El Cardenal José Cobo presidió el acto de reconocimiento a las víctimas de abusos celebrado este lunes en la Archidiócesis de Madrid (España), a las que aseguró que “no se trata, ni solo ni primordialmente de pedir perdón, sino de acoger, de reparar y de restituir e incluir su proceso y su vida en el corazón de la Iglesia”.
El Arzobispo de Madrid explicó antes de iniciar el acto, cuyo lema fue No queremos pasar página, que “este no es un encuentro por las víctimas simplemente. Es un encuentro con las víctimas”.
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El purpurado también especificó que más allá del perdón, lo que se pretende es “caminar con ellos, con su dolor” y “abrir caminos nuevos” dentro de la Iglesia Católica.
“No se trata de decir olvidamos y empezamos una nueva etapa, sino vamos a caminar con la sabiduría y la autoridad de las víctimas, con todo lo que ellas nos han aportado y nos están aportando”, ha señalado el cardenal antes de subrayar: “No podemos decir: Aquí no ha pasado nada, sino ‘aquí ha pasado’. Y queremos aprender desde su voz”.
La voz de las víctimas: “Casi me ha hecho más daño la institución que el agresor”
El acto se dividió en tres momentos diferentes. En la primera, se escuchó la voz de las víctimas de abusos, a través de textos redactados por ellas que fueron leídos por personas anónimas. Como pórtico a sus palabras, se leyó el lamento contenido en el Salmo 13: “¿Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándome? ¿Hasta cuándo me esconderás tu rostro? ¿Hasta cuándo he de estar preocupado, con el corazón apenado todo el día? ¿Hasta cuándo va a triunfar mi enemigo?”.
Entre estos testimonios, se pudieron oír expresiones de hondo calado como “eres víctima y, a la vez, te consideras cómplice, y te das asco a ti misma”; “No abusó sólo una persona de mí, abusa una comunidad entera que lo permite”; “Quien abusó de mí consiguió corromper mi mundo de relaciones, me traicionó al brindarme ayudas que siempre se cobró y me manipulo”.
Otros testimonios explicaban así su dolor: “Casi me ha hecho más daño la institución que el agresor. Han tardado 10 años en recibirme y creerme… La actitud diletante, distante, legalista y fría de algunos eclesiásticos y encubridores me han dañado mucho el alma y mi relación con Dios”.
Cardenal Cobo: “Reconocemos que ha habido abusadores dentro de la Iglesia. Nos ha costado”
Ya en el interior del templo, se realizó un acto penitencial en el que el Cardenal José Cobo, desde la cátedra situada en el presbiterio, compartió unas reflexiones que comenzaron dirigiéndose a las víctimas: “Estáis en el corazón de nuestra Iglesia y ahí queremos que sigáis, aun cuando a veces no hemos sido responsables ni samaritanos con vuestro dolor”.
El purpurado compartió que “las lágrimas y las heridas nos han abierto los ojos para reconocer que no hemos cuidado a las víctimas, que no os hemos defendido y que nos hemos resistido a entenderos cuando más lo necesitabais. Lo sentimos profundamente”.
“En este acto reconocemos que ha habido abusadores dentro de la Iglesia. Nos ha costado reconocerlo. Son lo opuesto a lo que pretendíamos anunciar y hacer. Que los haya en otros sitios no nos sirve de ningún consuelo. Gracias por confrontarnos con la verdad desnuda, que es la única que nos hace libres”, añadió.
El Cardenal Cobo también reconoció que “Nunca será suficiente lo que hagamos para reparar lo que ha sucedido”, manifestando a las víctimas que “solo nos queda la fe y el valor de vuestras heridas”.
“Ojalá que vuestro dolor se convierta en esperanza, pues está ungido por el mismo sufrimiento de Cristo. Por eso estamos aquí”, expresó de manera adicional el purpurado quien afirmó en nombre de la Iglesia que peregrina en Madrid que “avanzaremos, sin retroceso posible y con medidas que no den lugar a equívocos” para abordar los abusos.
El Cardenal Cobo subrayó que “el Señor nos juzgará por lo que hicimos con las personas más vulnerables” al tiempo que afirmó que “ya no se trata, ni solo ni primordialmente de pedir perdón, sino de acoger, de reparar y de restituir e incluir su proceso y su vida en el corazón de la Iglesia”.
“El testimonio que las víctimas ofrecéis nos denuncia un conjunto de pésimas prácticas que tienen que ser clausuradas para siempre”, proclamó el purpurado. Para ello, señaló es preciso “insistir en la purificación del acompañamiento espiritual, la ayuda de los medios ordinarios de la Iglesia como son la oración y los sacramentos, evitando todo lo esotérico y extraordinario, y subrayando el respeto absoluto por la libertad de cada conciencia y la indemnidad física y espiritual debida a cada persona”.
Un olivo para el recuerdo
Para concluir el acto, la Archidiócesis de Madrid plantó un olivo dentro del atrio de la Catedral, en un lugar visible, cerca de la calle. Antes de ser colocado, el Cardenal Cobo explicó que “el olivo, con sus cicatrices, muestra el verdor perenne y nos enseña que es posible el milagro del consuelo del aceite y de la vida que se abre paso cuando las raíces abrazan tierra firme”.
“Como cada una de sus hojas, vosotros y vosotras, víctimas supervivientes, con los pasos dados sois quienes quedáis florecidas en la vida de la Iglesia, por vuestra valentía y por vuestra autoridad. Que sus hojas plateadas expresen nuestro pacto irrevocable de caminar siempre con vosotros. Que este olivo nos recuerde cómo Dios nos conduce al reconocimiento, a la reparación y a la paz”, concluyó el cardenal.
Al pie del olivo se ha colocado una placa con el texto: “En memoria de todas las personas víctimas de abusos en nuestra Iglesia. ‘Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, conmigo lo hicisteis’”.