El Papa Francisco expresó su “más profundo pésame” por el incidente en una estación ferroviaria en Serbia, en el que fallecieron al menos 14 personas.

El pasado viernes 1 de noviembre, el derrumbe del techo de la estación de tren de Novi Sad, capital de la provincia de Voivodina (Serbia), dejó víctimas mortales y cerca de 30 heridos, varios de ellos hospitalizados en estado crítico.

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El tejado de hormigón de la estación, que había sido renovado recientemente, colapsó mientras las personas entraban y salían del edificio. La operación de rescate duró varias horas debido a que algunas de las víctimas quedaron atrapadas bajo los escombros.

Por medio de un telegrama dirigido este 6 de noviembre al presidente de la República de Serbia, Aleksandar Vučić, el Santo Padre envió la seguridad de su cercanía espiritual por el accidente.

“En este momento difícil para la nación, rezo especialmente por los fallecidos, sus familias en duelo y los heridos”, se lee en el mensaje del Pontífice. 

También aseguró sus oraciones por todos los afectados debido a esta tragedia, e invocó “las bendiciones de Dios Todopoderoso de sanación, consuelo y paz”.

El primer ministro serbio, Milos Vucevic, calificó lo sucedido como “uno de los peores días de la historia de Novi Sad, después de la Segunda Guerra Mundial”.

Tras el incidente, por el que se decretó luto nacional, se han celebrado protestas de los ciudadanos que exigen esclarecer los hechos y se ha abierto una investigación para determinar las razones del accidente.