El Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, Mons. Fernando Sebastián Aguilar, pidió a los católicos españoles responder a los intentos de implantar un “confesionalismo laicista” que niega el consenso social logrado en la Constitución y busca volver a la “situación absurda y peligrosa de las dos Españas”.
En la segunda parte de su carta pastoral “El laicismo que viene”, Mons. Sebastián denunció que “implantar ahora un confesionalismo laicista sería negar aquel consenso constitucional y volver a la situación absurda y peligrosa de las dos Españas”.
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En su misiva firmada el 13 de septiembre, el Prelado ofreció a los católicos algunos consejos para actuar ante la mencionada situación. Así, tras recordar que la “Iglesia ha vivido siempre entre dificultades”, el Arzobispo pidió que “las argumentaciones del laicismo no nos hagan dudar de la verdad y del valor de nuestra fe ni de las instituciones y actuaciones de la Iglesia”.
Según Mons. Sebastián “en la respuesta al laicismo es importante que sepamos centrarnos en lo fundamental”. “Lo que de verdad se debate en nuestra sociedad, aunque no se formule claramente, es, si para vivir auténticamente nuestra condición humana, tenemos que tener en cuenta la presencia del Dios de Jesucristo cerca de nosotros, o más bien hemos de prescindir de cualquier referencia religiosa como perteneciente a un estadio anterior del desarrollo humano”, explicó.
Al recordar que “los cristianos somos miembros de la sociedad”, el Arzobispo señaló que “es lógico que pretendamos influir en la marcha de los asuntos públicos y comunes según nuestras convicciones personales y comunitarias”.
“Dicen que si la Iglesia quiere influir en la política. Evidente. Al menos como cualquier otra institución. Pero la influencia de la Iglesia en la vida política no es de naturaleza política, sino eclesial, es decir, de naturaleza religiosa y moral. La Iglesia influye en la vida social y política, según su propia naturaleza, con sus actividades propias y, por supuesto, respetando las normas civiles comunes, legítimas y justas”, apuntó el Arzobispo de Pamplona.
En esta línea, el Prelado reconoció que “un poder político, ejercido sin el reconocimiento de una norma moral objetiva, es un peligro gravísimo para el bien de la sociedad” y expresó que “la Iglesia contribuye de forma importante a la clarificación y fortalecimiento de esta conciencia moral de los ciudadanos que quieren escucharla”.
Por último, Mons. Sebastián lamentó que actualmente, en España, “muchos cristianos no actúan en la vida profesional y política de acuerdo con las exigencias de la fe” animando a los cristianos “a ofrecer a la sociedad los bienes de naturaleza moral y temporal que nosotros hemos descubierto gracias a la iluminación de la fe y a la primacía del amor al prójimo como norma suprema de comportamiento en el conjunto de nuestra vida personal, familiar, profesional, cultural y política”.
“¿Hay en esto algo contra las leyes de la democracia?”, concluyó el Arzobispo.
Para leer el documento completo: http://www.conferenciaepiscopal.es/novedad/default.htm