El Monasterio de La Visitación de Santa María, de la Arquidiócesis de Manizales (Colombia), cumple el 25 de octubre 100 años de fundación, siendo cuna de vocaciones que le han permitido enviar monjas a Corea del Sur para difundir el Evangelio.

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Se trata de un monasterio que acoge actualmente a 20 hermanas de clausura, es decir, que viven “en un total aislamiento del mundo exterior, dedicadas a la contemplación, la oración y el trabajo manual”, explica la Arquidiócesis de Manizales en una nota enviada a ACI Prensa.

El Monasterio de La Visitación de Santa María nació gracias a las ocho hermanas que llegaron en 1924 desde el Monasterio de Bogotá después de un viaje de cinco días a caballo.

Luego de ser recibidas por el entonces Obispo de Manizales, Mons. Tiberio de Jesús Salazar y Herrera, las religiosas “se establecieron en una casa finca ubicada en lo que actualmente es People Contact, en donde comenzaron a construir su primer monasterio”.

“Sin embargo, en 1939, el gobierno municipal envió un decreto ordenando ampliar las calles de la ciudad en el sector donde estaba ubicado el monasterio”, indica la nota.

Pero las religiosas se enteraron entonces sobre la venta de un lote y, confiando en la asistencia de Dios, consiguieron que “la señora María Mejía de Restrepo, quien junto a su hija, Inés Restrepo Mejía y con la Margarita Arbeláez Gómez”, compraran la casa y la dieran en donación para el establecimiento del monasterio donde viven actualmente.

Entre los muchos frutos salidos del monasterio destaca el envío en 2004 de cinco religiosas “a Corea del Sur para comenzar la obra de fundación de su monasterio”.

“Actualmente se encuentran en Jeongo PUE, Condado Yeoncheon en la provincia de Gyeonggi, en límites con Corea del Norte”.

En su nota, la Arquidiócesis de Manizales explica que “en la Iglesia Católica existen diferentes órdenes religiosas que practican la vida monástica de clausura, cada una con su propia espiritualidad, regla y forma de vida”.

“Las monjas de clausura no tienen contacto directo con el exterior, salvo en casos excepcionales. Se comunican con los visitantes a través de una reja; sin embargo, esto no significa que estén ajenas a la realidad o que sean indiferentes al sufrimiento de los demás. Al contrario, su vocación es interceder por el mundo ante Dios y ofrecerle sus sacrificios y alegrías”.

Además, “muchas personas acuden a ellas para pedirles oraciones por sus necesidades o para compartir sus experiencias”.

En ese sentido, “los monasterios de clausura son una riqueza para la Iglesia y para la sociedad. Son lugares donde se vive el Evangelio con radicalidad y donde se respira una atmósfera de santidad. Son escuelas de sabiduría y de amor. Son oasis de paz y de belleza”.

Para mañana se tiene programada una Misa Solemne en la Catedral de Manizales, por lo que será una ocasión especial para que las religiosas saldrán por un momento de su claustro.

Además, se contará con la presencia de religiosas del primer monasterio de la Orden, establecido en Annecy (Francia); hermanas provenientes de Corea del Sur y de los monasterios de Marinilla, Pensilvania, Medellín y Pasto.

La Madre Superiora del Monasterio, María José Vargas Daza, ha afirmado que “este centenario significa ver la misericordia y la bondad de Dios con nosotras. Es ver toda una ciudad que nos recibe y en la que siempre nos hemos sentido acogidas”.