El Equipo “No a la Trata”, de la Comisión Nacional de Justicia y Paz, perteneciente al episcopado de Argentina, se pronunció a favor del fallo de la Corte Suprema de Justicia que rechazó un caso de vientre de alquiler o subrogación de vientre.
En este “fallo ejemplar sin precedentes”, señala la institución en un comunicado, la Justicia rechazó el pedido de un “matrimonio de dos varones subrogantes de un niño en el que exigían desconocer la maternidad de quien gestó y dio a luz a su hijo y registrarse ellos solos como padres”.
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El comunicado recuerda que “la madre es quien da a luz con independencia de las autorrepresentaciones subjetivas y deseos privados de terceros”.
Además, “teniendo en cuenta la totalidad de los derechos que se encuentran comprometidos” en torno a la subrogación, y en vías de “limitar toda potencial reglamentación a la no afectación de los más vulnerables, es decir, de las mujeres pobres y los niños tramitados como objeto de deseos”, la Corte Suprema instó al Poder Legislativo de la Nación a “subsanar la falta de regulación” sobre el tema.
Se trata de la primera vez que la Corte Suprema de la Nación Argentina se expide en una causa por gestación por sustitución.
El fallo rechaza la acción de un “matrimonio” homosexual que recurrió a una mujer para gestar a su hijo y ahora solicitaba ante los jueces una nueva partida de nacimiento que impugnara a la persona de la madre para que ellos sean considerados los progenitores del recién nacido.
De este modo, el niño fue inscrito como hijo de quien dio a luz, y de uno de los requirentes, quien había dado su consentimiento previo.
El fallo deja en claro que en esta cuestión no existe en Argentina un “vacío legal” y la maternidad subrogada o vientre de alquiler es una práctica contraria a la ley.
Desde el Equipo “No a La Trata”, en su compromiso por “visibilizar y concientizar sobre la naturaleza y efectos deshumanizantes de esta nueva forma de trata con fines de explotación reproductiva y tráfico de niños”, que es la subrogación de vientre, consideran “oportuno y necesario realizar un comunicado, que sea luz y guía educadora de nuestra comunidad respecto de esa dañina e inhumana como una modalidad de trata de personas”.
A este tema se refirió el Dr. en Ciencias Jurídicas Nicolás Lafferriere, en su programa “Por la Vida”, de Radio María, quien aclaró que las personas involucradas no pidieron autorización legal previa para realizar la práctica, y que según este fallo de la Corte, “la gente no puede hacer contratos para modificar normas de filiación, es decir, cómo se establecen los vínculos maternos, paternos, filiales”.
Por otra parte, pese al reconocimiento de la “voluntad procreacional”, Laferriere señaló que ésta encuentra un límite y ese límite, puesto por la ley, es la subrogación o alquiler de vientres.
“Este fallo pone fin a una seguidilla de fallos judiciales, que ha habido por todo el país, en general muy favorables a la maternidad subrogada, pero por fuera del texto legal. Entonces la Corte, de alguna manera, es consciente de esto, y acá pone un tope, pone un límite”, señaló.
“El juez, cuando la ley es clara, no puede poner su propio criterio por encima del criterio de la ley, y de alguna manera le coloca un límite a todos esos fallos que a lo largo de los últimos años han venido legitimando la maternidad subrogada en nuestro país”, afirmó el abogado.
La Iglesia Católica y los vientres de alquiler
El documento Dignitas Infinita, publicado en abril de 2024 por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, con la aprobación del Papa Francisco, enumera 13 violaciones graves a la dignidad humana.
Entre ellas, menciona que la Iglesia Católica “se posiciona en contra de la práctica de la maternidad subrogada, mediante la cual el niño, inmensamente digno, se convierte en un mero objeto”.
“La práctica de la maternidad subrogada viola, ante todo, la dignidad del niño” y “la dignidad de la propia mujer que o se ve obligada a ello o decide libremente someterse”, afirma.
“Con esta práctica, la mujer se desvincula del hijo que crece en ella y se convierte en un mero medio al servicio del beneficio o del deseo arbitrario de otros”, añade.