La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) anunció su colecta anual destinada a brindar apoyo a más de 20.000 religiosas y religiosos ancianos que han dedicado toda su vida al servicio de la Iglesia y sus comunidades.
Esta colecta que ayuda a cubrir el aumento de los costos de atención médica y jubilación, se llevará a cabo el 7 y 8 de diciembre de 2024, bajo la coordinación de la Oficina Nacional de Jubilación para Religiosos (NRRO, por sus siglas en inglés).
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“La dedicación abnegada de estos religiosos ha enriquecido innumerables vidas”, afirmó el director de NRRO, John Knutsen, en una declaración compartida por la USCCB.
Según el funcionario, la generosidad de los católicos asegurará que los religiosos “reciban la atención que merecen durante su jubilación”, y además representa una oportunidad de expresar “gratitud por su servicio de toda la vida”.
“Al aportar al Fondo para la Jubilación de Religiosos, nos aseguramos de que reciban la atención y dignidad que se merecen mientras también defendemos los valores de compasión y solidaridad dentro de nuestra comunidad de fe”, explicó.
En la declaración, se indica que los beneficiados sirvieron en escuelas, ministerios parroquiales y servicios sociales de la Iglesia, generalmente “a cambio de poca o ninguna remuneración”. Lamentablemente, cuando alcanzan la tercera edad, las congregaciones religiosas generalmente enfrentan una brecha entre sus ingresos y los costos de atención para sus miembros.
En 2023, según datos proporcionados por NRRO, la colecta recaudó 29.3 millones de dólares, aunque el costo anual para mantener a los religiosos ancianos supera los 1 mil millones. El costo anual promedio de la atención de cada religioso es aproximadamente 59.700 dólares, y la atención especializada de enfermería promedia los 90.700 dólares por persona. El beneficio anual promedio del Seguro Social para un religioso es de solamente 8.551 dólares.
Desde su inicio, la colecta ha distribuido más de 973 millones de dólares, apoyando el cuidado diario y los proyectos de autoayuda en Estados Unidos. Asimismo financia programas educativos para la planificación del retiro a largo plazo. Según la USCCB, “cada dólar que se dona proporciona atención esencial y dignidad”.