En su recién publicada encíclica Dilexit Nos (“Nos amó”), el Papa Francisco profundiza la necesidad de adentrarse en la espiritualidad del Corazón de Jesús en la era moderna. A lo largo del documento, cita a diversos santos que han influido en la reflexión teológica sobre esta devoción.

Aquí exploramos a algunos de los santos citados y sus enseñanzas.

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San Pablo  

En el documento se cita a San Pablo, apóstol y quien tuvo una participación decisiva en la expansión de la Iglesia y el cristianismo. En su carta a los Romanos (8,38-39), San Pablo expresa que nada puede separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús.

En Dilexit Nos, el Papa Francisco cita a San Pablo para subrayar esta certeza del amor inquebrantable de Cristo. La encíclica utiliza sus palabras al inicio para recordarnos que “nada puede separarnos” del amor de Cristo y que Él “me amó y se entregó por mí”. “Cuando muchas personas buscaban en diversas propuestas religiosas su salvación, su bienestar o su seguridad, Pablo, tocado por el Espíritu, fue capaz de mirar más allá y de maravillarse por lo más grande y fundamental: ‘Me amó’”, escribe Francisco.

San Ignacio de Loyola

San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, desarrolló una profunda espiritualidad basada en los Ejercicios Espirituales, un camino de discernimiento que invita al creyente a reorganizar su vida desde el afecto, a partir de un “un querer fundamental —con toda la fuerza del corazón— que da potencia y recursos a la tarea de reorganizar la vida”.

El Papa Francisco menciona a San Ignacio en Dilexit Nos al señalar que "las mociones del corazón" son la clave para un "nuevo ordenamiento de la vida". Según el Papa, la enseñanza de San Ignacio invita a vivir una espiritualidad no basada en reglas o teorías, sino en el querer fundamental del corazón, en la búsqueda sincera de Dios.

San Buenaventura

San Buenaventura, teólogo franciscano y Doctor de la Iglesia, enseñaba que la fe no se trata sólo de conocimiento, sino de afecto: un fuego que enciende el corazón. Para Buenaventura, según el Papa, “conocer que Cristo ha muerto por nosotros no se queda en conocimiento, sino que necesariamente se convierte en afecto, en amor”.

El Papa Francisco cita esta enseñanza de Buenaventura en Dilexit Nos, recordándonos que la fe que nos mueve hacia el Corazón de Cristo es más que un acto intelectual. La encíclica explica que San Buenaventura “une las dos líneas espirituales en torno al Corazón de Cristo: al mismo tiempo que lo presenta como la fuente de los sacramentos y de la gracia, propone que esta contemplación se convierta en una relación de amigos, en un encuentro personal de amor”.

San John Henry Newman 

San John Henry Newman, figura prominente del catolicismo británico, teólogo brillante e influyente, y uno de los más celebrados conversos al catolicismo de los últimos siglos, es conocido por su lema “Cor ad cor loquitur” (El corazón habla al corazón). Para él, la verdadera comunión con Cristo no se da únicamente a través de la reflexión, sino mediante un diálogo íntimo y orante de corazón a corazón.

En Dilexit Nos, el Papa Francisco recuerda que el Cardenal Newman “encontraba en la Eucaristía el Corazón de Jesucristo vivo, capaz de liberar, de dar sentido a cada momento y de derramar la verdadera paz al ser humano”. El Papa invita a los fieles a entrar en este diálogo profundo, donde el corazón humano se une con el Sagrado Corazón de Jesús en una relación personal y transformadora.

San Juan de la Cruz

San Juan de la Cruz, religioso y poeta místico del renacimiento español, describe el amor de Cristo como un encuentro mutuo y profundo entre el alma y Dios. En su poesía, este místico “entiende la figura del costado herido de Cristo como un llamado a la unión plena con el Señor”, explica Francisco en Dilexit Nos.

También menciona que San Juan de la Cruz quiso expresar que “la experiencia mística el amor inconmensurable de Cristo resucitado no se siente como ajeno a nuestra vida”, sino que nos invita a una unión total. “El Infinito de algún modo se abaja”, escribe el Papa, citando al místico, para encontrarse con nosotros en nuestro sufrimiento y nuestras heridas. “Él es el ciervo vulnerado, herido cuando todavía no nos hemos dejado alcanzar por su amor, que baja a las corrientes de aguas para saciar su propia sed y encuentra consuelo cada vez que nos volvemos a él”.

Santa Margarita María Alacoque

Santa Margarita María Alacoque es conocida por haber sido la destinataria de las revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús, que dieron origen a la devoción tal como la conocemos hoy. A través de visiones místicas, fue instruida para promover esta devoción, subrayando el amor misericordioso de Cristo hacia la humanidad.

El Papa Francisco, en Dilexit Nos, presenta a Santa Margarita como una figura clave para entender la misericordia del Corazón de Jesús. “Este intenso reconocimiento del amor de Jesucristo que nos transmitió Santa Margarita María nos ofrece valiosos estímulos para nuestra unión con él”, recordó.

San Claudio de La Colombière

San Claudio de La Colombière fue un ferviente defensor de las visiones de Santa Margarita y jugó un papel crucial en la difusión de la devoción al Sagrado Corazón. Para él, la confianza absoluta en Cristo era el camino hacia la paz interior y la verdadera libertad espiritual.

En Dilexit Nos, el Papa Francisco cita una oración de San Claudio que encapsula esta confianza total: “He determinado vivir de ahora en adelante sin ningún cuidado, descargándome en Ti de todas mis solicitudes”. Según el Pontífice, San Claudio “evidencia que la contemplación del Corazón de Cristo, si es auténtica, no provoca una complacencia en uno mismo o una vanagloria en experiencias o en esfuerzos humanos, sino un indescriptible abandono en Cristo que llena la vida de paz, de seguridad, de decisión”.

Santa Teresita del Niño Jesús

Santa Teresa de Lisieux, conocida como Santa Teresita del Niño Jesús, es una de las santas más queridas por su espiritualidad de la “pequeña vía”, que se basa en la confianza total en el amor misericordioso de Dios.

En Dilexit Nos, el Papa Francisco la cita: “La actitud más adecuada es depositar la confianza del corazón fuera de nosotros mismos: en la infinita misericordia de un Dios que ama sin límites y que lo ha dado todo en la Cruz de Jesucristo”. En este sentido, asegura que ella vivía esta experiencia “con intensidad porque había descubierto en el Corazón de Cristo que Dios es amor”.

San Carlos de Foucauld 

San Carlos de Foucauld, reconocido por su vida de imitación radical de Cristo en su pobreza y humildad, es otro de los santos mencionados en Dilexit Nos. A través de su estancia en el desierto, San Carlos vivió en constante unión con el Corazón de Jesús, buscando imitar su humildad y simplicidad.

El Papa Francisco lo menciona de la siguiente manera: “Su amistad con Jesús, corazón a corazón, no tenía nada de un devocionalismo intimista. Era la raíz de esa vida despojada de Nazaret con la cual Carlos quería imitar a Cristo y configurarse con él. Aquella tierna devoción al Corazón de Cristo tuvo consecuencias muy concretas en su estilo de vida y su Nazaret se alimentaba de esa relación tan personal con el Corazón de Cristo”.