En el marco de la 115ª Asamblea de la Conferencia Episcopal Boliviana, fueron renovadas sus autoridades, confirmando como presidente para el próximo trienio a Mons. Aurelio Pesoa, Obispo del Vicariato Apostólico del Beni.

El cargo de Vicepresidente del Episcopado será ocupado por el Arzobispo de La Paz, Mons. Percy Galván, quien sucede a Mons. Ricardo Centellas Guzmán, Arzobispo de Sucre.

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También renueva su cargo el secretario general de la CEB, Mons. Giovani Arana, Obispo de El Alto.

La Asamblea comenzó el 7 de noviembre en la Casa de Retiros Cardenal Maurer, de la ciudad de Cochabamba, y continuará hasta el 12 de noviembre de 2024. 

En esta oportunidad, el encuentro de obispos se desarrolla en un marco de crisis en el país, por lo que las reflexiones estuvieron marcadas por la necesidad de buscar el bien común ante el sufrimiento.

En esa línea, los prelados centraron su reflexión en la importancia de escuchar “el grito de todos los pobres” y responder con “un mensaje de esperanza”, en especial de cara al próximo jubileo y teniendo en cuenta la reciente encíclica Dilexit Nos del Papa Francisco, dedicada al Corazón de Jesús.

“Todo esto tiene que marcar el camino nuestro de Iglesia en este tiempo, en comunión con la Iglesia universal, para los desafíos que tenemos adelante”, señaló Mons. Eugenio Cóter, Obispo del Vicariato Apostólico de Pando, al ofrecer un resumen de las primeras jornadas.

También participaron en la asamblea la presidenta del Consejo de Laicos, Sandra Serrano; el delegado de los religiosos, Luis Alberto Mojica Paz; y el P. Fernando Bustos, rector del Seminario Mayor Nacional San José.

En Bolivia, señaló Mons. Cóter, la situación actual “es un cuadro preocupante, hay una crisis estructural, no sólo circunstancial o puntual”, que afecta “el modelo económico como el modelo de país”. Dicha crisis “merece respuestas estructurales que requieren una fuerte inversión económica”, al tiempo que demanda un cambio “de las reglas sociales y de las reglas económicas”, consideró.

La intervención de Verónica Sánchez, socióloga que ha estudiado el impacto del trabajo de la Iglesia en la sociedad, demostró que sigue siendo una institución con credibilidad, que la gente busca frente a las dificultades. Por eso, es “fuente de esperanza y de alivio para la gente de a pie”, y el desafío, dijo Mons. Cóter, es “seguir siendo esta institución que alivia, ayuda y orienta a nuestra sociedad”.