La Diócesis de Cuernavaca (México) celebró la ordenación de diez nuevos sacerdotes y dos diáconos el 28 de octubre en la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. La ceremonia fue presidida por Mons. Ramón Castro Castro, quien instó a los nuevos sacerdotes a que “nunca abandonen el amor de Cristo”
Con esta ordenación, los nuevos presbíteros se suman a los 216 sacerdotes que sirven en las 117 parroquias de la región, según indica la diócesis en su sitio web. Además, en marzo de este mismo año, fueron ordenados ocho nuevos sacerdotes.
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Durante su homilía, Mons. Castro lamentó que en la historia de la Iglesia Católica, algunos “consagrados han fallado”, pero destacó que “sólo hay una forma de no fallar”: “nunca abandonen el amor de Cristo y vivan su vida espiritual a cabalidad. Vivan las enseñanzas de Cristo, administrando su gracia en beneficio del pueblo y no en su beneficio personal”.
El prelado recordó a los nuevos sacerdotes que su misión es “llevar el Evangelio a los demás para que así todos experimenten la alegría del Señor” y además “comunicar la gracia que perdona y vivifica esta identificación con el Señor, quien se hizo servidor de todos. Les reclama no buscar su propia exaltación”.
Para llevar a cabalidad su labor, Mons. Castro los instó a no sucumbir a “la tentación del arribismo, de querer sentirse personas importantes” y a “la tentación de servirse de la Iglesia”.
Asimismo, los alentó a que “sean importantes por su santidad, su humildad y su sencillez” y retiró que “el único camino para subir legítimamente hacia el ministerio de pastor, es la Cruz. No hay otro camino”.
Además, el prelado mexicano aseguró que “el hombre de hoy tiene sed de recuperar la gracia, tiene sed de la reconciliación”, en este sentido les pidió que sean “ministros santos de la misericordia divina, del servicio del confesionario”.
La ordenación de estos nuevos sacerdotes, según el obispo, es una señal de que “Dios nos ve con buenos ojos” y un llamado para que “su cuerpo no se marchite, sino que crezca en número y santidad”.