Un año después de que el Vaticano anunciara la apertura de un caso canónico sobre el padre Marko Rupnik -artista y exjesuita acusado de abusos espirituales, psicológicos y sexuales-, las víctimas dicen sentirse decepcionadas y traicionadas por la falta de respuesta y transparencia de la Iglesia.
Rupnik ha sido acusado de abusar de mujeres adultas que estaban bajo su cuidado espiritual en una comunidad religiosa que ayudó a fundar a finales de los años ochenta y principios de los noventa. Algunas de estas acusaciones se hicieron públicas a través de los medios de comunicación a principios de diciembre de 2022, aunque los superiores del sacerdote y funcionarios del Vaticano estaban al corriente incluso varios años antes.
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Aunque la investigación y el juicio de Rupnik siguen pendientes, el sacerdote sigue siendo libre de ejercer su ministerio en la diócesis de Koper, en Eslovenia, donde fue aceptado en 2023.
Hace un año, el 27 de octubre, días antes de la clausura de la asamblea del Sínodo sobre la Sinodalidad en 2023, la Oficina de Prensa de la Santa Sede publicó un comunicado en el que afirmaba que el papa Francisco había renunciado a la prescripción, lo que permitió al Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) abrir un expediente disciplinario contra el sacerdote.
“El Papa está firmemente convencido de que si hay algo que la Iglesia debe aprender del Sínodo [sobre la Sinodalidad] es a escuchar con atención y compasión a los que sufren, especialmente a los que se sienten marginados de la Iglesia”, dijo entonces el comunicado vaticano.
Un año después, al concluir la segunda sesión del Sínodo sobre la Sinodalidad, su documento final, publicado el sábado 26 de octubre, hacía un llamamiento a “la curación, la reconciliación y la reconstrucción de la confianza” a la luz del escándalo de los distintos tipos de abusos.
El caso de Rupnik sigue abierto en la sección disciplinaria del DDF, que se ocupa de una amplia gama de casos eclesiásticos, desde abusos sexuales a menores hasta excomuniones por cisma, como en el caso del arzobispo Carlo Maria Viganò este verano.
Una persona que trabaja dentro del dicasterio, que pidió no ser nombrada, dijo a CNA que el DDF no suele hacer comentarios sobre casos abiertos, pero que está estudiando los méritos del caso de Rupnik y examinando los pasos procesales que se pueden dar y “el mecanismo por el que se puede hacer justicia”.
El DDF quiere ser “sensible, respetando el proceso que estamos llevando a cabo”, dijo la persona, que destacó que todos los casos de abusos del DDF son tratados con el mismo cuidado y atención.
Respuesta de las víctimas
Sin embargo, algunas de las presuntas víctimas de Rupnik, y defensores de las víctimas supervivientes de abusos, han indicado que la falta de transparencia en torno al caso de Rupnik y su evolución está causando dolor y escándalo.
El padre jesuita Hans Zollner, experto en prevención de abusos, dijo a CNA por correo electrónico desde Bogotá que no tenía información sobre el caso de Rupnik en el DDF, pero “la incertidumbre, la falta de información o la falta de transparencia en cualquier tipo de procedimiento crea mucho malestar y potencialmente mucha ansiedad en las víctimas de trauma, ya que desencadena el recuerdo de la experiencia hiriente”.
Anne Barrett Doyle, directora de Bishop Accountability, una organización sin ánimo de lucro con sede en Estados Unidos dedicada a ayudar a las víctimas de abusos del clero, dijo a CNA: “El retraso del Vaticano en emitir un veredicto en el caso Rupnik inflige más daño a sus víctimas y escandaliza a los fieles”.
“Esperamos que el Papa Francisco ordene una resolución pronto”, dijo. “Esta no es la transparencia que ha prometido ni el proceso eficiente que exige la misericordia. Justicia retrasada es justicia negada”, agregó.
Dos exreligiosas, exmiembros de la Comunidad de Loyola que Rupnik cofundó, compartieron su testimonio e identidades públicamente por primera vez en una conferencia de prensa a principios de este año.
Gloria Branciani, una presunta víctima, dijo a CNA por correo electrónico el sábado que se siente «traicionada una vez más» por no haber recibido una respuesta del Vaticano un año después de que comenzara la investigación. “Una vez más nadie se hace responsable de los gravísimos abusos que sufrí”, dijo.
Branciani, que es italiana, presentó su caso dos veces al Vaticano; la segunda vez lo hizo junto con otras cuatro presuntas víctimas en abril.
“Denuncié por primera vez a Rupnik en 1993”, dijo Branciani. “En 2021, la Iglesia volvió a pedirme testimonio sobre los abusos que sufrí; las dos veces [no hubo] respuesta de la autoridad eclesiástica”, afirmó.
Dijo que espera “una postura clara [de la Iglesia] a favor de las víctimas sin más ambigüedades que causen más sufrimiento y descrédito”.
“Espero que a las justas palabras de condena de la lacra de los abusos a monjas sigan por fin acciones concretas, inexistentes hasta la fecha, para mí y para todas las demás víctimas de Rupnik”, añadió Branciani.
Mirjam Kovač, otra presunta víctima que lo hizo público en febrero, dijo a CNA por correo electrónico el 26 de octubre que, “por ahora” cree que hay una falta de transparencia por parte del Vaticano en el caso de Rupnik.
“Cuando pienso en lo que han pasado mis hermanas, y hasta cierto punto yo también, todavía siento dolor y decepción, tanto por los abusos como por la forma en que fueron tratados por las autoridades”, dijo la exreligiosa de origen esloveno. “Espero que la institución y quienes la representan intenten con todos los medios posibles construir relaciones sobre la verdad y la justicia. No sólo con palabras, sino sobre todo con los hechos”.
La situación de Rupnik
En agosto de 2023, Rupnik fue aceptado para el ministerio sacerdotal en la diócesis de Koper, en su Eslovenia natal, después de haber sido expulsado de la orden jesuita por desobediencia.
Preguntada sobre el paradero actual del sacerdote y la situación de su ministerio sacerdotal, la diócesis de Koper remitió a CNA a un comunicado de prensa de octubre de 2023 en el que se dice que fue aceptado en la diócesis “sobre la base de que el obispo de Koper no ha recibido ningún documento de que el reverendo Rupnik haya sido declarado culpable de los supuestos abusos ante un tribunal eclesiástico o un tribunal civil”.
El comunicado también afirmaba que “mientras el reverendo Rupnik no haya sido declarado culpable en un juicio público ante un tribunal, goza de todos los derechos y deberes de los sacerdotes diocesanos”.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede no respondió a la petición de información de CNA sobre el estatus de Rupnik, dónde está viviendo, en qué punto se encuentra el proceso canónico en el DDF y si hay restricciones a su ministerio mientras está bajo investigación.
Hubo peticiones para que el Vaticano investigara a Rupnik en el momento en que se hicieron públicas las acusaciones contra él, a finales de 2022, pero el dicasterio doctrinal dijo entonces que no se le podía investigar porque había pasado demasiado tiempo desde los supuestos abusos.
El Papa Francisco levantó la prescripción casi un año después, y comenzó la investigación del DDF sobre Rupnik.
Decisiones sobre la obra de Rupnik
El caso de Rupnik ha suscitado una enorme atención pública debido a su notoriedad como artista católico del mosaico y fundador de una escuela de arte y teología en Italia.
Las obras del sacerdote, y las obras del mismo estilo de los alumnos de su escuela de arte, adornan cientos de iglesias, santuarios y capillas de todo el mundo.
A raíz de las acusaciones contra él, se suscitó un debate sobre si las obras del artista debían cubrirse, retirarse o -en el caso de fotos o impresiones en línea- dejar de utilizarse por respeto a las víctimas de abusos sexuales por parte del clero.
El propio Dicasterio de Comunicación del Vaticano ha sido criticado por seguir mostrando el arte de Rupnik en sus páginas web para las fiestas de los santos.
Este verano, la orden fraternal católica laica de los Caballeros de Colón anunció su decisión de cubrir los mosaicos creados por Rupnik en las dos capillas del Santuario Nacional de San Juan Pablo II en Washington, D.C., y en la capilla de la sede de los Caballeros en New Haven, Connecticut, al menos hasta que concluya la investigación formal del Vaticano sobre los presuntos abusos del sacerdote esloveno.
Pocos días antes del anuncio de los Caballeros, el obispo de Tarbes y Lourdes (Francia), Jean-Marc Micas, declaró que, aunque personalmente cree que los mosaicos de Rupnik en el santuario mariano deberían ser retirados, está esperando a tomar una decisión definitiva sobre su retirada ante la “fuerte oposición”.
Como “primer paso”, el obispo francés dijo que los mosaicos de Rupnik ya no se iluminarían durante la procesión nocturna del rosario de Lourdes.