La Iglesia Católica en el estado mexicano de Guerrero ha hecho un llamado urgente a las autoridades para que “garanticen la seguridad” y aseguren “el libre tránsito y el trabajo exento de cuotas y extorsiones, para que las familias puedan vivir dignamente”.

En los últimos meses, diversos municipios de Guerrero han experimentado episodios de violencia, siendo el asesinato de Alejandro Arcos, alcalde de Chilpancingo —la capital del estado—, uno de los más conmoción han causado.

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Un hecho más reciente ocurrió en Técpan, el 24 de octubre, donde se registró un enfrentamiento armado entre dos células criminales. Este incidente dejó un saldo de 19 fallecidos y obligó a las escuelas locales a suspender clases, según informa la revista mexicana Proceso.

Durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que comenzó el 1 de diciembre de 2018 y concluyó el 1 de octubre de este año, Guerrero se posicionó como el séptimo estado con más homicidios, registrando 9.509 asesinatos, según el reporte MX: La Guerra en Números de la agencia T-ResearchMX.

Ante esta realidad, los obispos de la Provincia Eclesiástica de Acapulco compartieron un comunicado el 29 de octubre, solicitando que las autoridades “tomen acciones concretas e inmediatas para garantizar el bienestar de todos, así como para esclarecer tantos crímenes y hacer justicia, restaurando el Estado de Derecho”.

Firman el comunicado el Arzobispo de Acapulco, Mons. Leopoldo González González; el Obispo de Ciudad Altamirano, Mons. Joel Ocampo Gorostieta; el Obispo de Chilpancingo-Chilapa, Mons. José de Jesús González Hernández; y el Obispo de Tlapa, Mons. Dagoberto Sosa Arriaga.

En su mensaje, los prelados expresaron su tristeza, señalando que “es desgarrador ver a tantas personas llorando a sus esposos, padres, hijos, nietos, hermanos, amigos, sus bienes robados y sus pueblos abandonados”, y afirmaron que la sociedad guerrerense “está deseosa de experimentar” por parte del gobierno y de las fuerzas de seguridad “sensibilidad y solidaridad con el pueblo ante la situación de violencia”.

Aunque han “soñado la paz día con día”, los obispos señalaron que este anhelo parece no concretarse debido a que “las luchas de poder en torno a intereses parciales se hacen cada vez más fuertes porque cuentan con la complicidad, tolerancia o indiferencia de muchos que deberían promover y asegurar la justicia, la legalidad y la seguridad”. 

La Iglesia Católica invitó a diversos sectores a “sumar nuestras fuerzas para construir una sociedad más justa y fraterna, donde reine la justicia, la fraternidad y la paz”. 

A los padres de familia, los obispos los alentaron a promover “los valores del respeto, el diálogo, la paz, la reconciliación, el trabajo digno, la honestidad, la fraternidad”. También animaron a que en las escuelas se practique y promueva “el respeto de las personas, la solución de conflictos, el reconocimiento del esfuerzo honesto y la lucha por ideales nobles”.

Los obispos a su vez se comprometieron a asumir su responsabilidad como “artesanos y constructores de la paz”, para impulsar “la reconciliación, la justicia y el respeto a la dignidad, a los derechos y a la vida de cada persona”.

El mensaje concluye pidiendo a los santos mártires de Guerrero, David Uribe y Margarito Flores —sacerdotes asesinados durante la Guerra Cristera en México, ocurrida entre 1926 y 1929—, que “toquen el corazón de todos para que logremos la paz, la justicia y la fraternidad”.