La dictadura de Daniel expulsó de Nicaragua al Obispo de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal del país, Mons. Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, quien hace poco criticó a un alcalde orteguista que interrumpió una Misa con música a alto volumen, frente a la catedral local.

El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), expresó su cercanía y “disponibilidad fraterna” tras la expulsión de Mons. Herrera, en una carta publicada en el sitio web de la institución y dirigida al Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).

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Los obispos latinoamericanos expresaron su solidaridad con Mons. Herrera y dijeron que rezan “para que esta situación se solucione pronto y pueda regresar a su Patria”.

También expresaron su dolor por “los acontecimientos que afligen al a Iglesia que peregrina en Nicaragua” y animaron a los obispos y a los fieles del país a que sigan siendo “testimonio de fidelidad al Señor que resplandece hacia todo el continente”.

Según informa el diario nicaragüense Mosaico CSI, Mons. Herrera fue desterrado a Guatemala el miércoles 13 de noviembre y permanece en una residencia de la Orden de Frailes Menores a la que pertenece.

ACI Prensa no ha podido verificar de manera independiente la residencia de los franciscanos en la que estaría Mons. Herrera en Guatemala.

El prelado fue secuestrado por la policía luego de participar en una reunión en Managua con los demás obispos del Episcopado de Nicaragua el 13 de noviembre.

El domingo 10 de noviembre, el Obispo de Jinotega denunció al alcalde orteguista de esa ciudad, Leónidas Centeno, por interrumpir la Misa con música a alto volumen.

"Antes de iniciar esta Eucaristía le pedimos al Señor perdón por nuestras faltas y también por aquellos que no respetan el culto. Esto es un sacrilegio lo que está haciendo el alcalde y todas las autoridades municipales, y voy a decírselo porque saben la hora de la Misa”, indicó ese día el prelado.

La Misa fue transmitida en directo en la página de Facebook de la diócesis, que fue desactivada poco antes de la expulsión del país del presidente de la Conferencia Episcopal Nicaragüense (CEN).

“Monseñor Herrera ha sido históricamente uno de los obispos más comprometidos con la justicia y la solidaridad cristiana hacia aquellos que no tienen voz, un verdadero ejemplo de firmeza e integridad”, señaló en su cuenta de X Félix Maradiaga, ex candidato presidencial y presidente de la Fundación Libertad para Nicaragua.

Maradiaga consideró que la expulsión de Mons. Herrera y la desactivación de las redes sociales de la diócesis de Jinotega constituyen “otro ataque contra la libertad religiosa y la dignidad humana en Nicaragua, y exige la atención y condena internacional”.

En declaraciones a EWTN Noticias, Maradiaga señaló que “la Iglesia en Nicaragua está sometida a una persecución que prácticamente la ha convertido en una iglesia de catacumbas; los pocos sacerdotes que aún pueden ejercer su ministerio con alguna libertad son aquellos que han aceptado las condiciones impuestas por la dictadura, que exige un silencio total sobre cualquier tema de la realidad nacional”.

Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la OEA, denunció en X que el “delito” del presidente de la CEN fue “exigir respeto al servicio religioso y detener el sacrilegio. La libertad religiosa es un derecho humano. El destierro de decenas de religiosos es un crimen de lesa humanidad”.

“Otra diócesis nicaragüense que se queda sin su obispo. Hasta ahora ya son cuatro diócesis que están sin su pastor. Sigamos orando por la iglesia nicaragüense ante esta situación de persecución que vive”, lamentó en su cuenta de Facebook el sacerdote nicaragüense Erick Díaz, quien vive  exiliado en Chicago (Estados Unidos).

Mons. Herrera es el tercer obispo nicaragüense expulsado por la dictadura de Ortega este año. En enero fueron desterrados al Vaticano Mons. Rolando Álvarez Lagos, Obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de Estelí; y Mons. Isidoro Mora, Obispo de Siuna, junto a otros sacerdotes.

Hace algunos años, en 2019, Mons. Silvio Báez, Obispo Auxiliar de Managua y crítico de la dictadura de Ortega, se vio obligado a exiliarse ante las amenazas de muerte que recibía.

De acuerdo a Mosaico CSI, a la fecha son ya 44 los sacerdotes expulsados de Nicaragua por parte de la dictadura, que no cesa en su feroz persecución contra la Iglesia Católica.

Una de las últimas acciones del régimen de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, ha sido impedir el acceso de los sacerdotes a los hospitales, evitando así que los pacientes reciban el sacramento de la Unción de los Enfermos.

¿Cuántos obispos católicos quedan en Nicaragua?

Con la expulsión de Mons. Herrera, de los nueve obispos que tiene Nicaragua quedan ahora en el país sólo cinco: el Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua; Mons. Jorge Solórzano, Obispo de Granada; Mons. Francisco José Tigerino, Obispo de Bluefields; Mons. Sócrates René Sándigo, Obispo de León; y Mons. Marcial Humberto Guzmán, Obispo de Juigalpa.

ACTUALIZADO A LAS 17:52 GMT-5: Se agregó el contenido de la carta de los obispos del CELAM por la expulsión de Nicaragua de Mons. Carlos Herrera.