El Dicasterio del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede confirmó la elección de María Antonia de Paz y Figueroa —Santa Mama Antula— como patrona de las misiones en Argentina.
Se trata de la primera santa mujer nacida en el territorio que hoy es la República Argentina, y que en tiempos del nacimiento de la patria llevó el mensaje del Evangelio y difundió los ejercicios espirituales a lo largo de miles de kilómetros.
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Nacida en 1730 en Villa Silípica, actual territorio de la provincia de Santiago del Estero, la flamante patrona de las misiones recorrió las actuales provincias argentinas de Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja y Córdoba, hasta llegar en 1779 a Buenos Aires. Toda esta región era, desde 1776, territorio del naciente Virreinato del Río de la Plata.
En Buenos Aires fundó la Santa Casa de Ejercicios Espirituales —aún en actividad— continuando así con el legado de los Jesuitas luego de su expulsión. Por allí pasaron próceres de la época, entre ellos el Virrey Santiago de Liniers, y varios de los “hombres de Mayo”, protagonistas del primer gobierno patrio, como Cornelio Saavedra, Manuel Belgrano, Juan José Castelli y Mariano Moreno.
Mama Antula actualiza el amor “todo terreno” de Dios
Al conocerse el decreto que la declara patrona de las misiones, el Arzobispo de Bahía Blanca y flamante presidente de la Comisión Episcopal de Misiones, Mons. Carlos Alfonso Azpiroz Costa, compartió una reflexión con ACI Prensa.
“El amor de Dios —según San Pablo— todo lo cree, todo disculpa, todo lo espera, todo lo soporta. Este amor, que es un todo terreno, viene del Antiguo Testamento, de la tradición”, señaló.
“Escuchamos a Jesús recordar esa tradición, diciendo: Amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu fuerza, con todo tu espíritu, con toda tu alma… Y también, al partir al cielo, en el mandato a sus apóstoles, Jesús vuelve a repetir ese ‘todo’: Yo he recibido todo el poder en el cielo y la tierra; vayan a todas las naciones; enséñenles todo lo que yo les he enseñado; y yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”.
Hoy, aseguró el prelado, “celebramos ese ‘todo’ en la persona de Mama Antula, a quien la Santa Sede, es decir, el Papa Francisco, ha permitido que sea la patrona de las misiones en la Argentina”.
Ella, afirmó, es “una figura realmente icónica, una representación de lo más bello de la Iglesia, una laica fiel al Espíritu y a una tradición de la Compañía de Jesús, itinerante, evangelizadora, ocupada ante todo de la espiritualidad que nutre la acción evangelizadora a través de los ejercicios espirituales de San Ignacio, recorriendo todo el NOA, Córdoba, La Rioja, Santiago del Estero, yendo hacia Buenos Aires, incluso al Uruguay”, describió.
“Celebro y celebramos especialmente este patronazgo de una mujer”, enfatizó.
“Resuena nuevamente la voz de Francisco, que nos decía, al decirle a los jóvenes, y repetía sin cansancio en el aula sinodal: todos, todos, todos”, concluyó, deseando “que Dios bendiga a la Iglesia Argentina a través de esta mujer tan especial que nos invita a esa totalidad del Evangelio”.
Un llamado a recomenzar el camino evangelizador
Por su parte, el P. Mario Tenti, rector del Santuario de Mama Antula en Villa Silípica, afirmó a ACI Prensa que “es una bendición muy grande para todos los devotos”, en especial para la Arquidiócesis de Santiago del Estero y “para el pueblo silipiqueño, de donde Mama Antula es oriunda”.
En segundo lugar, el sacerdote consideró este nombramiento como “un llamado que nos está haciendo el Papa Francisco para animar, acompañar y promover la actividad misionera en la Iglesia, esta Iglesia en salida que tanto habla el Papa Francisco; una Iglesia hospital de campaña, que salga de su marco institucional a sanar las heridas de los que sufren, a consolar a los tristes, a llevar a Jesús a los demás como hacía Mama Antula”.
“Ojalá que sea una motivación real y concreta para que la Iglesia en Argentina salga de su ‘pereza misionera’, y empiece a animar en las diócesis, a los laicos especialmente, y por supuesto también a los religiosos y sacerdotes, a vivir la Iglesia en clave misionera, que todo lo que se haga en la Iglesia tenga esta mirada misionera de llevar a Jesús a los católicos ya bautizados, que tienen su fe dormida o adormecida, y a aquellos que todavía no conocen a Jesús, que necesitan encontrarse con Él, disfrutar de su amor, de su misericordia, de su perdón”.
“Que este nombramiento sea para la Iglesia argentina un recomenzar el camino evangelizador que tantos hicieron en el comienzo del virreinato y con posterioridad, como lo hizo Mama Antula”, anheló.