El Cardenal Francis Prevost, Prefecto del Dicasterio para los Obispos, citó algunos de los “dones” que deben tener los candidatos a obispos, una decisión reservada al Santo Padre pero cuyo proceso de selección contará cada vez más con la participación del “Pueblo de Dios”. 

Al inicio de su intervención dirigida a los periodistas en Roma este 23 de octubre, el purpurado indicó que la cuestión del proceso selectivo de los obispos en cada Conferencia Episcopal y la forma en la que se realiza ha sido una de las cuestiones discutidas durante el Sínodo de la Sinodalidad. 

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“La pregunta es: ¿cómo es posible hacer ese proceso de búsqueda de candidatos más sinodal y que incluya la mayor participación no sólo de los obispos, sino de sacerdotes, religiosos y laicos?”, preguntó el prelado. 

Una de las funciones más relevantes de los Nuncios Apostólicos es participar en este proceso de selección. Los “embajadores” del Vaticano juegan un papel crucial en la criba de candidatos. 

Este nuevo enfoque orientado hacia un estilo “sinodal” requiere, según indicó el cardenal, que el nuncio conozca “bien a la gente” durante las visitas pastorales y que no solamente “sean recibidos por el párroco” y participen en las ceremonias. 

Se requiere asimismo “entrar en contacto con los grupos de la parroquia”, para escuchar sus problemas y reflexionar sobre las formas en las que la Iglesia puede ser fortalecida. 

Los criterios para seleccionar a un obispo

Preguntado sobre los “criterios” necesarios para seleccionar a los obispos, el Cardenal Prevost quiso remarcar su carácter universal y, al mismo tiempo, su especificidad debido a las determinadas áreas en las que se lleva a cabo. 

“Pedimos a los nuncios que redacten unos informes que luego serán enviados al dicasterio y que posteriormente serán presentados al Santo Padre”, en los que se incluyen una serie de aspectos sobre el candidato. 

Respecto a estos requisitos, citó algunos como “la valía” del candidato, además del estudio de si ha tenido “problemas graves de los que nadie sabe nada”, ciertos problemas de salud, “o si hay otros aspectos detrás que le harían no ser un buen candidato”.

“Pero también miramos las específicas diócesis y sus necesidades. Por eso el Nuncio Apostólico se encarga de reportar no sólo de los obispos, sino también de los sacerdotes, laicos, y religiosos. Para saber cómo es la diócesis, sus necesidades y qué obispo necesitan”, añadió. 

El purpurado señaló que esta cercanía al Pueblo de Dios debería existir siempre y cuando el Nuncio Apostólico “realice su trabajo correctamente”, es decir, estudiando la situación local, hablando con la gente y viendo las formas para encontrar al mejor candidato. 

Recordó que el Papa Francisco ha hablado muchas veces sobre estos criterios, remarcando “el olor a oveja” que deben tener los obispos, como consecuencia de andar junto al Pueblo de Dios e incluso “sufrir con ellos”. 

Además, señaló que también deben tener el don del liderazgo, en ocasiones incluso en “comunidades que tienen muchos buenos sacerdotes”, pero que sin un buen líder “no van a ningún lado”.

“Pastores que caminan con la gente de Dios”

En este sentido, hizo referencia a los deberes pastorales de los obispos, que no son “administradores de empresas solamente dedicados a organizaciones y asuntos estructurales y ceremoniales”.“Tienen que ser pastores que caminan con alegría con la gente de Dios”, señaló. 

El prefecto del Dicasterio para los Obispos, al que le corresponde todo lo relativo a la constitución y provisión de las Iglesias particulares y al ejercicio de la función episcopal en la Iglesia, remarcó que los prelados también están llamados a ser “juzgados y evaluados” sobre sus actuaciones y actitudes. Para el purpurado, “la tensión de ser pastores y ser evaluados es lo que significa ser obispos”

En este sentido, citó al Santo Padre para recordar que la única autoridad de los obispos “es servir”, e insistió en la importancia de “cambiar toda la dinámica y el paradigma de la estructura de poder”, con la mirada pues en el servicio que un obispo debe ejercer hacia todos los miembros de su diócesis.