La Diócesis de Cancún-Chetumal, en el estado mexicano de Quintana Roo, alertó a los fieles católicos sobre la presencia en la región de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX) —conocidos como lefebvristas—, señalando que sus celebraciones “no están autorizadas por no estar en comunión con la Iglesia Católica”.

En un comunicado compartido el 30 de octubre, Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, Obispo de Cancún-Chetumal, una región que abarca algunas de las playas más turísticas de México, aclaró que la advertencia se realiza “ante algunas misas que se ofrecen en salones privados” sin el permiso correspondiente.

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Por esta razón, el prelado instó a los fieles a buscar “la comunión con la Doctrina Católica y Romana y adherirnos a nuestra profesión de fe”, y destacó que “después de haber vivido nuestra experiencia Sinodal” —en referencia al reciente Sínodo de la Sinodalidad— “estamos motivados a vivir unidos y caminar juntos, laicos, consagrados, religiosos y sacerdotes como nos lo marca nuestra Iglesia”.

Entre 2023 y 2024, diócesis de México, Honduras y Panamá han publicado comunicados similares al de Cancún-Chetumal.

¿Pueden los católicos asistir a una Misa celebrada por sacerdotes de la FSSPX?

Jimmy Akin, apologista de Catholic Answers, dijo en septiembre de este año a CNA —agencia en inglés de EWTN News— que la FSSPX “no está actualmente en cisma”.

El experto indicó que en 1988, Juan Pablo II dictaminó “pena automática de excomunión por cisma” debido a ordenaciones episcopales que la sociedad había llevado a cabo “en desobediencia al Romano Pontífice”.

Luego, en 2009, el Papa Benedicto XVI  levantó esta pena, lo que “implica que la FSSPX ya no está en cisma, ya que el cisma conlleva una excomunión automática”, dijo.

No obstante, los sacerdotes de la sociedad están “celebrando la Misa sin los permisos adecuados, creando una situación canónicamente irregular”, dijo Akin.

Señaló que el Código de Derecho Canónico estipula que los católicos “pueden participar en el sacrificio eucarístico y recibir la sagrada comunión en cualquier rito católico”. Dado que la FSSPX está utilizando el rito de la Misa aprobado en 1962, “los fieles pueden asistir a él y recibir la sagrada Comunión”.

“El hecho de que se celebre en una situación canónicamente irregular no cambia esto”, dijo Akin.

Señaló que “cada vez que un sacerdote comete un abuso litúrgico, crea una situación canónicamente irregular”, pero que la Iglesia “no quiere que los laicos tengan que juzgar qué situaciones canónicamente irregulares implican ‘demasiado’ alejamiento de la ley”.

De este modo, “se protege el derecho de los fieles a asistir y recibir la sagrada comunión en cualquier rito católico”.

Aunque los fieles no tienen estrictamente prohibido asistir a las Misas de la FSSPX, los líderes de la Iglesia han advertido en varios casos a los católicos que no lo hagan, excepto en circunstancias graves.