La elección de Donald Trump como el 47° presidente de Estados Unidos tendrá repercusión más allá de sus fronteras, y definitivamente en América Latina. ¿Cómo impactará en temas como la defensa de la vida, el aborto, la ideología de género y la migración en los países latinoamericanos?
Un impacto “enorme” y “positivo” en temas de vida y familia
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Mientras que en las legislaciones de varios países de la región el acceso al aborto y políticas sustentadas en la ideología de género parecen extenderse, un gobierno de Donald Trump podría ayudar a un cambio en la marea, según los analistas consultados por ACI Prensa.
Para Neydy Casillas, jurista y vicepresidenta de Asuntos Internacionales del Global Center for Human Rights, con sede en Washington D.C., “el impacto [de la elección de Trump] es enorme”.
“Trump, entre sus primeros mensajes, ya salió diciendo temas importantísimos como, por ejemplo, que va a prohibir las cirugías o mal llamadas terapias de afirmación de género (...) que en realidad son las mutilaciones de los niños, e incluso perseguir a aquellos doctores que quisieran llevar a cabo estas cirugías”, destacó.
Casillas indicó además que cabría esperar que Trump sostenga políticas que restrinjan el financiamiento del aborto “en otros países”, respetando las legislaciones locales.
“En los últimos años, con la administración de [Joe] Biden y [Kamala] Harris, habíamos tenido una presión tremenda en los organismos internacionales y también en los países para impulsar estas políticas”, especialmente desde Estados Unidos, “que es el vecino con mayor poder en la región”.
Similar perspectiva compartió Marcial Padilla, director de la plataforma mexicana ConParticipación. “El cambio de gobierno en los Estados Unidos va a ser positivo para América Latina, y para África también, en temas relacionados con la política exterior norteamericana en temas de agenda social como el aborto y la ideología de género”, dijo a ACI Prensa.
Con el nuevo gobierno, auguró, “desaparece esa presión asfixiante ideológica de la administración Biden-Harris para imponer tanto el aborto como la ideología de género sea en América Latina como en África”.
“Si a eso le añadimos que el gobierno entrante muy probablemente en su política exterior sea amigable con líneas profamilia y afines a valores fundamentales seguramente podríamos tener un periodo de, primero, dejar de sentir hostilidad y presión; y además incluso quizás podríamos encontrar apoyo por parte de fondos norteamericanos para impulsar políticas a favor de la familia”, resaltó.
Gildardo López, catedrático de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana en Ciudad de México, coincide, y destaca que quienes apoyaron “financiera y políticamente” la campaña del presidente electo de Estados Unidos durante su administración podrían llegar a sostener iniciativas provida y pro familia “en el resto de América Latina”.
“Así como existe una agenda (...) del Foro de São Paulo… también existe una agenda de corte en el espectro político conservador”, dijo refiriéndose al grupo internacional surgido en Brasil que reúne a políticos de tendencia de izquierda en América Latina
Si bien hay varios países latinoamericanos gobernados por políticos con tendencia de izquierda, en la en los que temas como el aborto y la agenda de género siguen “avanzando”, dijo, la victoria electoral de Trump puede ser “inspiración” para plataformas políticamente más conservadoras.
Alfonso Aguilar, director de Acercamiento Hispano de American Principles Project, con sede en Arlington, Virginia (Estados Unidos), dijo por su parte que “Trump respetará la soberanía de los países en aquellos asuntos que son internos”.
“La nueva administración dejará de promover el aborto y la ideológia de género alrededor del mundo y a través de organizaciones multilaterales como lo ha hecho el presidente Biden”, aseguró.
Emili J. Blasco, director del Center for Global Affairs and Strategic Studies de la Universidad de Navarra, indicó a ACI Prensa que “en relación concretamente al aborto durante la campaña electoral, Trump no hizo especial incidencia. Una vez ya, en su primer mandato, hubo nombramientos en la Corte Suprema y eso llevó a decisiones en la Corte Suprema de dejar la cuestión a los estados”.
“Trump da la sensación de que no parece que vaya a cambiar nada a nivel federal o a impulsar desde la Casa Blanca”, dijo. “Otra cosa es que la ola más conservadora que le ha llevado al poder, será de nuevo a la Casa Blanca, que se ha trasladado en una mayoría en el Senado y también en el Congreso de los Representantes, suponga que esas mayorías se trasladan a los estados”.
Sobre la ideología de género, para Blasco parece claro que cualquier iniciativa legislativa que haya podido surgir “no va a avanzar más y pudiera quizás eliminarse alguna decisión que se haya tomado a nivel federal, dada la mayoría que ahora tiene el Partido Republicano en las dos cámaras”.
“En cuanto a su incidencia en Latinoamérica, yo la veo poca, porque Trump no tiene un especial interés por la región”, señaló, aunque destacó que “su relación con determinados presidentes puede hacerlos más populares o hacer que ganen un poco más de influencia y esos presidentes, en sus países o en la región, puedan promover decisiones contrarias al aborto o a la ideología de género”.
Trump y los migrantes
De acuerdo a estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), entre octubre de 2023 y septiembre de 2024, se han registrado más de 2,1 millones de encuentros de las autoridades con migrantes indocumentados en la frontera con México.
Más de 1,2 millones eran adultos que viajaban solos, mientras que 804.456 eran personas que cruzaron la frontera como parte de un grupo familiar. Casi 110.000 de los intervenidos por las autoridades fueron menores no acompañados.
Para Casillas, el tema de la migración es “clave” y “muy sensible, porque estamos hablando de personas y siempre un tema muy complejo para ambos partidos” que disputan tradicionalmente las elecciones en Estados Unidos: el Partido Demócrata y el Partido Republicano.
Aunque los Demócratas, dijo, “han tenido como su bandera la defensa de los inmigrantes”, esto es “una gran mentira, porque en su momento con [Barack] Obama, por ejemplo, tuvieron la oportunidad de pasar una legislación en la que pudieran regular el tema de la migración y no lo hicieron”.
“Tenemos que entender”, añadió, que los estadounidenses, “tienen el derecho, como cualquiera de nuestros países, a defender sus fronteras y que ningún país está obligado a recibir absolutamente a todo el mundo, mucho menos cuando estas personas han pasado de forma ilegal”.
Lo que buscará la administración Trump, dijo, es que los migrantes entren a Estados Unidos “de forma legal”, siguiendo las normativas, que contemplan casos de asilados y refugiados.
Marcial Padilla señaló que la elección de Trump apunta también a “un gran descontento” entre los estadounidenses “por la laxitud con la que la administración Biden-Harris” abordó el problema migratorio.
“Lo más seguro es que exista primero que nada un mayor orden y control en el modo en el que las personas no solamente acceden a los Estados Unidos sino se incorporan a su sector productivo”, dijo.
Sin embargo, destacó que “los países latinoamericanos creo que deberíamos de pedir y casi exigir a los Estados Unidos que si tienen la economía dominante en el mundo y que no les agrada que exista una migración desordenada también contribuyan a que existan mejores condiciones de comercio internacional que hagan innecesaria la migración masiva hacia los Estados Unidos”.
Aguilar auguró que “la política de la administración Trump buscará desincentivar la migración masiva desregulada que pone en riesgo la seguridad de los propios migrantes que tratan de venir a los Estados Unidos”.
“Trump continuará con políticas generosas de inmigración legal, pero le cerrará la puerta a la ilegalidad”, aseguró.
Gildardo López consideró que la región “sí debe prepararse para un entorno más hostil hacia los migrantes”, debido a los mensajes de Trump sobre posibles medidas punitivas, especialmente para México, como país de paso de muchos migrantes que provienen de otros países de América Latina y del mundo.
Además, las eventuales deportaciones masivas de migrantes indocumentados podrían ser “un caldo de cultivo para un estallido social” en sus naciones de origen.
Al respecto, Blasco dijo que “Trump ha avanzado mucho en la campaña en las medidas contra la inmigración y las va a ejecutar. No sé qué eficacia tendrán, porque también en el primer mandato [promovió] el tema del muro, al final el muro tampoco se avanzó tanto, aunque sí que hubo unas políticas claramente contra la inmigración”.
Es comprensible el temor, dijo, “en grupos humanos o gente de Venezuela que siguen queriendo salir del país; países como Haití, que no ven otra oportunidad de vida más que salir de Haití, y por tanto ir a Estados Unidos; o en Centroamérica; y que diga lo que diga Trump, o haya las políticas que haya, van a seguir intentando entrar en Estados Unidos de modo ilegal”.
“Esas personas, pues sí, es lógico que traen temor a que se cierre la puerta, o no puedan entrar, o si entran, sean detenidos”.
¿Una tendencia política que se extienda por América Latina?
Casillas considera que la elección de Trump, con una tendencia que parece repetirse “con otros presidentes que hoy existen en la región”, podría llevar a que surjan “partidos más congruentes” en América Latina.
“La gente quiere definición” y que los políticos “dejen todas estas agendas que no tienen que ver con las necesidades principales que la gente está enfrentando”.
“Se ha demostrado, sobre todo con esta elección de Trump e incluso con la de [Javier] Milei (en Argentina) es que la gente no quiere este plan socialista en el cual los niños son arrebatados de los padres, en el cual el aborto es impuesto sin restricciones, en el cual la ideología de género es fomentada a diestra y siniestra”.
En esa misma dirección va la opinión de Aguilar: “Creo que Trump ya ha inspirado a muchos líderes en la región y lo seguirá haciendo”.
“Trump continuará ofreciendo apoyo público a los líderes conservadores de la región y ese apoyo tendrá todavía aún más impacto ahora que es presidente”, resaltó.
Padilla, sin embargo, se muestra escéptico de que la elección de Trump favorezca a grupos políticos simpatizantes en la región.
“No se puede garantizar o asegurar que el resultado de los Estados Unidos vaya a replicarse en otras realidades geográficas, porque finalmente los electores van a tener factores de decisión distintos que se deben adecuar a sus realidades nacionales”, sostuvo.
Consultado Emili J. Blasco sobre si cree que la victoria de Trump puede inspirar a otros políticos con perfiles similares en América Latina, Blasco dijo: “Pienso que sí. Quizás no de un modo muy fuerte, pero sí que, por un lado, a las personas que están en contra de la ideología de género, por ejemplo, animar a ver que existe en otro país alguien que se levanta con esa voz”.
En Latinoamérica, señaló, puede que “haya líderes o políticos convencidos o no convencidos, pero que puedan darse cuenta de que hay una parte del electorado que realmente piensa así, que es un electorado que está huérfano, y que, incidiendo en esas posiciones, esos líderes pueden creer que pueden ganar elecciones o pueden avanzar en el apoyo electoral. Y que eso sí que puede extender un poco o impulsar una, digamos, una pequeña ola, quizás, hacia posiciones de ese tipo”.
Los políticos latinoamericanos que simpatizan con Trump
Políticos simpatizantes de Trump en la región, como Nayib Bukele, presidente de El Salvador; Javier Milei, gobernante de Argentina; y el expresidente brasileño Jair Bolsonaro; ya han hecho gestos de acercamiento al presidente electo, que asumirá el gobierno de Estados Unidos el 20 de enero de 2025.
A través de la red social X, en una publicación en inglés, Bukele dijo el 7 de noviembre que habló por teléfono con Trump y lo felicitó “por su contundente victoria”.
En la llamada, indicó, hablaron “sobre el fuerte mandato que recibió del pueblo estadounidense y la importancia que tiene su elección para el mundo.
Según recoge la agencia EFE, Bolsonaro —actualmente inhabilitado por un fallo judicial de ejercer cargos públicos— celebró la victoria electoral de Trump, que sumada a la de Milei y a victorias municipales de la centro-derecha en Brasil significarían que, según dijo, “el mundo entero está girando a la derecha. Están hartos de la agenda ‘woke’, están hartos del tema de la diversidad. Están hartos de que se ataquen los valores familiares”.
Tras recordar su “excelente relación” con Trump, expresó su deseo de regresar a la presidencia tras perder en las elecciones de 2022 contra el actual presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva: “Saben que si soy candidato gano en 2026”.
Manuel Adorni, vocero presidencial de Milei, expresó el 6 de noviembre la felicitación de su gobierno a Trump, calificándolo como “un exponente del mundo libre occidental y capitalista”.
“Su liderazgo va a encontrar un apoyo incondicional de nuestro país para defender la vida, la libertad y la propiedad”, aseguró.
La mañana del 12 de noviembre, Adorni escribió en X: “El Presidente de la Nación Javier Milei mantuvo una conversación telefónica con el Presidente electo de los Estados Unidos Donald Trump”. Minutos después, en una nueva publicación, dijo: “Donald Trump al Presidente Javier Milei: ‘Usted es mi presidente favorito’”.
Milei llegó este jueves a Estados Unidos para reunirse con Trump en su residencia de Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida. Fue el primer mandatario en el mundo en hacerlo.
En la cena de esa noche, organizada por el America First Policy Institute, Milei felicitó a Trump “por la remontada política más grande de la historia, enfrentando a todo el establishment político, incluso poniendo en riesgo su propia vida”.
Fue “un verdadero milagro y prueba fehaciente de que las fuerzas del cielo están de nuestro lado”, añadió.
Trump agradeció luego las palabras de Milei y lo felicitó por hacer “un trabajo fantástico en un período muy corto de tiempo” y dijo que el presidente argentino “es una persona MAGA”, en alusión al acrónimo de Make America Great Again (Hacer a los Estados Unidos grande otra vez), lema del presidente electo de Estados Unidos.