El Papa Francisco, cardenales y otros líderes católicos de diversos lugares del mundo recuerdan a Gustavo Gutiérrez Merino, sacerdote dominico peruano fallecido el 22 de octubre a los 96 años.
“Hoy pienso a Gustavo Gutiérrez, un grande, un hombre de Iglesia que supo estar callado cuando tenía que estar callado, supo sufrir cuando le tocó sufrir, supo llevar adelante tanto fruto apostólico y tanta teología rica. Pienso a Gustavo. Todos juntos recemos por él. Que en paz descanse”, dijo el Papa Francisco en un video publicado por el Arzobispado de Lima (Perú) este 24 de octubre.
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Papa Francisco: «Hoy pienso a Gustavo Gutiérrez, un grande, un hombre de Iglesia que supo estar callado cuando tenía que estar callado, supo sufrir cuando le tocó sufrir, supo llevar adelante tanto fruto apostólico y tanta teología rica. Que en paz descanse» pic.twitter.com/BDwIqfBrmV
— Arzobispado de Lima (@arzolima) October 24, 2024
“Gustavo Gutiérrez es uno de los grandes teólogos de nuestro siglo. Ya conocía su obra principal, que le valió con razón el título de «padre de la teología de la liberación», cuando le conocí personalmente en 1988 en Lima, en el Instituto Bartolomé de Las Casas”, señala el Cardenal Müller , prefecto emérito de la Congregación –hoy Dicasterio– en declaraciones al National Catholic Register.
“La teología de la liberación en el verdadero sentido de la palabra no es una teología de inspiración marxista en el sentido del progresismo ideológico, sino que plantea la cuestión de cómo podemos hablar del amor de Dios frente a la miseria de este mundo. Dios mismo ha hecho una opción por los pobres en Cristo”, agrega el purpurado alemán.
El cardenal destacó asimismo que Gutiérrez, autor de Teología de la Liberación: perspectivas (1971), “pasará a la historia como uno de los grandes teólogos y con su humildad y espiritualidad sobria pero profunda y permanecerá presente en la memoria de la Iglesia con su pensamiento pero también con su intercesión a Dios y a su hijo Jesucristo, de quien fue fiel servidor en la tierra”.
John Cavadini, teólogo de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos) que dirigía el departamento de Teología cuando Gustavo Gutiérrez fue contratado en 1999, recuerda al dominico peruano así: “A diferencia de algunos teólogos de la liberación, el P. Gustavo se preocupaba por mantenerse dentro de los límites de la fe católica ortodoxa y de la disciplina eclesial”.
“Como resultado, amplió la sensibilidad eclesial de un modo que afectó permanentemente, se podría decir que desarrolló, la doctrina social católica y, más allá, sus presupuestos teológicos”, añade el teólogo, en declaraciones al National Catholic Register.
En su opinión, la opción por los pobres de Gutiérrez era “estrictamente hablando, una enseñanza teológica, no una enseñanza sociopolítica, aunque por supuesto tenía ramificaciones sociopolíticas. ¿Qué prefiere Dios? ¿Son las preferencias de Dios las mismas que las nuestras? ¿Prefiere también un alto estatus social, riqueza e influencia política como indicadores de dignidad y valía? ¿O prefiere al ser humano como tal, reducido sólo a sí mismo, sin estas cosas?”.
James Martin, controversial sacerdote jesuita fundador del apostolado pro-LGTB Outreach, recordó al “gran Gustavo Gutiérrez” como “una figura destacada en la vida de la Iglesia en la era moderna. Descanse en paz”.
El Arzobispo de Lima (Perú) y futuro cardenal, Mons. Carlos Castillo, afirmó en un video: “En el día en que celebramos la canonización de Juan Pablo II, un Papa evangelizador y verdadero pastor, hemos tenido también el dolor y la alegría de haber vivido tantos años con el Padre Gustavo Gutiérrez, que ha pasado ahora a vivir en el Reino del Padre”.
Mons. Castillo señaló además que Gustavo Gutiérrez “fue un defensor incansable de la opción preferencial por los pobres, frase que él acuñó y que se integró al Magisterio de la Iglesia como un camino fundamental para vivir nuestra fe”.
El Cardenal jesuita Pedro Barreto, Arzobispo Emérito de Huancayo (Perú), recordó con Vatican News un encuentro que sostuvo con Gutiérrez hace unos meses: “Él me comentaba que había vivido tiempos difíciles y yo soy muy consciente de ello, pero estaba muy en paz y con mucha esperanza".
El purpurado relató que en ese encuentro, como un gesto espontáneo, le puso a Gutiérrez su cruz pectoral. Fue una “expresión de lo que él, por fidelidad a la Iglesia, sufrió por dentro: vivió la pasión de Cristo en la Iglesia con estos insultos, estas negaciones que algunos sectores de la Iglesia y fuera de ella hacían”.
Una nota de ADN Celam , órgano informativo del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), afirma que “Gustavo Gutiérrez Merino fue criticado por su clara lejanía de la ortodoxia lo que le mereció una asociación directa con el marxismo”.
“La elección del Papa Juan Pablo II en 1978, su origen polaco y amplio conocimiento de la señalada amenaza soviética además de la elección de Ronald Reagan como presidente de Estados Unidos en 1980, fueron acontecimientos que marcaron esa lucha y estigmatización contra la teología de la liberación y las voces de sus mayores representantes”, agrega el texto.
“En 2004, la Santa Sede concluyó lo que denominó un proceso de clarificación sobre los puntos que hallaba problemáticos en algunas obras del teólogo” peruano, prosigue la nota.
ADN Celam señala luego que en 2015, en un evento organizado por la Universidad de Fordham, Gustavo Gutiérrez dijo que “la teología de la liberación (…) está en contra del marxismo porque para Marx el cristianismo era opresión y el trabajo de mi vida está comprometido con la idea de que el cristianismo es liberación”.
Nota del editor: Se actualizó la nota con las declaraciones del Papa Francisco sobre Gustavo Gutiérrez