay miles de pandilleros, pandilleros inmigrantes ilegales a los que estaremos buscando”, continuó. “Ahora bien, voy a decir que si estás en el país ilegalmente, no deberías sentirte cómodo. Absolutamente no. No me sentiré cómodo si estoy en el país ilegalmente. Si estoy en algún otro país ilegalmente, no me sentiré cómodo. Tú tampoco deberías sentirte cómodo, porque cuando entras a este país ilegalmente, has cometido un delito. Eres un criminal y no estás descartado".
Aunque la declaración de los obispos no se refirió directamente a Trump, Mons. Seitz dijo el martes durante la asamblea de otoño de la USCCB que los obispos van a “alzar la voz fuerte” si las políticas de deportación de la administración transgreden la dignidad humana. Dijo que está “preocupado” por la retórica de Trump, pero que “sabemos que muy a menudo la realidad es diferente de la retórica”.
Mons. Broglio dijo durante la asamblea que los obispos no alientan la inmigración ilegal, pero que las personas que llegan a Estados Unidos deben ser atendidas porque “representan el rostro de Cristo”.
Mons. Seitz también alentó al gobierno a distinguir entre aquellos que han cometido delitos adicionales después de ingresar ilegalmente al país y aquellos que “por el beneficio de nuestro país, deberían poder quedarse”.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.