Alberto Castaldini, Doctor en Filosofía y vocero de la Asociación Internacional de Exorcistas (AIE), alertó sobre los peligros del Halloween y propuso algunas alternativas a esta fiesta vinculada al “neopaganismo” y “al satanismo”.
“Muchos dicen que, en el fondo, Halloween es una fiesta comercial para los niños, los jóvenes, hecha con bromas, como una especie de carnaval de otoño. Esto es verdad, pero sólo superficialmente”, explica el coautor del libro El encanto oscuro de Halloween, en declaraciones a EWTN Noticias.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“Luego tenemos una dimensión mucho más preocupante y mucho más peligrosa”, prosigue el experto refiriéndose a “una corriente consumista, donde se niega toda dimensión trascendente” en Halloween.
“Pero al mismo tiempo, más allá de la fiesta para niños y jóvenes, en el ámbito de la dimensión del relativismo que está creciendo siempre más, en la dimensión de la secularización que hoy caracteriza a occidente, también tenemos una readaptación de Halloween al neopaganismo (…) y al satanismo”, advierte Castaldini.
El vocero de la asociación de exorcistas indica además que “hay pruebas incontestables y la AIE conoce esto, que los satanistas celebran Halloween, una de las fiestas principales de su calendario, y que ofrecen de cualquier modo todo lo malo que ocurre en Halloween, todo lo que desprecia la fe cristiana, lo ofrecen a su señor o patrón”.
“En Halloween se verifican los mismos —no sólo en Estados Unidos sino en otras partes del mundo— episodios de violencia que coinciden con esa ocurrencia”, y esto se da “en medio de una ritualidad de las tinieblas”.
¿Qué puede hacer un católico ante Halloween?
Al ser preguntado sobre la opción de disfrazar a los niños como santos para celebrar Holywins (la santidad gana), una alternativa que cada vez se realiza en más lugares católicos, Castaldini comentó a ACI Prensa que “los niños deberían encontrar divertida esta iniciativa. Hay muchas maneras de hacerlo y los jóvenes animadores de una parroquia pueden dar con una fórmula ganadora”.
“Es una estrategia posible para involucrar a los niños ofreciendo una alternativa viable a la mascarada comercial y de terror de Halloween, y proponiendo el modelo de los santos de forma simpática y educativa”, agrega.
Sobre la costumbre de pedir dulces, el vocero de la asociación de exorcistas indica que “en el folclore italiano y de algunas zonas de Europa, en ocasión del día de Todos los Santos [n.d.r. el 1 de noviembre] y de la conmemoración de todos los difuntos [el 2 de noviembre], los niños solían recoger caramelos o frutos secos en sufragio de las almas”.
Castaldini comenta que “las tradiciones pueden recuperarse sin caer en formas de superstición, sino desde una perspectiva auténticamente cristiana”.
¿Cómo explicar a los niños la fiesta de Todos los Santos?
El vocero de la AIE responde: “Explicando a los pequeños la belleza y la importancia de la ‘comunión de los santos’ y el auténtico sentido de la existencia, la importancia de la relación con los que ya no están entre nosotros, en una perspectiva salvífica y esperanzada”.
El Catecismo de la Iglesia Católica señala que en el numeral 948 que “la expresión ‘comunión de los santos’ tiene, pues, dos significados estrechamente relacionados: ‘comunión en las cosas santas [sancta]’ y ‘comunión entre las personas santas".
El numeral 953 establece que “el menor de nuestros actos hecho con caridad repercute en beneficio de todos, en esta solidaridad entre todos los hombres, vivos o muertos, que se funda en la comunión de los santos. Todo pecado daña a esta comunión”.
Castaldini dijo también a ACI Prensa que “a través de una mediación consciente e inteligente, empezando por las familias, hay que recuperar el sentido de comunidad valorando el propio patrimonio cultural y no una fiesta consumista que –desgraciadamente– también explotan los círculos neopaganos para acercar al ocultismo a un mundo debilitado por la secularización y el relativismo”.