El Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, conversó con ACI Prensa acerca de su experiencia como presidente delegado del Sínodo de la Sinodalidad, de la cual espera una exhortación postsinodal “contundente y esperanzadora”.

Las dos sesiones del Sínodo desarrollado en Roma han sido, según precisó el cardenal, una oportunidad para compartir “positivamente” las diversas experiencias de un proceso que comenzó en octubre de 2021 y que continuará de cara al 2027, para la actualización del último Sínodo Diocesano de 1994.

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El purpurado resaltó que lo trasladado desde la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) a los que participan en este Sínodo es el resultado de las visitas pastorales realizadas a 420 parroquias, así como las propuestas del Consejo Pastoral Parroquial y lo reflexionado con los fieles y jóvenes de las parroquias. 

Consideró además que este año “se han ido aclarando y comprendiendo mejor” las conclusiones del año pasado, al tiempo que precisó que “la metodología ha mejorado”.

Haciendo alusión a su homilía en una Misa celebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano junto a los miembros del Sínodo, el Cardenal subrayó que hay distintas “presencias y conductas” que “critican y obstaculizan aplicar la vida sinodal”. 

En declaraciones a ACI Prensa, el Cardenal Aguiar explicó que, dentro del ámbito eclesial, suele encontrarse una “resistencia a seguir” y señaló especialmente a los párrocos.

“El modelo tradicional de esperar a los fieles en el templo parroquial, dejando de lado el salir a los ambientes de su territorio para propiciar la cercanía y participación de instituciones presentes y organizaciones laicales”, precisó.

En cuanto al ámbito social, destacó que es necesario una presencia en la “vida digital” y que se debe evitar aquellas conductas que ponen en duda “la aplicación sinodal, misionera y misericordiosa de la Iglesia”.

Afirmó también que uno de los retos fundamentales es que todos los participantes “promuevan y colaboren en las propias responsabilidades diocesanas, nacionales y continentales”.

Respecto al debate sobre entregar a las conferencias episcopales la potestad para la toma de decisiones litúrgicas, disciplinarias e incluso teológicas, el purpurado aclaró que durante el Sínodo no ha tenido lugar “una discusión a fondo”.

Más bien, añadió, “se han aclarado los servicios de los Dicasterios y la necesidad permanente de poner en común con las conferencias episcopales esas posibles decisiones disciplinarias”.

También afirmó que se ha reflexionado acerca de establecer algunas formas concretas en las que las comunidades de la Iglesia puedan evaluar a sus líderes”, señalando que debe realizarse “en los específicos consejos establecidos por el Derecho Canónico, sobre los Consejos Episcopal y Económico Diocesanos, y en los respectivos parroquiales”.

El Cardenal Aguiar Retes también indicó que la tarea de la Secretaría General del Sínodo es establecer una “camino sinodal” permanente en la Iglesia, ya que “su misión no termina con el Sínodo en Roma”.

Asimismo, reiteró que los temas polémicos —como el acceso de las mujeres al diaconado femenino o posible la ordenación de hombres casados—  han sido encomendados a Comisiones específicas “las cuales han referido sus reflexiones y propuestas, que la mayoría considero, dejaremos en manos del Santo Padre para su conocimiento y decisión”.

A modo de conclusión, expresó a ACI Prensa su deseo de que el Papa Francisco, tras recibir el documento final, “pueda regalarnos de forma clara, contundente y esperanzadora su exhortación postsinodal”.