En el día que la Iglesia Católica dedica a la conmemoración de los fieles difuntos, 2 de noviembre, el Papa Francisco rezó de forma especial por los no nacidos en el Jardín de los Ángeles, en el Cementerio Laurentino de Roma (Italia).
Esa sección del cementerio está dedicada a los niños que no pudieron nacer. Según indica Vatican News, el sitio web oficial de noticias del Vaticano, el Santo Padre llegó al lugar sobre las 9:45 a.m. (hora local). Ahí tuvo un momento de oración en silencio, y un encuentro especial con Stefano, padre de uno de los niños enterrados en el lugar, quien le entregó una carta y le compartió brevemente unas palabras.
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Luego, en el mismo camposanto, el Papa Francisco presidió la Santa Misa, en la que, en lugar de la homilía, tuvo nuevamente un espacio para la meditación en silencio.
Al concluir, el Papa pronunció una oración, expresando la renovación de “nuestra fe en Cristo, que murió, fue sepultado y resucitó para nuestra salvación”.
“También los cuerpos mortales despertarán en el último día y los que han dormido en el Señor se asociarán a él en el triunfo sobre la muerte”, dijo el Papa.
“Escucha la oración que te dirigimos por todos nuestros seres queridos que han dejado este mundo: abre los brazos de tu misericordia y recíbelos en la asamblea gloriosa de la santa Jerusalén”, añadió luego.
“Consuela a los que sufren el dolor de la despedida con la certeza de que los muertos viven en ti y de que incluso los cuerpos confiados a la tierra serán un día partícipes de la victoria pascual de tu Hijo”, dijo el Papa.
“Tú que has puesto a la Santísima Virgen María como signo luminoso en el camino de la Iglesia, por su intercesión sostiene nuestra fe, para que ningún obstáculo nos haga desviarnos del camino que conduce a ti, que eres la alegría sin fin”, añadió.