El convento y el hospital que las Misioneras de la Caridad tenían en la capital de Haití fueron incendiados por hombres armados, siendo el episodio más reciente de la violencia contra miembros de la Iglesia Católica en la isla.

De acuerdo a Vatican News, ninguna de las religiosas resultó herida durante el saqueo e incendio de las instalaciones que ocurrió la noche del 26 de octubre, durante la cual fueron despojadas de las medicinas e implementos médicos.

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El medio vaticano da cuenta que a finales de septiembre la Policía había recomendado a las misioneras dejar el barrio de Bas Delmas y cerrar su casa, pues los enfrentamientos con las bandas criminales se hacían cada vez más violentos y ponía en riesgo la vida de las religiosas.

De acuerdo a una fuente local citada por Vatican News, se sospecha que detrás del ataque está el grupo dirigido por Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”, un expolicía que “ha perdido toda racionalidad, todo respeto por las monjas y por el pueblo, porque sabe muy bien que son los más pobres los que benefician del servicio de las monjas y que se han beneficiado de él durante todos estos años”.

Un informe de la BBC señala que la alianza criminal conocida como G-9 y Familia —liderada por Chérizier— es responsable de gran parte de la violencia en la isla.

La casa de las Misioneras de la Caridad fue fundada en 1979 por Santa Teresa de Calcuta, quien quedó conmovida por la situación de los pacientes del hospital general de Puerto Príncipe. Según el medio vaticano, cada año las religiosas atienden a cerca de 30.000 personas.

En estos años varios miembros de la Iglesia Católica han sido víctimas de la violencia en Haití. Algunos de los casos más recientes son el secuestro temporal de seis religiosos y un sacerdote ocurrido en febrero, y el ataque en el mes de abril contra el Seminario Menor de los Padres Espiritanos.

En octubre de este año, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), informó que “más de 700.000 personas se han visto forzadas a huir de sus hogares” a causa de la violencia de los grupos armados “y la consecuente inseguridad generalizada”.