Ante la posibilidad de que algunos médicos planteen la objeción de conciencia a la hora de suministrar la píldora del día siguiente (AOE), el director general de Recursos Sanitarios de la Generalitat de Cataluña, Rafael Manzanera, afirmó que los centros de salud “dispondrán de alternativas” para que las mujeres reciban el fármaco abortivo.
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"Si se da el caso, los centros sanitarios dispondrán de alternativas", dijo el funcionario de la Consejería de Salud.
Negando el efecto abortivo de este fármaco y desestimando las recomendaciones de la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, que no permite su venta sin receta, Geli señaló que los objetores de la dispensación de este fármaco "sólo pueden ser aquellos que piensan que no debe existir ningún tipo de barrera a los embarazos".
El anuncio de la consejera de Salud de que su cartera dispensará el polémico AOE de forma gratuita y sin necesidad de receta médica a partir de octubre no ha sido bien recibido por diversos sectores.
A la crítica de los Médicos Cristianos de Cataluña –quienes señalaron que la distribución de la píldora era una “incoherencia sanitaria”-, se suma la de otros que argumentan objeciones de praxis médica.
Es el caso del presidente de la Sociedad Catalana de Ginecología, Josep Maria Laínez, quien hizo referencia a los efectos secundarios del consumo del fármaco como dolores abdominales y de mamas, vómitos, cefaleas y hemorragias vaginales.
Medidas más severas ha adoptado el servicio de Urgencias del Centro de Atención Primaria Prat de la Riba de Lleida. El centro de salud ha dado instrucciones a los médicos de guardia para que eviten, en la medida de lo posible, recetar la píldora y deriven a las interesadas a un centro de planificación familiar.
"En urgencias, se suele desconocer el historial clínico de la paciente y no se puede asumir la responsabilidad de prescribir el fármaco sin asegurarse de que después esta persona estará controlada", explicó un médico de familia asignado al centro de atención primaria leridano.
"Hay que cerciorarse, por ejemplo, de que esa mujer tendrá la menstruación en los siguientes 21 días, cosa que desde el servicio de urgencias no se puede controlar", agregó el facultativo. "El problema se agrava cuando se trata de adolescentes", añadió.
Otra objeción planteada es la inexistencia de un banco de datos que permita saber en cuántas ocasiones se ha suministrado el fármaco a una misma mujer.