Un obispo de Estados Unidos, que participa en el Sínodo de la Sinodalidad en el Vaticano, animó a los fieles a abrirse al Sagrado Corazón de Jesús para afrontar los retos del mundo actual, donde prima el poder, la violencia o el deseo de ganar el debate de las ideas.
Mons. Daniel Flores, Obispo de Brownsville, Texas, explicó en entrevista con EWTN en Español que “compartir con compasión es un elemento central y por eso me parece muy fuerte en la providencia de Dios que hoy [ayer] el Papa ha publicado la encíclica sobre el Sagrado Corazón de Jesús”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“Esto para mí es algo muy importante porque es abrir el corazón a tocar la realidad de Dios, en el Corazón de Jesús, y desde la perspectiva del Corazón de Jesús entender lo que estamos viviendo en este mundo, con compasión y con la capacidad de invitar. Esto como que es el resumen total de la manera de la Iglesia para evangelizar en este siglo”, destacó el prelado, cuya diócesis limita con México, específicamente con la Diócesis de Matamoros, en el estado mexicano de Tamaulipas, con la que trabaja muy de cerca.
El jueves 24 de octubre el Papa Francisco publicó la cuarta encíclica de su pontificado, titulada Dilexit Nos (Nos amó), sobre el amor divino y humano del corazón de Jesucristo.
En el Sínodo, continuó Mons. Flores, “la fe de la Iglesia no está en duda”, porque se sostiene en Pedro, el Papa. “La cuestión que estamos tratando es cómo vamos a vivir la caridad de Cristo para promover, inculcar y cambiar más el ambiente en el que estamos viviendo”.
Ante la violencia y el poder que no respeta a los pobres, resaltó el prelado, “el mundo necesita la misericordia de Dios, pero no como una palabra sino como una actitud porque, ¿qué significa la misericordia? Aplicar el amor de Dios de maneras prácticas ante el sufrimiento de otro”.
Mons. Flores destacó asimismo que la Iglesia no entra en la dinámica del mundo sobre “quién gana y quién pierde” en el debate de las ideas, sino que debe escuchar “la Palabra del Señor, porque el Señor nos llama a cosas que el mundo no entiende pero el cristiano tiene que dar ese testimonio”.
Sobre el modo de responderle a Dios, continuó el obispo, es necesario buscar siempre “la fidelidad y la caridad, porque sin la caridad la verdad no nos ayuda porque, como dice San Pablo, la caridad entra al corazón del ser humano y es compartir el amor de Dios y cambia los ojos”.
La Iglesia al servicio de los vulnerables
Entonces, “lo que la sinodalidad pide primero es esa capacidad del corazón de respirar, escuchar y reconocer que lo que tengo aquí es un hermano o hermana y vamos a ver cómo Cristo nos ayuda a nosotros juntos, a caminar por el bien de todos porque el bien común es algo que necesita el mundo, y el bien del ser humano que da gloria a Dios”.
“Vamos a batallar en la Iglesia porque el mundo no tan fácilmente deja sus competencias. El poder —mensaje del Sínodo del año pasado y de este año también— a veces se olvida de los vulnerables, y la Iglesia tiene que tener voz y ojos para ver y también para anunciar que Cristo vino para anunciar algo a los vulnerables”.
Para concluir, el Obispo de Brownsville destacó que “a fin de cuentas somos todos vulnerables porque ninguno de nosotros podrá decir el día del juicio ‘pues no, yo gané’. No creo, no es la postura que vamos a tener delante del Señor juzgando al mundo”.