“Tienes cáncer”. Esta breve pero impactante frase suscita en el enfermo y su entorno muchos sentimientos, incluido el miedo a la muerte, que aparece como una posibilidad en el horizonte.
No es fácil la lucha contra el cáncer y muchos no saben qué hacer ante una situación así, más allá de buenas intenciones y algunas intuiciones.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
De la mano de cuatro expertos en el tema ofrecemos algunas herramientas prácticas para acompañar a quienes sufren esta enfermedad, que en 2022 cobró la vida de 1,4 millones de personas, de un total de 4,2 millones de casos sólo en América, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La empatía, una primera clave para afrontar el cáncer
“Lo primero que se debe hacer con una persona enferma de cáncer es tener mucha empatía con ella, porque esta enfermedad no es algo simple”, explica a ACI Prensa Yvo Luren Fernández Montoro, psico-oncólogo, psicoterapeuta con 23 años de experiencia, siete de los cuales ha trabajado en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), el centro de salud más especializado en el tema en Perú, que recibe a miles de pacientes cada año.
“La empatía implica reconocer y entender que la persona, antes de recibir el diagnóstico de cáncer, ya tiene un tema ansioso, porque se enfrenta a algo duro que nadie quiere enfrentar”, prosigue el especialista, quien sufrió la muerte de su padre a causa del cáncer en 2019.
Fernández Montoro precisa que esto sucede porque “el cáncer se relaciona mucho con la muerte”. “Si bien hoy en día la relación no es tan estrecha” porque hay muchos avances de la ciencia que permiten un mejor tratamiento, “el sólo escuchar la posibilidad de que se padece la enfermedad ya es comenzar a pensar en la muerte”.
“Hay que recordarle a las personas enfermas dos cosas esenciales: tienen cáncer, pero tienen vida y, mientras haya vida, hay cosas que se pueden hacer. Y mientras haya cosas que se pueden hacer hay opciones de darle sentido a la vida, de tener sentido de vida”, dijo.
“Con sus capacidades, la persona debe afrontar el cáncer, desde las emociones o buscando soluciones a partir de oportunidades. Y esto se debe priorizar”, asegura Fernández.
De acuerdo a la OPS, en América los tipos de cáncer diagnosticados con mayor frecuencia en los hombres son de próstata (8,6%), pulmón (11,7%), colorrectal (10,2%) y vejiga (5,9%). En las mujeres, los más frecuentes son los de mama (30,7%), pulmón (10,3%), colorrectal (9,6%) y cuerpo uterino (6,4 %).
Con el cáncer “se enferma” toda la familia
El P. Mateo Bautista, sacerdote camilo de origen español, enfermero y Doctor en Teología de Pastoral de la Salud, explica que “como toda enfermedad, el cáncer suscita muchos temores e interrogantes, también a nivel espiritual”.
“De entrada, el cáncer es sinónimo de muerte para muchas personas. Para los niños y jóvenes es desgarrador. Con el cáncer ‘se enferma’ toda la familia”, indicó.
Por ello, “toda persona afectada por esta enfermedad debe estar ‘en tutoría’, acompañada permanentemente por una o varias personas calificadas, cercanas y empáticas” desde “el inicio hasta el final de su proceso, en todas las dimensiones de su persona: corporal, emocional, mental, relacional, valórica y espiritual”, precisa el sacerdote que también es conocido por sus más de 160 donaciones de sangre.
El apoyo familiar es “fundamental”
Para el Dr. Diego Díaz Bravo, médico del servicio de Ginecología Oncológica del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati, el más grande de Perú, “la presencia de la familia es fundamental en todo momento, incluso cuando el mismo paciente exprese querer llevar o manejar la situación solo”.
La familia, precisa Díaz Bravo, no sólo acompaña sino que también ayuda a manejar y procesar la información, así como la ayuda psicológica necesaria, colaborando con los “ánimos de superación de la enfermedad. La familia normalmente expresa cariño e interés al acompañar al enfermo de cáncer en un momento tan complejo como este”.
“Dar las gracias, pedir perdón, decir te amo y decir adiós”
Ingrid Oullón Henao es enfermera especialista en cuidados paliativos y directora de Acompañándote SAS en Medellín (Colombia), una iniciativa que desde hace diez años ofrece acompañamiento terapéutico al enfermo y su familia. Ella explicó a ACI Prensa que “la familia y los amigos son la red de apoyo principal, vital para el proceso de las personas en situación de enfermedad terminal”.
Este círculo de apoyo ayuda al enfermo de cáncer a “satisfacer las necesidades espirituales como ser reconocido como persona, poner orden en la vida, tener esperanza, expresar sentimientos religiosos, vivir el perdón, reconocer la vida en el más allá, evaluar la vida y vivir el amor”.
Sobre los modos concretos en los que se puede acompañar a los enfermos de cáncer, la especialista menciona los siguientes: “Estar presentes y disponibles; escuchar en forma especial, cariñosa, paciente y atenta, respetando los silencios; tener compasión; remitir oportunamente a especialistas; ofrecer ayuda en tareas cotidianas; permitir el llanto y la expresión de sentimientos” y finalmente “dar las gracias, pedir perdón, decir te amo y decir adiós”.
El lugar de Dios
El psicoterapeuta Fernández Montoro resalta “la fe tiene un factor importantísimo. La espiritualidad permite también buscar soluciones. No todas las personas la tienen, pero muchas podrían buscar a un ser superior o a Dios”.
El experto psicólogo, que es miembro de la Hermandad del Señor de los Milagros desde hace más de 20 años, precisa que “con los agnósticos y ateos toca respetar su postura, pero cuando hay fe en Dios, eso ayuda mucho porque brinda consuelo, esperanza y motivación”.
Oullón resalta por su parte que “para quienes creemos que somos seres creados por Dios, eternos e inmortales”, también es bueno tener en cuenta que después de la muerte, si se ha vivido bien, el Señor espera “para continuar con nuestro proceso de trascendencia espiritual” y “¡esta creencia nos llena de esperanza!”.
Además, y como factor muy importante, la Iglesia Católica ofrece, entre sus siete sacramentos, la Unción de los Enfermos, que tiene como fin “conferir una gracia especial al cristiano que experimenta las dificultades inherentes al estado de enfermedad grave o de vejez”, según señala el numeral 1527 del Catecismo de la Iglesia Católica.
“Cada vez que un cristiano cae gravemente enfermo puede recibir la Santa Unción, y también cuando, después de haberla recibido, la enfermedad se agrava”, indica el numeral 1529, mientras que el 1530 precisa que sólo puede administrar este sacramento un sacerdote, ya que este conlleva el perdón de los pecados de la persona enferma.
¿Cómo prevenir el cáncer?
El Dr. Diego Díaz Bravo precisa que la consulta médica para hacer una revisión de cáncer debe realizarse al menos una vez al año, especialmente a partir de los 40 años, edad en la que los hombres son más propensos a sufrir de cáncer de próstata y las mujeres de cáncer de mama o de ovario.
Si se ha hecho un buen seguimiento y se ha tomado en cuenta los antecedentes familiares, de otras personas que han sufrido la enfermedad, entonces será posible “un diagnóstico temprano y precoz, lo que se traduce en mejores tasas de sobrevivencia”, añade.
La evaluación prostática y gastrointestinal en los hombres; y las mamografías y el papanicolau en las mujeres es recomendable para este fin, precisa el oncólogo.
“Finalmente la consulta médica preventiva debería ser un elemento importante en la planificación de cada familia, ya que permitirá diagnósticos oportunos y tratamientos menos radicales”, concluye el experto.
No es fácil luchar contra el cáncer, no es una tarea que alguien quiera afrontar tampoco, pero estas herramientas pueden ayudar a quienes se enfrentan a esta situación y alentar a los enfermos, que siempre están en el corazón del Señor.
“A ustedes que padecen una enfermedad, temporal o crónica, me gustaría decirles: ¡no se avergüencen de su deseo de cercanía y ternura! No lo oculten y no piensen nunca que son una carga para los demás. La condición de los enfermos nos invita a todos a frenar los ritmos exasperados en los que estamos inmersos y a redescubrirnos a nosotros mismos”, señalaba el Papa Francisco en su mensaje por la Jornada Mundial del Enfermo de 2024.
En resumen, estas son 7 acciones prácticas que puedes adoptar:
1. Practicar la empatía: Reconocer el sufrimiento y la ansiedad del enfermo, comprender su experiencia y mostrar compasión. Recordarle que, aunque tiene cáncer, también tiene vida, y buscar maneras de darle sentido a esta etapa.
2. Brindar apoyo emocional constante: Asegurarse de que el paciente se sienta acompañado, desde el diagnóstico hasta el final del proceso. Involucrar a la familia para que esté cerca y ofrezca apoyo emocional y espiritual.
3. Mantener un círculo de apoyo sólido: La familia y amigos son fundamentales para la estabilidad emocional del paciente. Ayudan a procesar la situación y animan al enfermo a mantener el ánimo y la esperanza.
4. Permitir la expresión de sentimientos: Estar presente para escuchar sin juzgar, ser paciente y permitir que el enfermo se exprese, incluso en los momentos de silencio. Facilitar que llore y hable sobre sus miedos y sentimientos.
5. Expresar gratitud y reconciliación: Animar al paciente a decir "gracias", "perdón", "te amo" y "adiós" cuando sienta que es necesario, ayudándolo a encontrar paz interior.
6. Apoyarse en las creencias espirituales: La fe y la espiritualidad pueden ser fuentes de consuelo y esperanza. En los pacientes creyentes, la oración, la unción de los enfermos y el acompañamiento espiritual pueden ser un gran apoyo.
7. Apoyar en tareas prácticas: Ofrecer ayuda en actividades diarias que puedan resultar difíciles para el enfermo, como trámites, desplazamientos o incluso tareas domésticas.