Una reciente encuesta realizada a profesores de la asignatura de Religión en España constata el perjuicio daño producido a esta materia por la LOMLOE, conocida como Ley Celaá, última norma educativa aprobada en España en 2020, tal y como denunciaron los obispos y la comunidad educativa católica.

El estudio, realizado por el Observatorio de la Religión en la Escuela, ha encuestado a más de 2.000 docentes que imparten esta materia en centros de enseñanza públicos, privados y concertados tras dos años de implantación del nuevo modelo. 

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En cuanto a la adopción general de la nueva norma educativa, el 85% de los encuestados afirma que no ha producido ninguna mejoría educativa o sólo ha mejorado un poco. 

En el caso concreto de la asignatura de Religión, dos de cada tres docentes se consideran bastante o muy de acuerdo con que “la LOMLOE ha supuesto mayores dificultades” para impartirla. 

La Ley Orgánica de Mejora de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE), impulsada por la entonces ministra de Educación, Isabel Celaá, actual embajadora de España ante la Santa Sede, impuso tres condiciones a la asignatura de Religión sobre las que los obispos españoles advertían riesgo de “discriminación ilegal”

La que a juicio de los profesores más ha afectado a la asignatura es que la calificación obtenida por los alumnos no cuenta para su expediente académico de cara a su ingreso en la universidad. El 87% de los encuestados así lo estima.

Respecto de la desaparición de una asignatura alternativa para aquellos alumnos que no eligen Religión y a la reducción del número de horas lectivas asignadas a la materia, los profesores de religión consideran que supone “mucha o bastante” dificultad en el 78% y el 76% de los casos respectivamente. 

Estas dificultades se incrementan en los centros de titularidad pública de forma muy notable respecto de los centros concertados y privados, según la percepción de los profesores. 

Por otro lado, estas tres circunstancias impuestas por la ley para la asignatura de Religión dejan notar su impacto de manera preponderante en la etapa de Educación Secundaria, más que en Infantil y Primaria. 

Así, la eliminación de la asignatura alternativa supone una dificultad para la enseñanza religiosa según el 61% de los docentes y que tenga un horario reducido supone igual consideración para el 63% de los profesores. 

Que no sea tomada en cuenta la calificación para el expediente académico es considerado un inconveniente para casi 3 de cada 4 profesores (73%).

Profesores de Religión: poco ilusionados, pero más que otros

El informe elaborado por vía telemática a lo largo del pasado mes de junio también pregunta por el estado de ánimo en el trabajo más habitual entre los docentes. Solo casi 4 de cada 10 (38%) dicen afrontar la tarea con ánimo y perspectivas positivas. 

Otro tanto (41%), describe que, a pesar de los problemas, se esfuerza “y a veces” logra ilusionarse con la tarea de trasladar el conocimiento religioso en las aulas. Aquellos que muestran mayor decepción con el trabajo por diferentes motivos sólo representan al 12%. 

Estos datos, que pueden parecer a primera vista no muy halagüeños, son superiores a los que han manifestado en otras encuestas los docentes de  asignaturas diferentes, que han expresado estar ilusionados en un 24% o, en igual porcentaje, esforzarse para enseñar con motivación de tanto en tanto.

Por otra parte, los datos a este respecto son más negativos en la etapa de Secundaria, desde los 12 a los 16 años. 

Falta de reconocimiento social

La encuesta también aborda la percepción de los docentes respecto de la valoración externa de su labor. Apenas un 18% se siente valorado o muy valorado por la sociedad y un 11% por la Administración educativa.

De manera significativa, el porcentaje de quienes se perciben respaldados por las autoridades de su confesión religiosa asciende al 70%. Esto supone un aumento de 30 puntos porcentuales respecto al año 2020, según detallan los responsables del estudio. 

En términos generales, más de la mitad de los encuestados (56%) considera que la enseñanza religiosa ha empeorado mucho o algo, mientras que sólo un 17% considera que ha mejorado. 

En este sentido, se repite el patrón por el que los docentes de Secundaria son más críticos que los de Infantil y Primaria. 

Pese a las trabas, el 60% de los alumnos en España aún elige la asignatura de Religión.