El Papa Francisco ha presidido una multitudinaria Misa en la Plaza de San Pedro del Vaticano en la que ha canonizado a 14 nuevos santos: el sacerdote italiano Giuseppe Allamano, la Hna. Elena Guerra, también italiana, la Hna. canadiense Marie-Léonie Paradis y 11 mártires asesinados por su fe en Damasco, entre los que había 7 frailes españoles.
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Desde primera hora de la mañana, a los alrededores del Vaticano fueron llegando miles de fieles, especialmente llegados y familiares de los nuevos santos, procedentes de diferentes países para presenciar la ceremonia de este 20 de octubre.
El Papa Francisco llegó a la plaza minutos antes de las 10.30 a.m. (hora de Roma). Al inicio de la Misa, el Cardenal Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, leyó la biografía de los nuevos santos.
El Papa Francisco es recibido con aplausos y ovaciones de los fieles a su llegada a la plaza para la ceremonia de canonización.
— Almudena Martínez-Bordiú (@AlmuMBordiu) October 20, 2024
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A continuación, acompañado de los postuladores que defendieron la causa de canonización, el cardenal leyó la petición para que se procediera con el rito. Seguidamente, el Papa Francisco leyó la fórmula correspondiente para declararlos santos.
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El estilo de Dios es el servicio
Tomando como referencia el Evangelio de San Marcos, el Papa Francisco invitó a los fieles al inicio de su homilía a pensar que Jesús también pregunta a cada uno: “¿Qué quieres que haga por ti?” “¿Puedes beber de mi mismo cáliz?”.
A través de estos interrogantes, según el Pontífice, “Jesús pone de manifiesto el vínculo y las expectativas que los discípulos tienen sobre él, con las luces y sombras propias de cualquier relación”.
Explicó a continuación que los discípulos ven al inicio al Mesías con la “lógica del poder”, mientras que Jesús, en cambio, “profundiza, escucha y lee el corazón”.
Así, les revela que Él no es el Mesías que ellos piensan, sino que “es el Dios del amor, que se abaja para alcanzar a los humildes; que se hace débil para levantar a los débiles; que trabaja por la paz y no por la guerra; que vino para servir y no para ser servido”.
Resaltó además que “a su derecha y a su izquierda habrá dos ladrones, crucificados como Él en la cruz y no acomodados en los tronos del poder; dos ladrones clavados con Cristo en el dolor y no sentados en la gloria”.
En este sentido, remarcó que “los que siguen a Cristo, si quieren ser grandes, deben servir, aprendiendo de Él”. El Papa Francisco recordó además que Él “ayuda a pensar ya no según los criterios del mundo, sino conforme al estilo de Dios, que se hace el último para que los últimos sean enaltecidos y lleguen a ser los primeros”.
Precisó que las preguntas de Jesús a menudo son incomprensibles para nosotros, “pero siguiéndolo a Él, caminando tras sus huellas y acogiendo el don de su amor que transforma nuestra manera de pensar, también nosotros podemos aprender el estilo de Dios: el servicio”.
“Esto es lo que debemos anhelar: no el poder, sino el servicio. El servicio es el estilo de vida cristiano”, afirmó.
Explicó que esto “no se trata de una lista de cosas por hacer, como si, una vez hechas, pudiéramos considerar que nuestro turno terminó”.
“El servicio nace del amor y el amor no conoce fronteras, no hace cálculos, se consume y se da. No se limita a producir para obtener resultados, no es una asistencia ocasional, sino algo que nace del corazón, de un corazón renovado por el amor y en el amor”.
Cuando aprendemos a servir, continuó el Santo Padre, “cada gesto de atención y cuidado, cada expresión de ternura, cada obra de misericordia, se convierten en un reflejo del amor de Dios. Y así continuamos la obra de Jesús en el mundo”, añadió.
“Pidamos la intercesión de los nuevos santos”
A continuación, subrayó que “bajo esta luz podemos recordar a los discípulos del Evangelio que hoy son canonizados”.
A lo largo de la agitada historia de la humanidad, “ellos fueron siervos fieles, hombres y mujeres que sirvieron en el martirio y en la alegría, como el hermano Manuel Ruiz López y sus compañeros. Son sacerdotes y consagradas fervientes de pasión misionera, como el padre José Allamano, sor María Leonia Paradis y sor Elena Guerra”.
Estos nuevos santos, según el Pontífice, “vivieron según el estilo de Jesús: el servicio. La fe y el apostolado que llevaron a cabo no alimentaron en ellos deseos mundanos ni ansias de poder, sino que, por el contrario, se hicieron servidores de sus hermanos, creativos para hacer el bien, firmes en las dificultades, generosos hasta el final”.
“Pidamos con confianza su intercesión, para que también nosotros podamos seguir a Cristo, imitarlo en el servicio y convertirnos en testigos de esperanza para el mundo”, concluyó.
Los nuevos santos
Entre los nuevos santos se encuentra un sacerdote cuya intercesión llevó a la curación milagrosa de un hombre mutilado por un jaguar, una mujer que convenció a un Papa para que convocara una novena mundial al Espíritu Santo, una religiosa apodada “la humilde entre los humildes” y 8 frailes y 3 laicos asesinados en Siria por negarse a renunciar a su fe y convertirse al islam.
Se trata de Giuseppe Allamano, sacerdote italiano fundador de los Misioneros y Misioneras de la Consolata. Más de mil misioneros han viajado hasta Roma para asistir a la Misa de canonización.
Allamano ha sido canonizado después de que el Vaticano reconoció un milagro único atribuido a su intercesión: la curación de un hombre que fue atacado por un jaguar en la selva amazónica.
Conocida como una “apóstol del Espíritu Santo”, Elena Guerra ayudó a convencer al Papa León XIII de exhortar a todos los católicos a rezar una novena al Espíritu Santo antes de Pentecostés, en 1895.
Guerra es la fundadora de las Oblatas del Espíritu Santo, una congregación de religiosas reconocidas por la Iglesia en 1882 que continúa hoy en día en África, Asia, Europa y América del Norte.
La hermana canadiense Marie-Léonie Paradis fundó las Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia. El Papa Juan Pablo II llamó a Paradis la “humilde entre los humildes” cuando la beatificó durante su visita a Montreal en 1984, la primera beatificación que tuvo lugar en suelo canadiense.
La Iglesia también ha ganado 11 nuevos santos mártires que fueron asesinados por negarse a renunciar a su fe cristiana y convertirse al islam. Los “Mártires de Damasco” fueron Manuel Ruiz López y 7 compañeros frailes y los hermanos laicos Francisco, Mooti y Raffaele Massabki.
La Real Banda de Gaitas de Ourense toca en San Pedro en honor al nuevo santo gallego Juan Santiago Fernández, fraile asesinado en Damasco por rechazar el Islam. pic.twitter.com/HcOs6c24EC
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El Papa Francisco pide rezar por la “martirizada” Palestina
Antes de concluir esta celebración eucarística, el Santo Padre quiso dar las gracias a todos los que han venido a honrar a los nuevos santos.
“El testimonio de San Giuseppe Allamano nos recuerda la necesaria atención a las poblaciones más frágiles y vulnerables. Pienso en particular en el pueblo yanomami, en la selva amazónica brasileña, entre cuyos miembros tuvo lugar el milagro vinculado a la canonización de hoy”, dijo a continuación.
En este sentido, realizó un llamado “a las autoridades políticas y civiles para que garanticen la protección de estos pueblos y de sus derechos fundamentales y contra toda forma de explotación de su dignidad y de sus territorios”.
También precisó que hoy se celebra la Jornada Mundial de las Misiones, cuyo lema “Id e invitad a todos al banquete” recuerda que el anuncio misionero “consiste en llevar a todos la invitación a un encuentro festivo con el Señor, que nos ama y quiere hacernos partícipes de su alegría esponsal”.
Por último, pidió seguir rezando por los pueblos que sufren la guerra, utilizó por primera vez el calificativo de “maritirizada” para orar por Palestina y también posó su mirada en Israel, Líbano, la martirizada Ucrania, Sudán y Myanmar.