Con ocasión del inicio del curso escolar, el Obispo de León, Mons. Julián López Martín, pidió a los protagonistas del ámbito educativo valorar más la enseñanza de Religión en las escuelas y enfrentar con coraje los problemas en un ambiente hostil a ella.

En una carta pastoral, Mons. López anunció que la prioridad más urgente y necesaria en el curso que ahora empieza es “valorar mucho más la enseñanza de la religión católica” en la escuela, “pese a las dificultades a las que hemos de hacer frente con coraje y decisión tanto en la escuela pública como en la de titularidad eclesial”.

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

Mons. López expresó su desacuerdo con la paralización de la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza (LOCE) por parte del Gobierno y sostuvo que “plantea problemas en un ambiente claramente hostil a la presencia de la Religión como disciplina académica”.

En su misiva, el Prelado llamó a las familias, parroquias y escuelas a realizar un servicio evangelizador conjunto: “Sabemos que la colaboración de las familias en esa iniciación es insuficiente, por lo que es preciso que desde las parroquias y desde los colegios tratemos de evangelizar a los pequeños y de cristianizar su mentalidad, su moral y sus proyectos de vida”.

Según el Obispo, el reto de la pastoral es iniciar a los niños, adolescentes y jóvenes en la vida activa de la Iglesia Católica, sobre todo porque cada vez es más difícil mantener una catequesis continuada. Más aún cuando “muchos niños y adolescentes ni siquiera han sido iniciados mínimamente”.

El Prelado señaló algunos de los desafíos que presenta la situación socio-cultural para esta labor: La sociedad “está marcada por el secularismo y por un pluralismo ideológico, cada día más confuso, que no favorecen la misión de la Iglesia”. “Bajo estas condiciones -añade- resulta muy difícil llevar a cabo la acción evangelizadora y, en particular, hacer nuevos cristianos”.

Por último, el Obispo leonés animó a hacer frente al desafío de una “época caracterizada por una fuerte carencia de esperanza, que en el fondo es necesidad de trascendencia y de una felicidad plena”.