La Nunciatura Apostólica en Perú informó, en dos comunicados, que el Papa Francisco ha aprobado la expulsión de otros cuatro miembros del Sodalicio de Vida Cristiana, a raíz del informe de la misión especial que envió en julio de 2023 para investigar las denuncias contra esta sociedad de vida apostólica.

En el primero de los comunicados, publicado el lunes, la Nunciatura anuncia la separación del P. Luis Antonio Ferroggiaro Dentone y de José Ambrozic Velezmoro, ex asistente de Temporalidades, de Comunicaciones, de Apostolado y ex vicario general del Sodalicio.

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Aunque en el texto aparece también el nombre de Ricardo Trenemann Young, su expulsión del Sodalicio ya había sido anunciada el 25 de septiembre.

Posteriormente, el miércoles 23 se informó en otro comunicado la expulsión de los sacerdotes Jaime Manuel Baertl Gómez, ex asistente de Espiritualidad, y Juan Carlos Len Álvarez, ex asistente de Temporalidades.

Ambos textos señalan que el Papa Francisco tomó estas decisiones “tras valorar las defensas correspondientes a las denuncias que emergieron durante la ‘Misión Especial’” confiada a Mons. Charles Scicluna y a Mons. Jordi Bertomeu, secretario adjunto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y oficial del mismo dicasterio, respectivamente.

Sobre Ambrozic y Ferroggiaro, el Pontífice consideró “el escándalo por el número y la gravedad de los abusos denunciados por las víctimas, particularmente contrarios a la vivencia equilibrada y liberadora de los consejos evangélicos en el contexto del apostolado eclesial”.

Señala que “se trata de casos de abusos del cargo y de la autoridad, particularmente en su forma de abuso en la administración de los bienes eclesiásticos, así como de abuso sexual, en algún caso incluso de menores”.

Asimismo, indica que la decisión disciplinaria impuesta al P. Ferroggiaro “no es óbice para las diligencias que, simultáneamente, se están actuando en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, dada la condición clerical del acusado”.

Con respecto a los sacerdotes Baertl y Len, la Nunciatura informa que han sido separados tomando en consideración “la gravedad del abuso sexual cometido por uno de los acusados, así como la responsabilidad personal de estos dos consagrados en numerosas irregularidades e ilicitos cometidos por empresas vinculadas” al Sodalicio.

El comunicado explica que estas fueron detectadas por la misión especial “con ayuda de los organismos económicos de la Santa Sede”. 

“Son ilícitos canónicos intolerables que —afirma—, más allá del escándalo suscitado a nivel internacional, desfiguran la misión evangelizadora de la Iglesia y merman severamente su credibilidad, poniendo también en peligro la sana cooperación que regula las relaciones entre la Iglesia y el Estado peruano”.

Ambos comunicados culminan transmitiendo el pedido de perdón del Papa Francisco “junto a los obispos del Perú y de aquellos lugares donde está presente el Sodalicio de Vida Cristiana”. Asimismo, urgen “a esta sociedad de vida apostólica a que, sin más dilación”, inicie un camino de justicia y reparación.

El comunicado del Sodalicio

El 30 de septiembre, el Sodalicio publicó un comunicado firmado por su superior general, José David Correa González, en el que manifiesta que acepta con “humildad y obediencia” la decisión del Pontífice de expulsar a varios de sus miembros y renovó su “adhesión al Vicario de Cristo” y su amor a la Iglesia Católica.

El texto fue emitido a raíz de la separación de diez de sus miembros, anunciada el 25 de septiembre.

El Sodalicio aseguró que seguirá “colaborando con las diversas instancias de orientación y acompañamiento que la Santa Sede nos señale” y reiteró su compromiso “con la escucha y atención a las víctimas, y con los procesos de reparación a través de la justicia y la verdad”.

Asimismo, señala que los sodálites seguirán con el proceso de renovación, “confiados en

el Señor quien nos ha sostenido a lo largo de estos años y nos seguirá acompañando bajo los cuidados de Santa María nuestra Madre”.

La nota fue actualizada el 24 de octubre de 2024 para añadir las expulsiones de los sacerdotes Jaime Manuel Baertl Gómez y Juan Carlos Len Álvarez.